Los Hijos del día

 

Según Pablo en  1 Tesalonicenses 5:4-10, los creyentes somos hijos del día. Pablo nos describe (vv. 4-5) como personas que no estamos en las tinieblas.
“Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.” v. 4

Pablo describe a los creyentes usando la analogía de la luz y tinieblas en relación al día del Señor. Hay un contraste obvio cuando dice “mas nosotros”. Ellos no están en tinieblas, en oscuridad espiritual. Ellos pueden ver claramente lo Dios está haciendo. Estar en la oscuridad es un estado en el cual una persona que no conoce al Señor permanece. La oscuridad es sinónimo de la maldad, las obras malas contrarias a la verdad de Dios. Vivir en la oscuridad impide implica no poder vivir ver la verdad de Dios de que el día del Señor se acerca. Efesios 4:18 lo dice así:
“teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón”

A estas personas, el día del Señor será “como ladrón”. Los Tesalonicenses ya no viven en la oscuridad ni hacen las obras de la oscuridad o maldad y por consiguiente aquel día no les sorprenderá como ladrón. Como creyentes Dios nos sacó de este mundo de tinieblas, de oscuridad espiritual ciegos a la verdad de Dios, haciendo las obras malas del dios de este siglo. Colosenses 1:13 nos dice que Dios nos trasladó “al reino de su amado hijo”.

Además los creyentes, somos hijos de la Luz y del día.
“Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.” v. 5

Pablo les dice a los Tesalonicenses que no solamente no están en las tinieblas sino que son hijos de luz, hijos del día y no “de la noche ni de las tinieblas”. Ser llamados “hijos de luz” o “hijos del día” quiere decir que es característica, lo que es parte de su naturaleza. Esta naturaleza vino del Señor cuando nos rescató de las tinieblas. Lo que nos distingue ahora es el hecho que entendemos lo espiritual, lo que proviene de Dios y vivimos en ese ambiente. Es un ambiente de luz y de día donde podemos ver claramente y seguimos viendo más claramente hasta que el Señor venga.

El punto de esto es entender que no tenemos temor al “día del Señor”. No pasaremos por este día, estaremos con el Señor para siempre. Y como hijos de luz y del día, el día se acerca cuando el estado nuestro no será afectado por nada en este mundo. Gozaremos de la perfección de la luz del día.

Pablo enfatiza el hecho de que somos hijos de la luz y del día diciendo que “no somos de la noche ni de las tinieblas”. Como creyentes, no hay un punto intermedio. Nuestra vida refleja a quién le pertenecemos.

Al reiterar esta verdad, Pablo quiere animar a los creyentes a seguir velando hasta la venida del Señor por su iglesia. Esto es en lo que se enfoca en los siguientes versículos.

La exhortación a estar preparados.

Como hijos del día o hijos de la luz, debemos velar y estar sobrios.
“Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.” v. 6-7

La conclusión lógica de ser hijos de la luz, hijos del día que ya no viven en las tinieblas es que debemos estar despiertos, estar alertas y tener auto control. No estamos dormidos “como los demás”. Los que espiritualmente viven en las tinieblas o en la noche, duermen en la noche. Es decir, muestran el resultado obvio de su estado. Son insensibles a lo espiritual.

Pero los creyentes que han salido de ese ambiente están despiertos y están alertas espiritualmente. No somos insensibles a lo espiritual. No nos dejamos llevar por nuestros deseos sino que mostramos el control (sobriedad) en el área moral. Pablo les exhorta a seguir en ese estado de despertamiento velando espiritualmente.

Los que están sin Cristo están dormidos espiritualmente y sus vidas muestran con sus acciones inmorales que están en tinieblas. Es interesante notar que las personas generalmente se embriagan en la noche. La noche, se identifica como el tiempo para “gozar” de los placeres pecaminosos. Es para esto. El día es para trabajar y “portarse bien”. Esto es característica de los que no conocen a Cristo. Están dormidos espiritualmente. Lo espiritual no tiene valor. Por el contrario están “embriagados” con el pecado del mundo. La venida del Señor no está en sus mentes. No piensan en el juicio que vendrá en el día del Señor.

Además debemos vivir como hijos del día.
“Pero nosotros, que somos del día” v. 8a

En contraste (“pero”), todos nosotros dice Pablo “somos del día”. Nuestras acciones, como hijos de la luz o del día, reflejan que somos del día. No vivimos una vida insensible ni en desobediencia a la verdad de Dios.

También debemos llevar la armadura nuestra.
“seamos sobrios habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.” v. 8b

Debemos ser sobrios moralmente; mostrar el auto control en nuestra vida. Somos vigilantes (esa es la idea que Pablo presenta) que ejercen disciplina moral y espiritual. Esta sobriedad moral y espiritual como soldados del Señor requiere que llevemos puesta nuestra armadura. Es de esto que nos habla Efesios 6:13-17 pero aquí solo se enfatizan dos partes de la armadura que debemos llevar puesta continuamente para mantenernos alertas y con auto control.

Vestirnos con la coraza de fe y de amor. La coraza protege el pecho y el corazón. Como creyentes, debemos llevar puesta esta coraza de doble lado. Primero, la fe en el Señor Jesucristo. Debemos mantener nuestra relación con Él.  Debemos también mantener el amor de Dios que demostramos otros.  Ambos son necesarios e indispensables para mantenernos alertas espiritualmente.

Además debemos llevar el yelmo de la esperanza de salvación. El casco protege la cabeza, la mente. El yelmo que debemos llevar es la esperanza de salvación. Esta esperanza es la salvación completa que nos espera en el futuro. Debemos constantemente pensar en ella.
Esto que Pablo les escribe es recordatorio, ya que anteriormente les ha dicho que ellos muestran fe y amor y esperanza (cap. 1:4; 3:6; 1:8; 4:9-10). Es recordatorio también para nosotros. Pablo quiere que la triada fe, amor y esperanza sean parte de nuestro caminar como hijos de luz. Esto nos ayudará a estar listos para la venida de nuestro Señor.

¿Como creyente, estás despierto espiritualmente, no dormido? ¿Estás mostrando con tu vida que eres hijo de la luz, hijo del día viviendo una vida alerta y sensible espiritualmente? ¿Estás mostrando control en el área moral, vistiéndote con la armadura de Dios

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The Day of the Lord

The rapture of the church initiates the beginning of the Day of the Lord. In Thessalonians 5:1-11 Paul focuses on what will happen on the Day of the Lord. This happens during the period that Scripture calls the “Great Tribulation” on this earth (Revelation 6-18) and culminates with the Coming of the Lord in Glory (Revelation 19:11–21). Our Lord taught about these events in Matthew 24-25. He describes these times as the “pains of childbirth” that will come upon this earth before the Day of the Lord. There are three features that distinguishes this day (according to William Barclay quoted by D. Edmond Hiebert in 1&2 Thessalonians and modified):

1. It will be suddenly and without anticipation
2. It will be a time of cosmic turbulence in which the Earth will be moved to its foundations
3. It will be a day of judgment for non-believers

For us believers, although the Day of the Lord does not apply to us in the sense of judgment, knowing that the Lord comes for us his church must also lead us to watchfulness. In the first three verses Paul teaches that the Lord’s day is uncertain regarding the exact time (vv. 1-2) and not being ready has consequences especially on those who do not know Christ (v. 3).

First, it reminds them that the coming of Christ is uncertain since they already have the information.
“Now on the topic of times and seasons, brothers and sisters, you have no need for anything to be written to you.” v. 1 (NET Bible)
As for “the times and times” of the Lord’s coming, he tells them that there is no need to write to them. In other words, they had already been instructed about the “chronos” the time of the Lord’s coming and the “dates.”

In Acts 1:7 the Lord said to his disciples, ““You are not permitted to know[u] the times or periods that the Father has set by his own authority.” The Lord Jesus Christ is coming, but no one knows the time or the date. This is why all those who have “prophesied” His coming by setting a date have failed. The coming of the Lord is uncertain about time or dates. Paul now expands further by reminding them that they know how He is coming.

“For you know quite well that the day of the Lord[c] will come in the same way as a thief in the night.” (NET Bible and all verses that follow)

The Day of the Lord is a reference to biblical prophecy in reference to “the Day of the Lord (Jehovah God or Yahweh) in various old testament texts (Isaiah 13:9-11; Joel 2:28-32; Zeph. 1:14-15; 3:14-15; Haggai 5:18). This day is God’s day of vengeance and judgment upon those who have rejected him. In the New Testament we find that “the day of the Lord” is a reference to our Lord Jesus Christ who will come to judge the world. (Phil. 1:10; 2:16; 2 Cor. 1:14; 1:8). The events found in Matthew 24-25 and Revelation 5 onwards describe in more detail what will happen both before his coming and what will happen next. The aspect Paul emphasizes is that the Lord’s day will come suddenly without prior announcement when he is not expected. That’s the idea of the thief coming at night. There is no need to emphasize the analogy any further.

The coming of the Lord (the Lord’s day) will be uncertain about time and dates and not being ready has consequences. During this time there will be false peace and false security.

“Now when[e] they are saying, “There is peace and security,”[f] then sudden destruction comes on them” v. 3a

Paul says “that when they are saying” by referencing those on earth (v. 4 makes the distinction between them and “we”) who are NOT waiting for the Day of the Lord. On the contrary, they have created a false peace and security. It may be a time of global “peace and security” where everything is going well. The economy is in the best condition and world peace is evident. People feel safe following a world leader (the Beast in Revelation 13). In their minds is not the idea that the Lord is coming.

Part of these consequences will be sudden judgment.

“like labor pains[g] on a pregnant woman, and they will surely not escape” v. 3b

Our Lord said that the Day of the Lord will be like the days of Noah in which people were eating and drinking without any concern until the judgment came and destroyed them (Matthew 24:27-39).
He also said that it would be as in Sodom that they did the same until God’s judgment came upon them and “rained fire and brimstone from heaven, and destroyed them all.” (Luke 17:28-30).

The destruction, the ruin, the judgment upon them that they have not believed in the Lord, nor obey the gospel (not the believers) will be sudden. This destruction is not annihilation but eternal judgment. 2 Thessalonians 1:8-10 reads it this way:

With flaming fire he will mete out[a] punishment on those who do not know God[b] and do not obey the gospel of our Lord Jesus. They[c] will undergo the penalty of eternal destruction, away from the presence of the Lord and from the glory of his strength,[d] 10 when he comes to be glorified among his saints and admired[e] on that day among all who have believed—and you did in fact believe our testimony.[f]

Not only is the trial sudden, but there is also no escape. Paul uses the illustration of a pregnant woman. A pregnant woman cannot decide when her son or daughter will be born. It is inevitable that her child will be born. The judgment that will come upon those who do not believe in Christ will be inevitable, there will be no escape. We’d expect people to repent at this point, but they don’t. Revelation 16 tells us that the opposite happens, they blaspheme or curse God rather than repent.

“Thus[a] people[b] were scorched by the terrible heat,[c] yet[d] they blasphemed the name of God, who has ruling authority[e] over these plagues, and they would not repent and give him glory.” (v. 8)

“They blasphemed the God of heaven because of their sufferings[a] and because of their sores,[b] but nevertheless[c] they still refused to repent[d] of their deeds.” (v. 11)

People will want to die rather than face God’s judgment. Revelation 6:16

“They[a] said to the mountains and to the rocks, “Fall on us and hide us from the face of the one who is seated on the throne and from the wrath of the Lamb,[b]”

The best way to be prepared for this is to believe in Christ as your Lord and Savior. He is the only one who can deliver us from the judgment that will come for those who do not believe in Him. The reason is because he carried in his body our punishment of our sins. He paid for us. To be ready, you must give your life to Him. Would you do that now?

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El Día del Señor

El rapto de la iglesia da inicio al día del Señor. En I Tesalonicenses 5:1-11 Pablo se enfoca en lo que sucederá el día del Señor que trata sobre el juicio. Esto sucede durante el periodo que la Escritura llama la “Gran Tribulación” sobre esta Tierra (Apoc. 6-18) y culmina con la Venida del Señor en Gloria (Apoc.19:11–21). Nuestro Señor enseño sobre estos eventos en Mateo 24-25. Los eventos los describe como los “dolores de parto” que vendrán sobre esta Tierra antes del día del Señor. Hay tres características que distinguen este día (de acuerdo a William Barclay citado por D. Edmond Hiebert en 1&2 Thessalonians y modificados):

1. Será de repente y sin anticipación
2. Envolverá un tiempo de turbulencia cósmica en el cuál la Tierra será movido hasta sus cimientos
3. Será un día de juicio para los no creyentes

Para nosotros los creyentes, aunque el aspecto del día del Señor no aplica a nosotros, saber que el Señor viene por nosotros su iglesia debe igualmente llevarnos a velar. En los primeros tres versículos Pablo enseña que el día del Señor es incierto en cuanto al tiempo (vv. 1-2) y el no estar listos trae consecuencias especialmente en aquellos que no conocen a Cristo (v. 3).

Primero, les recuerda que aa venida de Cristo es incierta  ya que ellos ya tienen la información v. 1
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.”
Pablo extiende el tema de la Venida del Señor cubriendo otro aspecto. “Pero” es mejor traducirlo, “ahora”. En cuanto a “los tiempos y de las ocasiones” de la venida del Señor Pablo les dice que no hay necesidad que les escriba. En otras palabras, ellos ya habían sido instruidos en cuanto al “chronos” el tiempo de la venida del Señor y de las “fechas”.

En Hechos 1:7 el Señor les dijo a sus discípulos, “Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”. El Señor Jesucristo viene, pero los nadie sabe el tiempo o la fecha. Es por esto que todos los que han “profetizado” su venida poniendo fecha se han equivocado.

La venida del Señor es incierta en cuanto a al tiempo o las fechas. Pablo ahora amplía más recordándoles que ellos saben la forma de su venida.
“Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche” v. 2

Pablo les dice que ellos saben perfectamente que “el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”.

El día del Señor es una referencia a la profecía bíblica en referencia a Jehová Dios (Yahweh) en varios textos del Antiguo Testamento (Isaías 13:9-11; Joel 2:28-32; Sofonías 1:14-15; 3:14-15; Amós 5:18). Este día es el día de venganza y juicio de Dios sobre los que le han rechazado. En el Nuevo Testamento encontramos que “el día del Señor” es referencia a nuestro Señor Jesucristo que vendrá a juzgar al mundo. (Fil. 1:10; 2:16; 2 Cor. 1:14; 1:8). Los eventos que encontramos en Mateo 24-25 y Apocalipsis 5 en adelante describen con más detalles lo que sucederá tanto antes de su venida como lo que sucederá después.

El aspecto que Pablo enfatiza es que el día del Señor vendrá de repente sin anuncio previo cuando no se espera. Eso es la idea del ladrón en la noche. No es necesario enfatizar más la analogía.

La venida del Señor (el día del Señor) será incierta en cuanto a tiempo y fechas y no estar listos trae consecuencias. Durante este tiempo habrá paz y seguridad falsa.
“que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina” v. 3a

Pablo dice “que cuando digan” haciendo referencia a los que están en la tierra (el v. 4 nos hace la distinción entre ellos y “nosotros”) y no esperan el día del Señor. Al contrario, han creado una paz y seguridad falsa. Es posible que es un tiempo de “paz y seguridad” mundial donde todo va bien. La economía está en las mejores condiciones y la paz mundial es evidente. Las personas se sienten seguras siguiendo a un líder mundial (la bestia en Apoc. 13). En sus mentes no está la idea de que el Señor viene.

Parte de estas consecuencias será el juicio repentino.
“entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina”

Nuestro Señor dijo que el día del Señor será como los días de Noé en los cuales las personas estaban comiendo y bebiendo sin ninguna preocupación que el juicio vino y los destruyó (Mateo 24:27-39).
Dijo también que sería como en Sodoma que hacían lo mismo hasta que el juicio de Dios vino sobre ellos y “llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos”. (Lucas 17:28-30).

La destrucción, la ruina, el juicio sobre ellos que no han creído en el Señor ni obedecen el evangelio (no los creyentes) será repentino. Esta destrucción no es aniquilación sino juicio eterno. 2 Tesalonicenes 1:8-10 lo dice así:

en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).

El juicio no solo es repentino sino que también no hay escape.
“como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” v. 3b

Pablo usa la ilustración de una mujer encinta. Una mujer encinta no puede decidir cuándo nacerá su hijo o hija. Es inevitable que su hijo/hija nacerá. El juicio que vendrá sobre los que no creen en Cristo será inevitable, no habrá escape.

Esperaríamos que las personas se arrepintieran en estos momentos pero no será así. Apocalipsis 16 nos dice que lo contrario sucede, ellos blasfeman o maldicen a Dios antes que arrepentirse.
“y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.” v. 9
“y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.” v. 11

Las personas querrán morir antes que recibir el juicio de Dios. Apocalipsis 6:16:

“y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero”

La mejor manera de estar preparado para esto es creer en Cristo como tu Señor y Salvador. El es el único que nos puede librar del juicio que vendrá para los que no creen en Él. La razón es porque el llevó en su cuerpo el castigo nuestro de nuestros pecados. El pagó por nosotros. Para estar listo debe rendir tu vida a Él.

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Serie de Sermones: Filipenses

Serie de Sermones del libro de Filipenses. Video sermones aquí.

La Obra De Dios En Nosotros_Fil_1.1_11_EG_GE.mp3

Viviendo para Cristo_Primera Parte_Fil_1:12.

Viviendo para Cristo_Segunda Parte_Filipenses_1.20.mp3

Unidad en Cristo_Filipenses_2.11.mp3

Trabajando nuestra salvacion Filipenses 2:12-30.mp3

Perseverando en Cristo_Filipenses 3_Primera Parte.mp3

Perseverando en Cristo Segunda Parte_Filipenses 3.mp3

Video sermones en Youtube

 

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Serie de Sermones: Colosenses

Sermones del libro de Colosenses. Videos aquí.

Creciendo en Cristo Colosenses 1.1_14 -mp3.mp3

La Preeminencia de Cristo sobre su Creación y su Iglesia Colosenses 1.15_23-mp3.mp3

Compartiendo el Misterio de Cristo Col.1:24_2.5-mp3.mp3

Llamados a una Vida Cristo Céntrica Colosenses 2.6_15.mp3

Quitando lo que estorba en la vida Cristo-Céntrica Col 3.5_11.mp3

Ropa nueva.col 3.12_17.mp3

La Vida Cristo-Céntrica en las Relaciones Colosenses 3.18_4.1.mp3

La Vida Cristo-Céntrica y el Testimonio Afuera.mp3

Video sermones en Youtube

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Serie de Sermones: Efesios

Sermones de Efesios, audio abajo. Videos pulsando aquí.

Efesios 1

Efesios 2

Efesios 3

Efesios 4

El_Matrimonio_Si_Importa.mp3 (parte Efesios 5)

El Deber de los Hijos y Padres Efesios 6.mp3

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Velando hasta la Venida de Cristo – 1 Tesalonicenses 5:1-11

La esperanza nuestra no está en un país con un gobierno cristiano o que apoye nuestros valores. La esperanza nuestra está en nuestro Señor que vendrá otra vez por su iglesia y que vendrá en gloria a reclamar lo que le pertenece: todo. A Él le pertenece el mundo y su plenitud.

El vendrá también a juzgar a los que no han creído en Él. El pasaje anterior nos habla del rapto de la iglesia que da inicio al día del Señor. Ahora Pablo se enfoca en lo que sucederá el día del Señor después del rapto, el aspecto que trata sobre el juicio. Esto sucede durante el periodo que la Escritura llama la “Gran Tribulación” sobre esta Tierra (Apoc. 6-18) y culmina con la Venida del Señor en Gloria (Apoc.19:11–21. Nuestro Señor enseño sobre estos eventos en Mateo 24-25. Los eventos los describe como los “dolores de parto” que vendrán sobre esta Tierra antes del día del Señor. Hay tres características que distinguen este día (de acuerdo a William Barclay citado por D. Edmond Hiebert y modificados):

1. Será de repente y sin anticipación
2. Envolverá un tiempo de turbulencia cósmica en el cuál la Tierra será movido hasta sus cimientos
3. Será un día de juicio para los no creyentes

Para nosotros los creyentes, aunque el aspecto del día del Señor no aplica a nosotros, saber que el Señor viene por nosotros su iglesia debe igualmente llevarnos a velar. Hay cuatro exhortaciones que nos ayudan a velar: la venida del Señor es incierta en cuanto al tiempo (vv. 1-2), el no estar listos trae consecuencias especialmente en aquellos que no conocen a Cristo (v. 3), somos hijos de luz y debemos vivir como hijos de luz/del día estando alertas de su venida (vv. 4-10) y animarnos y edificarnos con estas verdades (v. 11).

 

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Esperanza después de la muerte

En 1 Tesalonicenses 4, Pablo da tres declaraciones o verdades y una declaración de aplicación que podemos saber acerca de nuestra esperanza futura en medio de la muerte (y toda la tragedia humana que podemos imaginar) y la separación humana de nuestros seres queridos y por qué no ha terminado para nosotros.

La primera razón por la que da es que sabemos que nuestra esperanza futura no está limitada por la muerte. Podemos saber lo que viene después de la muerte:

“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen”

Pablo comienza a tratar el tema que estaba afectando la vida de los tesalonicenses diciendo que no quiere que no estén informados. Esto es algo que pueden saber y deben conocer como creyentes en Cristo. El tono es el del afecto.

El se refiere a “los que duermen”. Este es un eufemismo para aquellos que han muerto en medio de ellos, tal vez matados debido a su fe. 2 Corintios 5:1 dice que “nuestra tienda o morada”, nuestro cuerpo es temporal, pero una vez que muere permanece en la tierra y se convierte en polvo de donde vino. Pero nuestro espíritu, nuestro ser espiritual, lo que somos como persona inmaterial va a estar con el Señor (2 Corintios 5:8). Nuestros cuerpos están “durmiendo” esperando la resurrección.
Esta es la razón por la que Pablo usa la palabra “duermen” para los que han muerto.

Aunque tal vez no estemos en una situación similar, tal vez estemos seguros de que nuestros seres queridos que creyeron en Cristo están con Él en este momento, debería alentarnos a que la muerte no trae la separación final entre ellos y nosotros mismos. Tenemos una esperanza futura. Pero la mejor parte de esto es que nuestra esperanza futura es que el Señor regresará por nosotros y seremos parte del recogimiento (el rapto) de todos los creyentes de todos los tiempos (estemos aquí o no). Participaremos de la resurrección de los muertos cuando nuestros cuerpos se transformen a imagen de Cristo. Esta es nuestra esperanza futura en la segunda Venida de Cristo.

Pablo también afirma que no lloramos como aquellos sin esperanza.
“para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza” (v. 13b)

Debido a que tenemos esta esperanza, no debemos entristecernos como “los otros que no tienen esperanza”. Es posible que los tesalonicenses creyeran que los que habían muerto iban a perder la venida de Cristo de alguna manera. Pablo les enseñó que Jesús regresaría pronto y que sería un gran reencuentro con él. Pablo creía que sería en su vida y esto creó un sentido de urgencia al anunciar el Evangelio. Los tesalonicenses pensaron que los que murieron no serían parte de este gran reencuentro maravilloso. Paul corrige esto.

Lloramos cuando nuestros seres queridos mueren, pero no sin esperanza.
Al igual que hoy, en aquellos tiempos, muchos no creían en la vida después de la muerte. Aquí hay una marca de tumba típica que refleja que:

Yo no era
Yo fui
Yo no soy
No me importa

Algunos tenían otras ideas sobre lo que sucedía después de la muerte, desde creer en la reencarnación hasta la idea de vagar por el mundo como un ser espíritu. Como creyentes tenemos la esperanza de la resurrección cuando el Señor venga por nosotros. Le estaba diciendo a mi hija esta semana después de hablar de una canción, que quiero tener una banda de adoración en mi funeral y que todos estén felices porque no es el final. No es “adiós” sino “nos vemos pronto”. Además de esto, estar ausente del cuerpo, significa estar presente con el Señor. Mi vida en Cristo continúa después de la muerte. No lloramos ni nos entristecemos sin esperanza. Tenemos esperanza más allá de la muerte.

Recuerdo que cuando era muy joven solía pensar en la muerte. “¿Qué pasa después de la muerte?” me preguntaba. “¿Qué le va a pasar a mi mamá?” Pensaba dentro de mí.  Me resultaba difícil creer que la muerte fuera el fin de nuestra existencia. No podía aceptar esto. A la edad de trece años escuché el Evangelio y creí en Jesús como mi Señor y Salvador. Mi miedo se esfumó. Encontré esperanza.

¿Tienes esta esperanza? ¿Han confiado en Él como su Salvador?

También podemos decir que tenemos esperanza más allá de la muerte porque sabemos que nuestra esperanza futura está arraigada en la resurrección de Cristo.  La resurrección garantiza nuestra eterna unión con Él
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó” v. 14a

La base de nuestra seguridad de la esperanza que tenemos más allá de la muerte está arraigada en la resurrección de Cristo. La resurrección de nuestro Señor de acuerdo con lo que Pablo enseñó 1 Corintios 15 es la esencia del Evangelio y es el fundamento de nuestra fe. Es una realidad histórica no una creencia mística sin ninguna sustancia. Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, se levantó de la tumba y pagó nuestra deuda que le debíamos a Dios. Cuando se levantó de entre los muertos, y creímos en Él, nos dio la vida eterna. Nuestra vida está ahora unida en el Cristo resucitado. Nunca puede haber una separación de Él.

En Romanos 14:8-9 Pablo dijo así,
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.” En otras palabras, una vez que perteneces a Jesús, tu unión con él nunca termina. Es eterna ya sea que estés en un cuerpo o no.

Y aquí está el punto práctico que Pablo hace: la resurrección garantiza que si mueres antes de que Él venga volverás con Él.
así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él” v. 14b

Esto es alentador para aquellos de nosotros que hemos “perdido” a alguien que murió en Cristo. Pablo les dice a los tesalonicenses que aquellos que son creyentes “por medio de Jesús” estarán con Él cuando regrese. No se perderán de este gran acontecimiento histórico.

Si mueren antes de que Cristo venga, se les garantiza que serán parte del gran reencuentro familiar con Él. Ese serás tu si ya no estás aquí. Ya estarás con Él, pero volverás con Él. Algo más sucede después de esto. Hablaré en el próximo post.

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Our hope beyond death

In 1 Thessalonians 4, Paul gives three statements or truths and one statement of application that we can know about our future hope in the midst of death (and all of human tragedy that we can imagine) and human separation from our loved ones and why it isn’t over for us.

The first reason he gives is that we know our future hope is not limited by death. We can know what comes after death:
“But we do not want you to be uninformed, brothers, about those who are asleep” v. 13a

Paul begins to deal with the issue that was affecting the Thessalonians life by saying that he does not want them to be “uninformed”. This is something they can know and should know as believers in Christ. The tone is that of affection.

What is it that they should not be uniformed? It is about “those who are sleep”. This is a euphemism for those who have died in their midst perhaps killed because of their faith. 2 Corinthians 5:1 says that “our tent”, or our body is temporary but once it dies it stays on the ground and turns to dust where it came from. But our spirit, our spiritual being, who we are as an immaterial person goes to be with the Lord (2 Corinthians 5:8). Our bodies are “sleeping”, waiting for the resurrection.
This is why Paul uses the word “sleep” for those who have died.

Paul also affirms that we don’t grieve as those without hope. 
“that you may not grieve as others do who have no hope.” (v. 13b)

Because we have this hope, we should not “grieve as others do who have no hope”. It is possible that the Thessalonians believed that those who had died were going to miss the coming of Christ somehow. They were taught by Paul that Jesus was coming back soon and it would be great reunion with him. Paul believed it would be in his lifetime and this created a sense of urgency in proclaiming the Gospel. The Thessalonians thought that those that died would not be part of this great marvelous reunion. Paul corrects this.

We grieve when our loved ones die, but not without hope.
Much like today, in those times, many did not believe in life after death. Here is a typical grave marking that reflects that:
I was not
I became
I am not
I care not – (From “Be Commentary” by Warren Wiersbe)

Some had other ideas about what happened after death, from believing in reincarnation to the idea of roaming the world as a disembodied spirit being. As believers we have the hope of the resurrection when the Lord comes for us. I was telling my daughter this week after talking about a song, that I want to have a worship band in my funeral and everyone being happy because it’s not the end. It’s not “goodbye” but “see you in a little while”. Besides this, being absent from the body, means present with the Lord. My life in Christ continues after death. We don’t grieve without hope. We have hope beyond death.

I remember when I was really young I used to think about death. “What happens after death?” I thought. “What’s going to happen to my mom?” I thought to myself.  I found it hard to believe that death was the end of our existence. I could not accept this. At the age of thirteen I heard the Gospel and believed in Jesus as my Lord and Savior. My fear was gone. I found hope.

Do you have this hope? Have you trusted in Him as your Savior?

We can say also that we have hope beyond death because we know our future hope is rooted in the resurrection of Christ.  The resurrection guarantees our eternal union with Him
For since we believe that Jesus died and rose again” v. 14a

The basis of our assurance of the hope we have beyond death is rooted in the resurrection of Christ. The resurrection of our Lord according to what Paul taught 1 Corinthians 15 is the essence of the Gospel and it is the foundation of our faith. It is a historical reality as well not some mystical belief without any substance. Jesus died on the cross for our sins and rose from the grave. He paid our debt that we owed God. When he rose from the dead, and we believed in Him he gave us eternal life. Our life is now united in the resurrected Christ. There can never be a separation from Him.

In Romans 14:8-9 Paul said this way,
“If we live, we live for the Lord; and if we die, we die for the Lord. So, whether we live or die, we belong to the Lord. 9 For this very reason, Christ died and returned to life so that he might be the Lord of both the dead and the living.” In other words, once you belong to Jesus, your union with him never ends. It is eternal whether you are in a body or not.

And here is the practical point Paul makes: the resurrection guarantees that if you die before He comes you will come back with Him.
“even so, through Jesus, God will bring with him those who have fallen asleep.” v. 14b

This is encouraging for those of us who have lost someone who died in Christ. Paul tells the Thessalonians that those who are believers “through Jesus” will be with Him when He comes back. They are not missing this great historical event.

If you die before Christ comes you are guaranteed that you will be part of the great family reunion with Him. You will be already with Him but you will come back with Him. Something else happens which I will talk about in the next post.

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Why we don’t talk about the Second Coming of Christ

Paul in 1 Thessalonians 4:13-18-5:11 talks about the Lord’s second coming. Yet, nowadays, we don’t talk about it often. I can think of  several reasons we don’t talk about or even teach about the Second Coming of the Lord as our hope.

1. We are too busy with our lives here on earth. We want to work, have a family, live a long life and then Jesus can come. We come to the point that we don’t really believe he is coming again, at least not in our life time (this argument is debunked by Peter in 2 Peter 3:3-9). I am guilty of this way of rationalizing away the Second Coming of our Lord.

J. Oswald Sanders, in his book Certainties of the Second Coming, says that the coming of Christ is mentioned in the Bible more than any other certainty. It appears 318 times. In spite of these facts, Sanders affirms that the Second Coming does not appear necessary or motivating for Christians today, as it was in the first century. Early Christians who were suffering saluted each other with “Maranatha”, meaning “the Lord is coming”, because to them the reality of Christ’s coming was assured and certain. J. Oswald Sanders, Certainties of Christ’s Coming (Wheaton, Ill.: Harold Shaw Pub., 1974), p. 7.

2. It is too controversial. This deals with the theology of the “Last Things” or Eschatology and there are so many views so we just don’t want to get into it. “It’s too complicated” we say.

3. It has been abused, mainly by religious leaders who have predicted the Second Coming of Christ. One of the most recent predictions was in 2011 and of course, it didn’t come to pass. When this happens, it makes us look discredited when we speak about it even though the Lord said, no one knew his coming.

4. It’s become sensationalized as part of the End of the World. It has become a scary and fearful thing.

Yet, we see in 1 Thessalonians that Paul taught the church he founded there. From the beginning they were instructed that the Lord would come soon, possibly in their lifetime. Paul knew that the Coming of the Lord was not some trivial teaching or doctrine. It was his motivation for living a holy life and gave him the sense of urgency to proclaim the Gospel of Christ. This was the hope he had and the church had.

What has happening in Thessalonaica that Paul had to give them two paragraphs (this one here and the first eleven verses of chapter 5) of instructions concerning their dead and the hope of the Second Coming of Christ? What is the relationship between these two?  Paul explains that they have a certain future hope even after death. They can know that this future hope is tied to what will happen when the Lord comes. This should bring encouragement in the midst of the loss of their loved ones.

Though we may not be in a similar situation, perhaps we are certain that our loves who believed in Christ are with Him right now, it should encourage us that death does not bring final separation between them and ourselves. We have a future hope. But the best part of this is that our future hope is the Lord coming back for us and how we will be part of the gathering of all believers of all time (whether we are here or not). We will partake of the resurrection from the dead when our bodies will be transformed in the image of Christ. This is our future hope in the second Coming of Christ.
The Lord Jesus promised he would come again to take us with him, so that where he is, we should be there too.

It is interesting how some people want to be part of a movie and be seen by others even if it is as an extra. They will watch a movie just to say, “Hey, that’s me right there in the background sitting.” They may be barely visible but they feel proud. We are part of God’s Redemptive plan for the ages. Imagine that. You. Me. We are part of something greater that a movie. All those who know Jesus as their Savior and Lord are part of His Gospel Story. Does this not excite you?

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