Cómo Cambiar – Salmo 119:32-40

Todos queremos cambiar. Queremos que Dios nos cambie, pero esto no es automático. Pero cuando consideramos nuestro caminar espiritual, que afecta todos los aspectos de nuestras vidas, se vuelve más complicado. Cuando tomamos en cuenta nuestros deseos pecaminosos y como nos afectan, nos impiden el cambio, y nos asechan cada momento, es que tenemos que reconocer que nosotros no podemos hacerlo solo. Solo Dios puede hacerlo a través de su poder en nosotros. Para esto, debemos de creer en Cristo como nuestro Señor y Salvador. El te perdona, te limpia y te da un nuevo corazón con nuevos deseos. Deseos de hacer lo que agrada a Dios. Además nos da su Espíritu, el mismo que resucitó a Cristo de entre los muertos, para poder vivir la vida cristiana. De aquí en adelante, los cambios se llevan a cabo dependiendo de Él cada momento. Es difícil pero no imposible.

Este parte del Salmo 119 “He” nos enseña cómo debemos pedir que Dios nos cambie para poder ser obedientes a Él hasta el final de nuestra jornada espiritual como peregrinos. Es una continuación de la sección anterior (Dalet) donde el salmista se encontraba deprimido y se sentía impotente. Ahora clama a Dios para que le cambie.
Este debe ser nuestro deseo. Debe ser como el deseo de San Pablo en 2 Tim. 4:6-8.  Queremos terminar bien nuestra jornada como hijos de Dios. Pero para esto debemos saber que envuelve en este caminar. Envuelve cambios. De esto nos enseña este pasaje.

Los primeros cinco versículos expresan este deseo, y los siguientes tres versículos pide a Dios que le transforme para no ser seducidos en acciones y comportamiento equivocado contrario a la voluntad de Dios. El salmista lo escribe en forma de imperativos o mandatos. Esto indica la seriedad y el compromiso de su petición al Señor.

Nuestro deseo de ser transformados incluye que pidamos a Dios ser comprometido a su verdad vv. 33-35

¿Qué es lo que pide el Salmista a Dios para estar comprometidos a su Verdad?  Pide tres cosas:

1. Ser Enseñable v. 33

“Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.”

  • La petición de ser enseñado v. 33a

El salmista pide que el Señor le enseñe el significado de su verdad, o lo que es su voluntad.

¿Qué significa tener una espíritu enseñable? Es estar consciente, admitir que yo no lo se todo y que hay mucho que otros pueden enseñarme. Esto significa que hay ocasiones en las que yo debo quedarme callado y no hablar pretendiendo que lo se todo.  Además hay que dejar que la otra persona nos enseñe.

Billy Graham el evangelista murió estas semana. El viernes fue su servicio. Una de las cualidades que uno de sus hijos dijo que poseía era que era enseñable. Alguien tan importante y reconocido como el. Reconocía que el Señor le podía enseñar a través de otros. Esta es la actitud correcta hacia la verdad de Dios. Es lo que el salmista pide.

Nosotros no lo sabemos todo y por esto debemos dejar que Él nos guíe en sus caminos a través de su Palabra. Si no hacemos esto y simplemente pedimos que nos guíe estamos en error. Dios nos ha hablado a través de su Palabra, nos ha dado sus “estatutos” a través de ella. Nuestro deber es aprenderlos, ponerlos en nuestro corazón y pedir que el Señor nos enseñe el significado para nuestras vidas (cómo se aplica a nuestras vidas) y nos muestre SU camino delineado en su Palabra.

Muchos de nosotros preferimos la ruta fácil de buscar la opinión de otros o aun buscar una respuesta mística de parte de Dios. Pedimos que Dios alinee todo como para así darnos cuenta de su voluntad. Esto nos lleva a fuera de su voluntad que al fin de cuentas termina siendo el camino largo. Billy Graham le dijo con mucho amor a una mujer que se había divorciado, “Amy, tengo hijos y nietos que aman al Señor…algunos han tomado el camino largo a casa.”

  •  La intención de ser obediente hasta el fin v. 33b

“y lo guardaré hasta el fin”

Buscamos ser guiados por Dios a través de su verdad con la intención de hacer lo que nos manda, no una vez sino toda la vida.

Esta intención requiere un compromiso resoluto.

Cuando decides seguir a Cristo como su discípulo no es para hacer lo mínimo y así entrar al cielo. No fuiste salvo para que seas mediocre y sigas igual, o para que te rindas porque las cosas no van bien.
El salmista pide a Dios un compromiso hasta el fin de su jornada en este mundo. Ya llevo más de 30 años y a veces se me hace muy difícil, las luchas espirituales son intensas, y pido al Señor que me ayude a perseverar hasta el fin. Eso quiero, eso deseo, eso oro al Señor.

Algo del Funeral de Billy Graham que me impactó y que me impresionó fue como vez tras vez se dijo de Él de como Cristo fue su vida todo momento aun hasta el fin de su vida de 92 años. Su identidad no fue su identidad popular pública sino en Jesucristo. Cada oportunidad que tenía, ya sea en una cruzada evangelística o en persona, compartía que Cristo había muerto, resucitado para darnos la salvación. Billy Graham fue obediente hasta el final. ¡Gloria a Dios! ¡Qué ejemplo para nosotros!

¿Tienes un corazón enseñable hacia la Palabra de Dios? ¿Tienes esta actitud cuando la lees o la estudias?

2. La segunda cosa que pide para ser comprometido a la verdad es hay que tener discernimiento v. 34

“Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.”

  •   La Petición por Discernimiento v. 34a

No solo queremos que nos enseñe sus caminos sino que nos de discernimiento, la habilidad de reconocer lo que es bueno o malo.
La idea es de tener discernimiento hacia la Palabra de Dios. Discernir lo que Dios dice en su Palabra para vivir la vida de acuerdo a ella. Esa es la intención.

  • La Intención de Hacer de TODO Corazón lo que Dios Me Enseña v. 34b

Este versículo es paralelo al versículo 33b. EL deseo o la intención es de “guardar”, de hacer, de cumplir lo que Dios manda. Pero añade de todo corazón. Una vez más reitera el compromiso con el Señor. No estamos hablando de sentimientos sino de toda tu voluntad, tus deseos, y aun tus emociones canalizadas hacia la intención de hacer lo que Dios te muestra como su voluntad.

¿Pides a Dios este discernimiento para cumplir su ley de todo corazón?

La tercer cosa que pide para ser comprometido a la verdad de Dios es:

3. Ser Guiado v. 35

“Guíame por la senda de tus mandamientos,
Porque en ella tengo mi voluntad.”

Esto quiere decir que debemos pedir, “Señor guíame, dirígeme en la conducta, el comportamiento, la manera de vivir que tu has mandado.”

Seguimos esa ruta trazada por Dios. Esa ruta tiene direcciones específicas. Cuando hay que ir a escalar generalmente se sigue una ruta marcada. En algunas ocasiones se amarran cuerdas de color a los árboles para mostrar la ruta. Sin esto es posible perderse porque todo parece tan similar.

En la ruta de este mundo en que vivimos todo parece ser igual. El cristiano a menudo sigue esa ruta y se pierde porque no sigue lo que Dios ha marcado como su senda. Debes seguir las “pautas” o sus “leyes” para poder vivir como peregrinos en este mundo.

En la siguiente entrada hablaremos sobre las pautas o mandatos que debemos seguir.
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Mi Testimonio – Recuento a los 16 años

Mi testimonio que compartí con los jóvenes en la Iglesia El Buen Pastor cuando tenía 16 años. Verán al final del testimonio “en vivo”, agregué algo unos años después (creo), eso suena bastante cursi, pero sin embargo , eso fue entonces. Perdón que no es excelente el audio.
Con el pastor Ray Zuercher fundador de la Iglesia del Buen Pastor
Mi bautismo a los 14 años un año después de conocer a Cristo

Mi Primera Biblia

Campamento de la Iglesia
La casa en la calle Flora dónde crecí en Santa Ana. La “trailer” fue mi primer cuarto, un hermano me ayudó a arreglarla.

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Porque Necesitamos Dependencia y Devoción a La Palabra de Dios – Salmo 119:17-24 – Segunda Parte

Hablamos en la entrada anterior que como siervos o servidores del Señor necesitamos su provisión y la iluminación Palabra para vivir haciendo su voluntad. Además somos Peregrinos de Dios vv. 19-24

La idea de peregrinos tiene dos ideas, una de ser forastero y otra uno que va en camino, de pasado como peregrino a otro país. 

Como forasteros y peregrinos en este mundo necesitamos la guía de la Palabra de Dios para vivir de acuerdo a su voluntad. Nosotros, los seguidores de Cristo, seguimos el camino estrecho que lleva a la vida (Mateo 7:13-14) y los demás siguen el camino ancho que lleva a la muerte eterna.

Necesitamos su Palabra para guiarnos porque

Somos “Refugiados” en este Mundo
“Forastero soy yo en la tierra” v. 19a

¿Qué quiere decir esto?

1. No Somos de Este País

Es un poco raro escuchar al salmista decir esto ya que fue al pueblo de Israel se les dio la tierra prometida. Sin embargo, dice que es un “refugiado”. Un refugiado necesita asilo y depende de otros. El salmista se ve más allá de su residencia actual.

Aunque todo ese mundo le pertenece a Dios, por el hecho de que somos seguidores de Cristo, nos hace “refugiados” porque nuestro país de residencia permanente no es aquí. No nos hagamos ideas de que estamos en la Tierra Prometida. No hay ningún lugar en este planeta que es nuestro país.

Filipenses 4:20 nos dice que nuestra ciudadanía está en los cielos. Sin embargo, muchos de nosotros vivimos como si fuéramos de este mundo.

También,

2. Nuestro Rey no está reinando físicamente entre nosotros. 

Como forasteros o refugiados no tenemos un rey terrenal a quien seguimos. Seguimos a Cristo.
El reina en nuestras vidas. Esto nos hace forasteros porque las demás personas siguen lo que la sociedad o sus países les dicen. Nuestra lealtad es primero a nuestro Señor Jesucristo antes que a cualquier país o persona. Le seguimos a Él hasta que venga por nosotros o hasta que nos llame a su presencia.

¿Tienes esta idea y actitud de que eres refugiado en este mundo y necesitas depender de la guía del Señor en toda tu vida?

No solamente somos refugiados en este mundo, sino que somos Peregrinos en Camino a Nuestra País Celestial vv. 19b-21

“No encubras de mí tus mandamientos. Quebrantada está mi alma de desear
Tus juicios en todo tiempo.
Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos.”

Este concepto de peregrino también lo encontramos en el Nuevo Testamento. 1 Pedro 2:11 nos dice que somos peregrinos en este mundo. Vamos de pasada y no viviremos permanentemente aquí y por esto necesitamos ser guiados por el Señor. Es como cuando va a otro país. Ese país tiene sus leyes y reglas que debes seguir. Cuando llegas tienes que aprenderlas. Cuando tu llegaste a conocer a Cristo, Dios te hizo ciudadano de su país y debes aprender cuales son las normas y valores de ese reino. Aunque no vives allí todavía, vas en camino y debes vivir como ciudadano de ese reino.

Esto significa que,

1. Nuestros valores son SUS valores y debemos seguirlos. 
Como podemos ver en este Salmo y a través de la Escritura, los valores de los hijos de Dios no son como los demás de este mundo. Piensa en este Salmo y el énfasis en la Palabra de Dios para vivir la vida, esto es algo radical en nuestro mundo aún entre creyentes.

Nuestro mundo tiene valores, pero estos valores, aunque muchos buenos, son subjetivos dependiendo de las circunstancias. Cada vez más, estos valores se alejan de la Verdad de Dios.

Al ir estudiando más este Salmo me doy cuenta cuanto me falta entender que mis valores provienen de la Palabra de Dios, viene de Dios mismo. Son su guía que revelan su voluntad para vivir la vida como peregrinos.

Romanos 12:2 nos dice que no debemos dejarnos de moldear de acuerdo a los valores del mundo. Nuestros valores son los valores de Dios que encontramos en su Palabra.

¿Refleja tu vida los valores del reino de Dios?

Como peregrinos seguimos los valores del Señor en su Palabra y

2. Nuestra Guía es la Palabra de Dios v. 19b-21

a. Rogamos que Dios nos Muestre su Verdad para Vivir de acuerdo a su voluntad

“No encubras de mí tus mandamientos” v. 19b

Necesitamos tener la guía oficial de la Palabra de Dios para mostrarnos como vivir mientras estemos en este mundo.
Debemos orar para que Dios nos muestre su verdad para vivir de acuerdo a su voluntad pero también

b. Anhelamos Apasionadamente la Palabra de Dios

“Quebrantada está mi alma de desear tus juicios justos en todo tiempo” v. 20

Podemos mirar que hay una hambre y sed de la justicia de Dios hasta el punto de ser quebrantado, una actitud de humildad.

Esto nos hace falta mucho a nosotros. Cuando leemos, estudiamos o meditamos Su Palabra no lo hacemos con esta hambre ni con esta actitud.

“En todo tiempo” 
Pero el salmista no dice que lo hace cuando está en problemas. Él lo hace “en todo tiempo”. Él entiende que no puede vivir sin la guía de los “juicios” de Dios (“mishpatim” – 23 veces, se refiere a lo que Dios revelado y declarado como bueno o malo las decisiones).  Él busca lo que Dios ha declarado en su Palabra como su voluntad en cada situación o circunstancia de su vida.

Muchos hacen la voluntad de Dios algo misterioso y lo asocian con “el plan de Dios para sus vidas”. Quieren y buscan que Dios les diga cada paso para dar. Sin embargo, su Palabra nos da suficientes principios y guía para vivir de acuerdo a la Verdad de Dios. A menudo ignoramos la Verdad clara de Dios para buscar la voluntad “mística” de Dios. Queremos que Dios nos guíe y bendiga en plena desobediencia a la Palabra de Dios.
Esto no es lo que el salmista dice. El da cada paso buscando la enseñanza de la Palabra de Dios.

Por ejemplo, la pregunta no es, “Señor, ¿dónde debo trabajar?” O “Señor, dame este trabajo que quiero…” sino decir, “Señor tu Palabra me enseña a que debo trabajar para sostenerme, para sostener a mi familia, para ser generoso con otros, para honrarte con las primicias, y dar testimonio de ti donde quiera que esté. Concédeme un lugar donde pueda lograr esto para tu gloria.”

Otro ejemplo que va con los solteros. Nosotros decimos u oramos, “Señor quiero ser feliz, con un esposo o esposa que me ame y sea mi compañero o compañera o alma gemela (soul mate) porque tú sabes que sin él/ella mi vida no está completa.”

Mejor orar de acuerdo a su Palabra. “Señor, tú me salvaste para que sea tuyo. Tu eres el único que llena mi vida completamente. Pero tu Palabra nos dice también que nos has hecho con la necesidad de tener un compañero o compañera para vivir como coherederos de la vida en Cristo. Mi vida necesita esta persona a la cual yo pueda amar como Cristo amó a la iglesia,” o si eres mujer, “Al cual yo pueda respetar y someterme como a Cristo para que juntos podamos cumplir tus justos juicios y servirte como fieles discípulos tuyos.”

Si esta manera de rogar a Dios parece ser completamente foráneo es porque necesitas anhelar apasionadamente la Palabra de Dios y hacerla parte de tu vida, ponerla en tu corazón.

Como peregrinos en ese mundo entendemos que nuestra guía es la Palabra de Dios. En ella encontramos los valores del Reino de Dios que nos ayudaran a vivir en este mundo que no es nuestro hogar de residencia. Somos peregrinos, somos refugiados. ¡No te sientes muy cómodo donde estás!

Esto debe hacerte pensar en que Dios puede cambiar tu lugar de estancia en cualquier momento y debes estar dispuesto a ir. Dios quiere usarte para que otros le conozcan y quiere usarnos.
1 Tesalonicenses 5:23-24 nos exhorta a vivir obedientemente hasta que el Señor venga. Ese debe ser nuestro deseo.

No solamente rogamos que Dios nos muestre como vivir de acuerdo a su Palabra y anhelamos apasionadamente la Verdad de Dios sino también,

c. Entendemos el Peligro de Rechazar los Mandamientos del Señor v. 21

“Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos. “

Las personas que rechazan los mandamientos del Señor son soberbios y malditos. Esto suena duro.

Porque se desvían de los mandamiento del Señor. Esto es rebelarse contra Dios mismo.
Es fácil pensar que estos son los que no conocen a Cristo, lo cual es lógico. Pero pensemos que el salmista vive en el contexto de un pueblo que es llamado el pueblo de Dios. Todos ellos tenían el deber de seguir la Palabra de Dios. La advertencia es primordialmente para ellos.

Dios nos advierte que el rechazar sus mandamientos, su verdad, su voluntad revelada para guiar nuestra vida es un acto de soberbia y trae no la bendición sino la maldición de Dios. Remover la bendición de nuestra vida equivale a recibir la maldición.

El orgullo nuestro dice que lo sabemos todo y no necesitamos de su guía. El orgullo nos lleva a rechazar la soberanía de Dios. Puede ser algo consciente por directa violación o un acto pasivo de omisión a la Verdad de Dios. ¡Cuidado con esto!

Dios nos reprenderá con su disciplina como sus hijos que somos cuando nos desviamos de sus mandamientos. Heb. 12:5-11                                           

Como peregrinos seguimos los valores del reino, somos guiados por la Palabra de Dios, entendemos el peligro de rechazar sus mandamientos y

3. Somos Criticados porque Seguimos al Señor y Su Palabra vv. 22-23a

“Aparta de mí el oprobio y el menosprecio,
Porque tus testimonios he guardado.
Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí;”

Una vez más miremos que el contexto de este salmo es el pueblo de Dios Israel. No todos vivían la vida que Dios les había mandado. El salmista dice que la crítica, la burla y el menosprecio por obedecer los “testimonios”, lo que Dios declaró como su verdad fiel, venían de los eran soberbios y se apartan de los mandamientos del Señor.

Para nosotros, estas personas pueden ser las que no siguen a Cristo y al vernos seguir y obedecer a Cristo nos critican y aun persiguen. Esto lo dijo Cristo en Juan 15:18-20 Los no-creyentes al mirar tu vida fiel a la Palabra de Dios es testimonio que les reprende y les muestra que necesitan arrepentirse o recibirán el castigo eterno de Dios. Esto les hace reaccionar.

Para el salmista es muy posible que estas son personas del mismo pueblo de Dios. No solo esto, sino que algunos eran “príncipes” o líderes que se “sentaron y hablaron” en contra de él.

La crítica, la burla, el menosprecia, muchas veces vendrá de los mismos creyentes.   La razón es sencilla, ellos no obedecen al Señor y tú sí. Su orgullo no les deja ser obedientes. Se han apartado de los mandamientos del Señor.

Estos tienden a unirse a otros que andan igual para hablar mal de ti. No debe de sorprenderte. La reacción que debes tener no es de defenderte, ni comportarte igual. La respuesta es clamar al Señor, “Yo he sido fiel a ti, líbrame de estos insultos, menosprecios y persecución.”

Bueno esto es algo que me ha estado sucediendo. Alguien me está acusando injustamente, persiguiendo y amenazando sin ninguna razón. Más bien, lo está haciendo porque he guardado los testimonios del Señor y esto trajo a la luz la verdad del pecado. Mi oración es esta en esta: Yo he sido fiel a ti, líbrame de estos insultos, menosprecios y persecución.”

Además, debemos seguir meditando en la Palabra de Dios y seguir siendo obediente al Señor. Esto debe empujarte a estar más comprometido a someterte a la Verdad de Dios.

Como peregrinos seguimos los valores del reino, somos guiados por la Palabra de Dios, somos criticados por ser obedientes al Señor pero

4. Estamos Comprometidos Completamente a Someternos a La Verdad de Dios para Nuestras Vidas vv. 23b-24
“Más tu siervo meditaba en tus estatutos,
Pues tus testimonios son mis delicias
Y mis consejeros. “

La respuesta a la crítica y aun persecución es comprometernos más y someternos más a la Palabra de Dios. Nuestro Señor nos enseñó esto en Juan 17:14-18 Debemos santificarnos (nos hace más como Cristo y menos como nuestros deseos quieren) más en la Palabra de Dios. Esto lo hacemos en tres maneras:

a. Meditando – “Mas tu siervo meditaba en tus estatutos”

Pensamos, reflexionamos, contemplamos la Palabra del Señor con nuestra mente.

b. Deleitando – “Pues tus testimonios son mis delicias”

Nos deleitamos, nos gozamos en la Verdad de la Palabra de Dios. Esto nos llena de emoción.

c. Recibiendo Consejo – “Y mis consejeros”

Es la Palabra de Dios donde busco el consejo para mi vida decía el salmista.

Hoy día muchos van a los consejeros buscando ayuda. Quieren consejos para solucionar sus problemas. Creo que es necesario en muchos casos, pero cuando todo se ha agotado. Ya has buscado la respuesta y el ser obediente en la Palabra de Dios. Muchas veces las personas buscan consejería sabiendo que sus vidas están en desobediencia a la Palabra de Dios.

Siendo joven el predicador Harry Ironside visitó a un anciano a punto de morir. Su nombre era Andrew Fraser, y apenas podía hablar. Le preguntó al joven predicador, “¿Joven, quieres predicar a Cristo verdad?” “Si, eso quiero.” El anciano le susurró, “siéntate por un poco de tiempo y hablemos de la Palabra de Dios.” El anciano abrió su Biblia y con la poca fuerza que tenía, muy simple y dulcemente le mostraba las verdades de la Palabra pasaje tras pasaje de tal manera que el espíritu de Ironside jamás había experimentado.  Sin darse cuento miró que el anciano tenía lagrimas corriendo en su cara. Ironside le preguntó, “¿Dónde aprendió estas cosas? ¿Puede decirme dónde puedo encontrar ese libro que me las enseñe a mí? ¿Las aprendió en un seminario o colegio?” Ironside jamás olvidó su respuesta, “Mi querido joven, aprendí estas cosas sobre mis rodillas en un piso de lodo en una pequeña cabaña hecha de lodo en el norte de Irlanda.  Allí con mi Biblia abierto me arrodillaba por horas y le pedía al Espíritu Santo de Dios que revelara a Cristo en mi alma, que abriera mi corazón a su Palabra y me enseñó más sobre mis rodillas en ese piso de lodo que lo que hubiera aprendido en todos los seminarios o colegios en el mundo.” – Citado y Traducido de Preaching Illustrations from Church History por Ron Prosise

Este anciano tuvo el mejor consejero. La Palabra de Dios fue su consejero y maestro iluminado por El Espíritu Santo.

El salmista dice que su voluntad está rendida a la voluntad de Dios. Esto en tiempo cuando no tenían la Biblia completa ni copias para todos (ni consejería profesional). Hoy día tenemos demasiadas copias y estudios sobre ella. ¡Excusas no hay!

¿Recurres, así como el anciano a la Palabra para aconsejarte cuando tienes algún problema o simplemente para conocer más a Cristo?

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Porque Necesitamos Dependencia y Devoción a La Palabra de Dios – Salmo 119:17-24

Esta parte del Salmo 119 “guímel” (letra g) es una oración. Es una oración pidiendo a Dios ayuda para depender y tener devoción por la Palabra de Dios. El salmista se encuentra en momentos cuando las circunstancias son difíciles y sufre persecución debido a su obediencia a la Palabra del Señor. Su oración nos enseña el porque debemos de depender y tener devoción a la Palabra de Dios; nos da dos razones generales y nos explica cómo nos ayudan a vivir la vida en obediencia a la Palabra de Dios.

La primera razón es que somos siervos de Dios vv. 17-18
“Haz bien a tu siervo”

La Biblia dice que somos “siervos” o servidores del Señor. 1 Pedro 2:16  ¿Te parece esto extraño? La idea de “siervo” suena como esclavo y no nos gusta. Y por eso muchas veces decimos “servidores”. Pero mal entendemos que el carácter de Dios. Es un privilegio ser sus siervos. Sus siervos son sus hijos, y sus hijos son coherederos con Cristo. Tenemos una herencia eterna y como tales no podemos hacer menos que servirle como siervos.

Nuestro Señor Jesucristo, nuestro ejemplo, siendo el Hijo de Dios se humilló como siervo dando su vida en la cruz, y Dios le exaltó levantándole de los muertos para que por medio de Él podamos ser hijos de Dios. Y no solo somos sus hijos, sino sus siervos. Siervos porque nos sometemos a su voluntad enseñada en su Palabra cumpliendo lo que Él manda.

Como sus servidores, Dios también nos usa como sus emisarios para compartir con otros las Buenas Nuevas de salvación. Nos usa para llevar a cabo su plan de redención o rescate como lo enseña su Palabra. ¡Es un honor ser siervos del Rey de Reyes! Como sus servidores nuestro deber primordial es obedecer su Palabra antes de compartirla. Para esto necesitamos de su provisión y su iluminación.

 Necesitamos la Provisión Completa de Dios en nuestras Vidas v. 17

1. Necesitamos la Provisión de Dios para Vivir de Acuerdo a su Voluntad
“Haz bien a tu siervo; que viva” v. 17a

Antes de conocer a Cristo “merecíamos” nada sino el castigo de Dios por nuestros pecados. Cuando Cristo nos salvó Dios nos dio muchos beneficios, nos dio de su generosidad. El promete “proveer” o darnos generosamente.  El Salmo 103:1-5 nos dice esos beneficios. Todos los beneficios de Dios son para que vivamos de acuerdo a su voluntad.

Dios nos suplirá todo en Cristo Jesús (Filipenses 4:19) para que podamos vivir de acuerdo a la voluntad del Señor.

Como puedes ver, nuestro Dios es dadivoso y generoso. El desea proveer para TODAS las áreas de tu vida. La parte de Dios es proveer generosamente, la parte nuestra es que necesitamos ser obedientes.

¿Cuantas veces nos quejamos en vez de agradecer a Dios por su provisión? Deberíamos ser los siervos más agradecidos porque sin merecer nada, Dios nos ha provisto todo lo que necesitamos para esta vida y para vivir en la eternidad.

2. Necesitamos la Provisión de Dios para ser Obediente
“Y guarde tu palabra” v. 17b

El salmista ora por esta provisión para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y seguir siendo obediente a su Palabra. Él quiere cumplir lo que Dios le ha mandado. ¿Porqué? Porque solo cuando depende en Él es que puede producir fruto de justicia, fruto espiritual que glorificará a Dios. Juan 15

¡Qué diferente es muchas veces en nuestra vida! Queremos que Dios nos provea para ser felices, para gozarnos, pero no para ser obedientes a Él. En las situaciones prósperas, lo ignoramos. No le buscamos. Pero cuando vienen los problemas le buscamos. Se convierte en el ciclo vicioso.

El salmista dice, “Sígueme proveyendo como tu siervo para que pueda ser obediente”, esta debe ser nuestra oración.

No solo necesitamos su provisión en nuestra vida como sus siervos o servidores, sino que

Necesitamos la Iluminación de Dios de su Palabra v. 18

“Abre mis ojos, y miraré
Las maravillas de tu ley.”

Como siervos del Señor necesitamos ser guiados por Él a través de su Palabra. Pero para esto necesitamos su ayuda.

“Abre” significa descubrir o quitar lo que cubre. Es la misma palabra que se usa en el versículo 22, “aparta”.

Para poder entender espiritualmente la verdad Divina, primero necesitamos que nuestro Señor nos abra los ojos. Esto sucede al recibir a Cristo. ¿Recuerdas antes de creen en Cristo que no entendías lo que decía la Biblia? Se te hacía raro. 
 El pecado de no creer en Él nos tenía ciegos a toda la verdad de Dios. 2 Cor. 3:14-15; 4:4. Una vez nos arrepentimos y creemos en Cristo como nuestro Señor y Salvador, Él nos abre los ojos a las verdades espirituales. Es como cuando estás en lo oscura y estás tratando de leer y te sientes frustrado. Pero prendes la luz y dices, “Ah, ahora sí puedo ver.” Así dice la Escritura que era antes de conocer a Cristo.

De aquí en adelante, Dios continúa mostrándonos y enseñándonos su verdad. Es algo continuo lo que llamamos iluminación.                                           

Cuando abrimos la Palabra demos rogar que Dios nos ilumine, que nos abra los ojos para mirar lo maravillosa que es. ¿Porqué no miramos lo maravillosa que es? Primero porque no la leemos. Segundo es porque no pedimos que Dios nos muestre sus maravillas.

La Biblia es suficientemente sencilla para que un niño la lea y la entienda, y suficientemente profunda para que un teólogo no toque el fin.

Un evangelista italiano en los años 1800 hablaba con un hombre dueño de un campo frutal en el norte de Italia.  Al hablar con este hombre, le dijo, “Usted me dice que este libro es la Palabra de Dios, pero no tiene ninguna prueba.” El evangelista cambio el tema y mirando a el fruto de los árboles le dijo, “¡Que peras tan agradables, que pena que se de muy baja calidad!” El hombre le dijo, “¿Qué? ¿Cómo?, ¿De mala calidad?, pero si es claro que Ud. no las ha probado. Tome una o dos y pruébelas”.  El evangelista lo hizo y comenzó a comer una. “Tiene razón le dijo el evangelista, estas peras están excelentes. Pero Ud. también debe hacer lo mismo que yo hecho pero con mi libro. Pruebe que la Palabra de Dios es buena.” – Citado y Traducido de Preaching Illustrations from Church History por Ron Prosise

Nunca descubrirás las maravillas de la ley del Señor sino las pruebas pidiéndole al Señor que te ayude.

Pablo lo expresó así en Efesios 1:17-21. Queremos conocer su sabiduría, su conocimiento, queremos saber sobre nuestra esperanza, queremos saber sus riquezas de la gloria de su herencia y la grandeza de su poder, el mismo que resucitó a Cristo de entre los muertos. Queremos conocer a Dios a través de su Palabra. Queremos conocerle y obedecerle haciendo su voluntad.

 Como siervos o servidores del Señor necesitamos su provisión y la iluminación Palabra para vivir haciendo su voluntad.

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Dependencia y Devoción a La Palabra de Dios -Salmo 119:17-24

Esta parte “guímel” (letra g) es una oración. Es una oración pidiendo a Dios ayuda para depender y tener devoción por la Palabra de Dios. El salmista se encuentra en momentos cuando las circunstancias son difíciles y sufre persecución debido a su obediencia a la Palabra del Señor. Su oración nos enseña el porque debemos de depender y tener devoción a la Palabra de Dios; nos da dos razones generales y nos explica cómo nos ayudan a vivir la vida en obediencia a la Palabra de Dios.


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Cómo Mantener tu Vida Pura – Salmo 119:9-16 – Tercera Parte

Para mantenernos limpios en nuestros caminos, no solo debemos tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra,  atesorarla en nuestro corazón, ser enseñable, compartirla con otros, pero también hay que gozarse en la obediencia a la Palabra de Dios v. 14

1. La Vida en Obediencia a la Palabra Trae Gozo v. 14a
“Me he gozado en el camino de tus testimonios”
El hacer la voluntad de Dios revelada en la Palabra debe traerte gozo. Esto fue lo que Jeremías experimentó. Jer. 15:16
Los mandamientos del Señor no deben ser gravosos o pesados 1 Juan 5:3 porque son muestras del amor de Dios para nosotros. El Señor quiere que nuestra camino sea limpio, puro, santo y gocemos de TODO lo que Él nos ha dado dentro de su voluntad.

¿Es esto lo que experimentas tú? ¿Te gozas en el vivir dentro de la voluntad de Dios?

2. La Vida en Obediencia a la Palabra es el Tesoro Más Grande v. 14 

“Más que de toda riqueza”

El salmista está diciendo que nada, ninguna o toda riqueza puede darle el gozo que la obediencia a Palabra de Dios le puede dar.

Esto no parece que es algo real hoy día. Hay muchas cosas triviales que nos traen más gozo o alegría como el mirar fútbol, ir de compras, el trabajo, los parques de diversiones, estar en el Facebook, socializar, hacer deportes, ganar dinero, comer, pero no hacer la voluntad de Dios. Queremos impactar a nuestros jóvenes pero amamos más otras cosas antes que la Palabra de Dios.

Un niño escribe una carta a una niña:
“Querida Wendy, sé que esto es raro, pero me gustas mucho. No te lo quería decir porque me habrías pegado ahí en medio, como lo hiciste la última vez. Tengo algo para ti. Espero que te guste. Si yo te gusto, te cuidaré mucho, mucho, mucho. Si tienes novio no pasa nada, no me podré triste. Te compraré todo lo que quieras, incluso 100 pares de zapatos. Espero que tengas un día de San Valentín genial. Con amor, Julián”

Este niño aprendió de alguien que hay algo que valoran mucho las mujeres. Ellas se gozan en los zapatos. Quizás para ti sea otra cosa, como para mí los libros. ¿Cómo sabes esto? La evidencia es obvia. Pregunta a tus hijos y te dirán.

Cuando te gozas en el camino o la voluntad de Dios es evidente. Nada toma su lugar y se puede ver en la manera que vives y expresas tu vida.

Quizás piensas que esto no es posible, pero para esto debemos comenzar a buscarle si queremos tener esta clase de gozo. Si te quedas estacionado nada sucederá. Debes moverte y comenzar a hacerlo hasta que se vuelva tu “adicción” y nada sea más deseable.

Piensa, qué harás para comenzar a gozarte en la Palabra de Dios.

Para mantenernos limpios en nuestros caminos, no solo debemos tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra, atesorarla en nuestro corazón, ser enseñable, compartirla con otros, gozarte y valorarla más que cualquier otra cosa pero también hay que meditar Constantemente en la Palabra de Dios v. 15
“En tus mandamientos meditaré”

1. Contempla con Devoción la Palabra de Dios
v.15a (vv. 15, 23, 48, 78, 148, 97, 99)

La palabra meditar significa contemplar, pensar, meditar. Implica un espíritu de devoción. Esto es más que leer la Biblia. Es estar pensando, contemplando, meditando en ella constantemente. La meta de ello es de ponerla en práctica en nuestra vida diaria.

La idea de contemplar para mí es similar cuando vas a un museo. Me encanta ver las fotos del pasado o históricas. Me gusta ver cada detalle, mirar las caras de las personas, pensar en lo que quizás estaban pensando, y tratar de imaginarme lo que es estar allí. Puede pasar mucho tiempo haciendo eso. Termino con un anhelo de estar allí. Así creo que es meditar en la Palabra.

Otro ejemplo es cuando alguien tiene una obsesión. Por ejemplo, la música, el fútbol, el trabajo, el Facebook u otra cosa. Muchas de las obsesiones son malas. Muchas son buenas que se vuelven malas porque te consumen.

Pero el principio de considerar algo con mucho deseo es lo que enseña este versículo. Considerar es ocuparse en os mandatos del Señor de tal manera que son tu obsesión.

En los últimos dos años he estado usando la Palabra durante la oración. Cada mañana a través de mi app “Prayermate” me da un pasaje en cada categoría (Adoración, Confesión, oraciones bíblicas). Comienzo mi tiempo meditando en ese pasaje y algunas veces no alcanzo a terminar mi tiempo de intercesión porque esto.

El martes leía y meditaba el Salmo 31:7. Mientras más lo leía y pensaba en él, me daba cuenta lo cierto que es especialmente en el contexto de mi vida. Es la misericordia o el amor constante de Dios que me da gozo y me alegra durante mis tiempos de aflicción y tiempos de angustia en mi alma. Le daba gracias a Dios por eso, porque no hay nadie que puede darme esto. Es por eso que el merece todo mi amor.

Esto es algo muy olvidado hoy día. En ese entonces no tenían sus propias Biblias así que tenían que oírla y aprender de memoria mucho de ella. De otra manera no podían meditarla.

Hoy día tenemos la Palabra completa en tantas formas y sin embargo no meditamos en ella.

¿Cómo vamos a vivir vidas puras sino lo hacemos? Te invito que cada mañana pases tiempo meditando en la Palabra de Dios.
Cuando meditas en la Palabra te das cuenta del camino del Señor, lo que él te manda, lo que es su voluntad a seguir.

2. Anhela el Camino del Señor v. 15b

“Consideraré tus caminos”

Cuando meditas en la Palabra del Señor te das cuenta que el anhelo tuyo debe ser seguir su camino. Cuando meditaba en el Salmo 31:7 me daba cuenta que nadie merece mi lealtad y mi amor más que Dios. Me hace anhelar su camino. Mientras más medito en su Palabra y puedo ver lo que está pasando en mi vida, como Él me muestra su amor constante es que me hace anhelar más su camino. Me anhela ser obediente a Él. Expreso este anhelo a través de la oración.

A veces no sé cómo debo aplicar su Palabra o me siento incapaz de hacerlo y simplemente lo expreso a Él en oración: “Señor, ayúdame a obedecerte. Ayúdame a seguirte fielmente. Quiero hacer lo que tu Palabra me enseña.”
Otras veces pido que Dios me muestre su camino.

Si queremos mantenernos limpios, puros y seguir fielmente al Señor, debemos meditar en sus mandamientos a través de los cuales podemos ver sus caminos, o su voluntad. Debemos considerarlos o darles atención con la intención de llevarlos a cabo.

Piensa cómo comenzarás a llevar a cabo esto. ¿Qué necesitas ordenar en tu vida para llevarlo a cabo?

Para mantenernos limpios en nuestros caminos, no solo debemos tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra, atesorarla en nuestro corazón, ser enseñable, compartirla con otros, gozarte y valorarla más que cualquier otra cosa, meditar en ella pero también hay que deleitarse en las Verdades de Palabra de Dios v. 16

1. El Placer de la Palabra de Dios v. 16b
“Me regocijaré en tus estatutos”

La palabra “delicia” es la misma que es usa en este versículo. Aparece 9 veces en este salmo. Salmo 119:24, 35, 47, 70, 77, 174, 92, 143

La idea de delicia o placer es la misma en el primer salmo. El Salmo 1:2 dice “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.”

¿Qué es tu deleite?
Para muchos de nosotros es algo tangible como la comida. Tengo problemas con las dietas. Al momento de oigo la palabra dieta pienso ser limitado en comer. Me encanta la comida y muchas veces después de comer la comida de mi esposa prepara le digo, “¡Qué rico es comer!” La comida me trae deleite.

La voluntad de Dios revelada en su Palabra debe ser nuestro deleite. Dios promete una vida de bendición si lo hacemos. Nunca dejaremos de producir fruto espiritual.

¿Qué te trae placer? Sin duda muchas cosas. Me acuerdo en una clase de sicología que el profesor dijo que en la vida solo había dos clases de placeres, bueno y malo. Decía que cada acción era una de los dos. Tiene algo de sentido esto.

Así que la Palabra de Dios o me trae un placer bueno o un placer malo. Si te trae un placer malo es porque no has conocido a Cristo como tu Señor y Salvador o estás viviendo en desobediencia a la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios debe causarte regocijo o deleite porque revela la voluntad de Dios. Por el otro lado debe llevarte a

2. No Ignorar su Palabra v. 16b
“No me olvidaré de tus palabras”

El salmista comienza acertando que, para mantener su vida pura, el joven debe “guardar sus palabras” y aquí lo dice de otra manera, “no me olvidaré de tus palabras”. Ambas ideas dicen lo mismo, una de una manera positiva y una negando lo que no hará.

¿Cómo te estás deleitando en la Palabra de Dios durante la semana? ¿Estás ignorándola y prefieres los manjares del mundo que no te traerá satisfacción espiritual, sino que te alejan de Él?

Dios te ha dado la manera de mantener tu vida pura, limpia, y santa. Es su Palabra. Solo ella te traerá este resultado. Envuelve tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra,  atesorarla en nuestro corazón, ser enseñable, compartirla con otros, gozarte y valorarla más que cualquier otra cosa, meditarla y deleitarse en ella.

Primera parte
Segunda parte
Predicación del Sermón completo 

 

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Cómo Mantener tu Vida Pura – Salmo 119:9-16 – Segunda Parte

Como hablamos en la entrada anterior, para mantenernos limpios en nuestros caminos, no solo debemos tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra y atesorarla en nuestro corazón sino también tener, disponibilidad para ser enseñado por la Palabra de Dios v. 12

Para mantener una vida pura, limpia agradable a Dios debemos estar disponibles para ser enseñados por la Palabra del Señor.

Esto se demuestra en dos formas:

1.  Bendiciendo a Dios v. 12a
“Bendito tú, oh Jehová”

Cuando tu corazón atesora la Palabra del Señor en tu corazón, te lleva a adorar a Dios. Le das la gloria a Él por lo que ha hecho. Te ha librado de caer, de pecar y vives una vida recta delante de Él.  Es importante reconocerle a Él como la fuente de nuestra victoria espiritual. Esto nos ayuda a mantenernos humildes. Esta actitud es crucial para nuestra vida.
Pero también

2. Rogando a Dios Ser Enseñado Obediencia v. 12b
“Enséñame tus estatutos”

El salmista pide 9 veces que sea enseñado por el Señor (Ps. 119:12, 26, 33, 64, 66, 68, 108, 124, 135)

Ser enseñado a ser obediente es difícil. Muchos de nosotros luchamos con nuestros hijos para que ellos sean obedientes. ¿Porqué? porque sus deseos pecaminosos siempre quieren dominarlos. Nosotros debemos enseñarles a que sean enseñables. Pero nosotros también luchamos por ser obedientes a Cristo. Ellos ven que venimos a la Iglesia y si realmente estamos abiertos a ser enseñados por el Señor.
¿Discutes con ello con lo que Dios te está enseñando? Tu transparencia es importante para mostrarles que eres enseñable.
¿Por qué nos cuesta obedecer al Señor? Porque nuestros deseos se oponen a los deseos de Dios.

Gálatas  5:17dice,
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”
La única manera de ser enseñado es dejar que el Espíritu Santo nos guíe.

Gálatas 5:16 dice, “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Romanos 8:13 dice “más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.”

Salmo 86:11 es un versículo que leo casi cada mañana como una oración que expresa el deseo de ser enseñado por el Señor.
Este debe ser nuestro deseo.
¿Cómo está tu deseo de ser enseñado por el Señor? ¿Qué te está pidiendo hoy que aprendas?

No solo debemos tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra y atesorarla en nuestro corazón sino también tener, disponibilidad para ser enseñado por la Palabra de Dios
sin también el deseo de compartir la Palabra de Dios con otros v. 13
“Con mis labios he contado
Todos los juicios de tu boca.”

Los Juicios (mishpatim; 23 veces) se refieren a lo que Dios revelado y declarado como bueno o malo las decisiones.

El salmista dice que, porque busca la Palabra del  Señor con determinación, la atesora (es obediente) en su corazón, y busca ser enseñado por el Señor puede no solo mantenerse puro y limpio en su camino y puede compartirla con otros.

No basta solo orar al Señor bendiciendo su nombre y pidiéndole que nos enseñe sino también debemos compartir con otros los juicios o lo que Dios nos ha declarado en su Palabra como su voluntad. Debemos compartir lo que nos está enseñando a través de su Palabra.

¿Cómo nos ayuda esto?

1. Nos Mantiene  Responsables ante Otros 

Cuando compartimos abiertamente lo que Dios nos está enseñando, nos hace responsable ante otros. Hay una idea muy común que dice que yo soy responsable solo ante Dios y no necesito ser transparente con nadie. Esto es un error. La Biblia enseña lo opuesto. Hay por lo menos 10 mandatos “unos a otros”. Esto solo sucede si compartimos de una manera transparente. Esto es la iglesia. No es museo para ver lo del pasado, no es un parque de diversión para reírte todo el tiempo y gozar tu espacio personal con tus preferidos, es un  hospital donde nos ayudamos unos a otros con nuestras heridas. A veces tiene mal olor y hay gemido, pero buscamos juntos el consejo de Dios.

2. Ayuda a Otros a Seguir tu Ejemplo

No solo nos mantiene responsable ante otros sino también ayuda a otros a seguir nuestro ejemplo. Si tus hijos oyen de tus luchas y como Dios te está enseñando, te ayuda a ser responsable ante ellos.
Los jóvenes hoy día son influenciados por otros jóvenes.  ¡Cuanto más el joven cristiano que vive para Cristo debe ejercer una influencia buena a los demás!

Esto es solo posible cuando guardas la Palabra de Dios y tu vida la demuestra a otros.

Para mantenernos limpios en nuestros caminos, no solo debemos tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra,  atesorarla en nuestro corazón, ser enseñable, y compartirla con otros.

Tercera parte
Predicación del Sermón completo 

 

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Cómo Mantener tu Vida Pura – Salmo 119:9-16 – Primera Parte

Lo que el Salmo 119:9 dice o pregunta es aún más relevante para esta generación y para todos nosotros. ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.

La preguntas es cómo vivir una vida pura, limpia, íntegra, moral. La respuesta es guardando la Palabra.

Ha sido la falla nuestra como padres, como comunidad y como iglesia de articular la verdad de la Palabra de Dios a nuestros jovenes. No hemos enseñado a nuestros jóvenes y niños como guardar la Palabra de Dios. Cuando hablamos de darles consejos les damos nuestra “palabra” no la “palabra” de Dios.  El consejo que les damos es a menudo el mismo que la cultura les dice. Como consecuencia no saben cómo responder al sinnúmero de situaciones morales y éticas en este mundo. El resultado es desastroso. No quieren nada de Dios y menos de su Palabra.

Aquí hay algunos consejos (muchos enseñados con nuestro ejemplo):
– Tu puedes ser lo tú quieras si te lo propones
–  Disfruta la vida
– Ten prioridades
– Trabaja duro
– Se responsable

La respuesta está en este salmo. Debemos guardar su Palabra. Palabra (dabar; 24 veces) quiere decir cualquier palabra que viene de Dios.

No sabemos si el salmista era joven o era un maestro enseñando a sus estudiantes, pero la pregunta que les presenta la encontramos en el versículo 9.

Aunque la pregunta está dirigida a una persona joven, no quiere decir que es solo para ellos. Es también para nosotros.

Esta pregunta tiene como contexto los versículos anteriores que hablan de cómo debemos ser obedientes a la Palabra de Dios. Esta siguiente sección (bet) nos da lo práctico para ser obedientes a la Palabra y así mantener nuestra vida pura, limpia, sin mancha, irreprensible, santa.

Aunque decimos que la respuesta es fácil, debemos obedecer la Palabra de Dios (v. 9), envuelve ciertos aspectos prácticos que deben ser real en nuestras vidas.

¿Qué debemos tener o necesitamos para vivir una vida pura, limpia, sin mancha, irreprensible, santa delante de Dios?

Determinación para Buscar al Señor por medio De su Palabra v. 10

1. Es un Acto de la Voluntad v. 10a
“Con todo mi corazón te he buscado”

La palabra “corazón” (leb) no significa lo que nosotros entendemos como corazón. No es aspecto emocional. El corazón en el concepto judío envuelve también la voluntad y el razonamiento.  Aparece 14 veces en este salmo (Salmo 119:2, 7, 10, 11, 32, 34, 36, 58, 69, 80, 111, 112, 145, 161)

Buscar al Señor envuelve un acto de la voluntad que es planeado. No es algo emocional.  Envuelve “todo” nuestro corazón. (Salmo 119:34, 58, 69, 145)

Si tu deseas mantener tu vida pura, limpia y santa delante del Señor tendrás que buscar al Señor cada día a través de un acto planeado y premeditado. Es interesante que cuando caemos en pecado, muchas veces es un acto planeado.
Si queremos evitar caer en pecado debemos buscar la Palabra del Señor con todo nuestro corazón.
Pensemos en el ejemplo que les damos a nuestros jóvenes.

¿Miran ellos que buscamos al Señor con todo nuestro corazón a través de su Palabra? La verdad es que ellos no lo ven en nosotros y no tienen ningún interés en hacerlo.

Nuestra determinación debe ser un acto de la voluntad y

2. Es un Acto de Dependencia v. 10b
“No me dejes desviarme de tus mandamientos”

Parece ser que hay una contradicción. En la primera parte, el salmista está determinado a buscar al Señor a través de su Palabra, pero aquí pide que Dios le ayude a no desviarse.

No es una contradicción. Dios dice que debemos de hacer nuestra parte. Filipenses 2:12 dice que debemos de “ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor.” En la vida cristiana no hay lugar para la auto confianza. 1 Cor. 10:12 dice “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”

Pero también sabemos que Dios es el que nos ayuda en el proceso de nuestro crecimiento espiritual. Esto es lo que dice Filipenses 2:13 y debemos rogar que él no nos permite desviarnos de sus mandamientos.

Los jóvenes hoy día se dedican a los deportes, a las artes, o a querer ser alguien importante o reconocido. Y nosotros como padres o como iglesia les animamos, pero no a buscar al Señor y depender de Él. Vamos a todos sus partidos, los llevamos, gastamos horas tras ora. Pero nuestra determinación de buscar al Señor a través de su Palabra no existe. Ven claramente nuestras prioridades que muchas veces son guiadas por ellas y no por nosotros. Ellos no son tontos, saben claramente que tu no buscas al Señor con todo tu corazón y no dependes de Él.

Otras personas tienen determinación para mejorar su cuerpo y van al gimnasio siguiendo un régimen estricto. Otros tienen determinación para ascender en la posición en su trabajo. No tiene nada de malo, como ya saben que yo lo hago. Pero esta determinación es la que debemos tener para con la Palabra del Señor porque solo ella pueda mantenernos limpios, puros, fieles en el camino de la fe.

¿Cómo está tu determinación de buscar al Señor a través de su Palabra con todo tu corazón? ¿Cuál es tu régimen espiritual?

No solo debemos tener la determinación de buscar al Señor con la determinación de nuestra voluntad para depender de Él sino debemos también, atesorar la Palabra de Dios en tu corazón v. 11

“En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.”

El salmista dice que ha obedecido los mandatos del Señor en su corazón para no pecar contra Él. Hablamos anterior sobre este concepto de corazón.

Mateo 6:10 dice que donde esté tu tesoro (lo que valoras) allí estará tu corazón. Esto quiere decir que lo valoramos es allí donde están nuestros afectos.  Esto se puede determinar por medio de una pregunta,

¿Qué es algo con lo cual si no tuvieras nada no podrías vivir? Se honesto. Quizás digas, “mi esposo o esposa, mis hijos, el internet o estar conectados con otros, mi casa, mi colección de__”. Esto no quiere decir que es malo pero cuando Dios te pide algo, debemos estar dispuestos a dejarlo todo.

Dios pide tu corazón para que atesores su Palabra en tu vida. (Prov. 23:26)

Esta debe ser la prioridad de tu vida. Dije “la” prioridad no una prioridad. Debe de ser la principal. Explicaré más adelante porque es “la” prioridad máxima. Pero en términos de resultados para tu vida,

¿Por qué? Porque atesorar la Palabra de Dios le guardará del mal camino, le mantendrá puro y limpio en tu manera de vivir.

Si la generación milenial o Z siguen sus caminos no terminarán bien. Lo sabemos. El caos moral eventualmente les destruirá y les condenará a una eternidad sin Cristo. Esto es el plan del Enemigo. Es lo mismo en nuestra vida. Nada nos librará de pecar sino el atesorar la Palabra de Dios en nuestra vida.

Los beneficios serán para ti. Cuando les digo a mis hijos que deben ser obedientes es porque les digo que los beneficios son para ellos. Yo no recibo nada directamente. Ese es plan de Dios. Desea lo mejor para ti, pero no sucederá a menos que atesores su Palabra en tu corazón.

1. Debemos Buscar la Sabiduría de la Palabra de Dios y Seguirla Diariamente v. 11a
“he guardado tus dichos”

La sabiduría de Dios revelada en su Palabra debe ser algo que buscamos diariamente porque ella nos enseña cómo vivir temiendo al Señor.  No solo nos librará del mal camino con sus consecuencias, sino que nos asegura una recompensa delante del Señor. Prov. 2:1; 7:1

Además, sabemos que Cristo es nuestra sabiduría. 1 Cor. 1:30 y su Palabra debe habitar en nuestros corazones. Col. 3:16
Es a Él a quien buscamos cada día a través de su Palabra. Él es nuestra sabiduría porque nuestra vida está en El.

Pero él no es tu sabiduría hasta que no crees en Cristo como tu Señor y Salvador. De otra manera no entenderás la Palabra del Señor, y su sabiduría se te hará algo confuso y extraño.

Solamente puedes decir “para mí el vivir es Cristo…” (Fil. 1:21) cuando has dado tu vida a Cristo.

¿Lo has hecho? Si no los has hecho lo puedes hacer esta mañana.

“Antes de recibir al Señor Jesús vivíamos por nuestra cuenta. Pero después de recibirlo, Dios desea
que El viva en nosotros y por nosotros. Cuando el Señor Jesús se vuelve nuestra vida, ya no tenemos necesidad de vivir conforme a nuestra vida original.
El Señor Jesús no nos da mandamientos, sugerencias ni enseñanzas que debamos llevar a cabo, sino que viene de nuestra vida interna y lo hace todo en nuestro lugar, para que podamos vivir por Su vida. Anteriormente
reaccionábamos a las circunstancias con nuestra propia vida, pero ahora debemos permitir que sea la vida de Cristo la que responda.” – Watchman Nee, “Cristo es Nuestra Sabiduría”

Debemos atesorar la Palabra del Señor en nuestro corazón no solo porque allí encontramos Su Sabiduría sino porque también

2. Nos Libra de la Tentación y Pecado v. 11b
“Para no pecar contra ti”

“El salmista sabe que, si ama lo que debe amar, odiará lo que debe odiar, vivirá como debe vivir.” –                                         W. Graham Scroggie, Salmos

Así sucede, solo si amas lo que debes amar que odiarás lo que debes odiar. Y eso viene del atesoramiento de la Palabra en nuestros corazones.

Atesorar la Palabra de Dios es atesorar a Cristo. Nuestro Señor Jesucristo fue claro en Juan 5:39 que las Escrituras son las que dan testimonio de Él.

Es a través de ella que se revela y nos enseña a cómo vivir una vida pura y santa como Él la vivió. Cuando lo hacemos somos más como Él y deseamos lo que Él desea. Si nuestro deseo es ser como Cristo, atesoraremos su Palabra en nuestros corazones. Como dice el canto,

“Pon tus ojos en Cristo
Tan lleno de gracia y amor
Y lo terrenal sin valor será
A la luz del glorioso Señor”

Y es por esto que debe de ser nuestra prioridad antes que cualquier cosa.

¿Cómo estás atesorando la Palabra de Dios en tu vida?

Para mantenernos limpios en nuestros caminos, no solo debemos tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra y atesorarla en nuestro corazón.

Segunda parte
Tercera parte
Predicación del Sermón completo 

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Cómo Vivir una Vida Pura, Limpia, Integra para Dios – Salmo 119:9-16

Lo que el Salmo 119:9 dice o pregunta es aún más relevante para esta generación y para todos nosotros.
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. 
La preguntas es cómo vivir una vida pura, limpia, íntegra, moral. La respuesta es guardando la Palabra. La respuesta está en este salmo. Debemos guardar su Palabra. Palabra (dabar; 24 veces) quiere decir cualquier palabra que viene de Dios.  No sabemos si el salmista era joven o era un maestro enseñando a sus estudiantes, pero la pregunta que les presenta la encontramos en el versículo 9. 
Aunque la pregunta está dirigida a una persona joven, no quiere decir que es solo para ellos. Es también para nosotros. 


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La Vida en Obediencia a la Palabra de Dios – Salmo 119:1-8 – Parte 3

Según el Salmo 119:1-8, la vida en obediencia a la Palabra de Dios es una vida que recibe las recompensas de obedecer la Palabra de Dios vv. 6-7
Se puede ver en varias cosas:

1. Confianza Delante de Dios v. 6 

“Entonces no sería avergonzado, 
Cuando atendiese a todos tus mandamientos”

– Mandatos (misvah/misvot) 22 veces, lo que Dios ordena.

La palabra guardar en este versículo significa “poner los ojos” con la intención de hacer algo. El Salmista tiene el deseo y la intención de obedecer las normas que Dios le ha revelado. El resultado de esto es que no será avergonzado públicamente ante otros. El Israelita era enseñado que debía obedecer la Ley. No hacerlo traía vergüenza.  Hoy día lo opuesto es verdad ante el público. Primero, nos da vergüenza obedecer al Señor en público. Y segundo, el público está listo para burlarse si obedeces a Dios. Eres el santo, el puritano, el radical o extremista.

La Escritura dice que no te avergüenzes del evangelio porque es poder de Dios. Rom. 1:16 Debemos ser valientes para vivir la verdad de Dios porque Él no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio. 2 Tim. 1:7
Cuando obedecemos a Dios con valor ante otros podemos acercarnos a Dios con confianza.

Pero además podemos tener,

2. Adoración Pura v. 7

“Te alabaré con rectitud de corazón
Cuando aprendiere tus justos juicios.”

– Juicios (mishpatim) – 23 veces, se refiere a lo que Dios revelado y declarado como bueno o malo las decisiones.

Otro beneficio de obedecer la Palabra es que podemos adorar a Dios con un corazón puro o sincero.  No hay nada que estorba nuestra adoración porque estámos obedeciendo los juicios o lo que bueno que Dios ha declarado que debemos hacer. A medida que Dios nos va enseñando lo que es bueno o malo vamos obedeciendo. Es una actitud muy diferente hoy. Queremos alabar a Dios pero no obedecerle. Y cuando nos manda algo, no lo queremos hacer y nos desanimamos. Ya no le buscamos.

En Mateo 5:8 nuestro Señor dice que los bienaventurados son los de limpio de corazón porque ellos verán a Dios. Ellos podrán tener comunión con Dios. Esa comunión viene de la adoración. Esa adoración es el resultado de la obediencia a la Palabra de Dios.

Finalmente, la vida en obediencia a la Palabra de Dios es una vida comprometida a la Palabra de Dios v. 8

1. Mi Intención v. 8a – “Tus estatutos guardaré”

– Decretos (juqqim) 21 veces, lo que Dios revela como ley o norma, graba permanentemente en su pacto y en su naturaleza.               

El deseo no se queda en deseo como dice el versículo 5 sino que se vuelve en mi intención y lleva a la acción.   El salmista dice que obedecerá las normas de Dios. No hay titubeo. Hay una resolución a obedecer.

¿Cómo cambiaría nuestra vida si tuviéramos esta actitud nosotros? 

2. Su Gracia v. 8b – “No me dejes enteramente”

El Salmista ora que Dios no le deje. Pide que Dios le de su gracia. Debemos pedir que Dios nos siga dando su gracia a medida que le obedecemos. Muchas veces queremos su gracia sin lo obediencia. Si, es cierto la gracia es un favor que no merecemos pero no es una gracia barata. La gracia la hemos recibido por medio de Cristo que dio su vida santa para salvarnos, rescatarnos y hacernos santos delante del Padre.

El salmo 19:10 dice acerca de la Palabra de Dios:

Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.

El deseo del que el salmista habla es más que un deseo sin acción. Es un deseo que le lleva a buscar la verdad de Dios. Debemos oír, leer, estudiar la Palabra de Dios con un deseo superior a todo lo demás. Un deseo superior al deseo de trabajar y ganar dinero, al deseo de ser exitoso, al deseo de tener una buena carrera, al deseo de ser un buen padre o madre, al deseo de ser popular, a cualquier otro deseo. ¿Porqué? porque como hemos visto, la persona bienventurada, completa, bendecida, llena de satisfacción por Dios es la que guarda, que integra en su vida, que alinea su vida, que obedece la Palabra de Dios. Esto no es automático ni lo puede hacer alguien por ti. Tu debes hacerlo cada día.

Cuando la Palabra llega a ser lo más deseado y la obedecemos entonces experimentaremos la comunión con Cristo.

Esto habla un himno en inglés “Trust and Obey (Confia y Obedece)

1. Cuando caminamos con el Señor
A la luz de su Palabra
¡Qué gloria Él derrama en nuestro camino!
Al hacer su voluntad
Permanece aún con nosotros
Y con todos los que confían y obedecen

Confía y obedece
Porque no hay otra manera
De ser feliz en Jesús
Confiar y obedecer

5. Luego en compañerismo dulce
Nos sentaremos a sus pies,
O caminaremos a su lado en el camino
Lo que Él dice haremos,
Donde Él nos mande iremos,
Nunca temeremos, solo confiar y obedecer

Trust and Obey

When we walk with the Lord
 In the light of His Word,
What a glory He sheds on our way;
 While we do His good will,
 He abides with us still,
And with all who will trust and obey.

Trust and obey,
For there’s no other way
To be happy in Jesus,
 But to trust and obey.

Then in fellowship sweet
 We will sit at His feet,
Or we’ll walk by His side in the way;
 What He says we will do;
 Where He sends, we will go,
Never fear, only trust and obey.

Parte 1
Parte 2


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