No he querido dignificar lo que los medios de comunicación ha estado hablando sobre lo que pasó en los Oscars. Si eres cristiano y no lo haz visto ni escuchado, no te preocupes, no te has perdido de mucho. El mundo en que vivimos está lleno de contradicciones en cuanto a la manera de vivir y esto se debe a que los valores absolutos morales ya no existen. Todo es relativo. Por un lado se proclama que la violencia es mala pero por otro lado es aceptable siempre y cuando estás defendiendo tus derechos. El mundo exalta a las personas que se defienden y se desquitan de otros, especialmente cuando son ofendidas.
La mansedumbre no es una virtud apreciada, proclamada ni procurada en nuestro mundo. Sin embargo, es una virtud que como cristianos necesitamos mas y debemos tener.
El Señor Jesucristo dijo que la mansedumbre es una cualidad de sus seguidores.
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.” Mateo 5:5
Manso significa controlar nuestra fuerza externa. La persona mansa entiende quién es delante de Dios y no necesita demostrar nada con su fuerza. ¿Porqué? Porque nosotros no tenemos nada que perder. Entendemos que somos pecadores que no merecemos nada del Señor. Y sin embargo, Dios nos ha asegurado nuestros derechos como sus hijos en su reino. Es por esto que la Escritura nos manda a dejar la ira y el enojo.
“Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos,Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo;Observarás su lugar, y no estará allí.” (Salmo 37:8-10)
Proverbios 16:32 nos dice que una persona que controla sus emociones, especialmente el enojo cuando es provocada es mejor que uno que conquista con fuerza. El mundo no elogia, ni admira ni enseña el ser mansos. Nos enseña lo opuesto, a ser fuertes y agresivos. El manso no responde o pelea físicamente. El mundo aplaude al agresivo que se desquita, pero no Dios.
La mansedumbre no es una cualidad que a menudo se habla de los grandes líderes. Manso es ser humilde y apacible. Es alguien que no se enciende con enojo rápidamente, no se altera, no es violento. Es alguien que tiene mucho aguante antes de enojarse. Es alguien no está siempre a la expectativa que alguien le hará daño. Generalmente, la persona con mansedumbre es dañada y ofendida más que otros.
Manso significa no resentirse fácilmente o guardar rencor cuando nos hacen daño. ¿Porqué? porque reconocemos cuál nuestra posición delante de Dios. Somos pecadores que hemos recibido la misericordia y gracia de Dios.
“La mansedumbre es mostrar un carácter sumiso ante la provocación, la disposición a sufrir y no causar daño. La persona mansa deja todo en las manos de Aquel que ama y cuida.” – Hendricksen
Nuestro Señor Jesucristo ejemplifico la mansedumbre: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” Mateo 11:29
Si hablamos de líderes grandes que pudieran haberse sentido superior o con mucha autoridad, Moisés fue ese líder. Lidero a más de dos millones de personas. El pudiere haber sido un caudillo fuerte, al tipo dictador. Sin embargo él no fue así. Él aprendió a ser manso y humilde, posiblemente durante su tiempo en el desierto (recordemos que mató a un egipcio antes de huir). Sin duda siguió aprendiendo mansedumbre al dirigir al pueblo de Israel. La biblia dice de él:
“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.” Números 12:3
Esto lo dice después de que su hermana y su hermano habían murmurado contra él como líder. Moisés no se defiende. Dios lo defiende y se enoja contra María y Aarón. Ella termina leprosa y es restaurada hasta que Moisés ora por ella. Me encanta su oración:
“Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.” (v. 13)
Oró para que la sanará en ese momento y no después de que hubiera “pagado” lo que hizo. Esto demuestra su mansedumbre. Moisés era como Cristo. Y por esto él fue bienaventurado, dichoso de parte de Dios.
Aunque es difícil ser manso y ceder nuestros “derechos”, Dios nos promete que nos dará todo el derecho de heredar la tierra: “Porque ellos recibirán la tierra por heredad” Mateo 5:5
¡Qué privilegio! Seremos coherederos y dueños con Cristo. Reinaremos con Él debido a nuestra mansedumbre.
“Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán por la abundancia de paz.” (Salmo 37:11)
¿Cómo estás desarrollando tu mansedumbre? Recuerda que la mansedumbre es un fruto del Espíritu (Gál. 5:23). Viene como resultado de nuestro sometimiento al Espíritu de Dios.