Hablamos en la entrada anterior que como siervos o servidores del Señor necesitamos su provisión y la iluminación Palabra para vivir haciendo su voluntad. Además
somos Peregrinos de Dios vv. 19-24
La idea de peregrinos tiene dos ideas, una de ser forastero y otra uno que va en camino, de pasado como peregrino a otro país.
Como forasteros y peregrinos en este mundo necesitamos la guía de la Palabra de Dios para vivir de acuerdo a su voluntad. Nosotros, los seguidores de Cristo, seguimos el camino estrecho que lleva a la vida (Mateo 7:13-14) y los demás siguen el camino ancho que lleva a la muerte eterna.
Necesitamos su Palabra para guiarnos porque
Somos “Refugiados” en este Mundo
“Forastero soy yo en la tierra” v. 19a
¿Qué quiere decir esto?
1. No Somos de Este País
Es un poco raro escuchar al salmista decir esto ya que fue al pueblo de Israel se les dio la tierra prometida. Sin embargo, dice que es un “refugiado”. Un refugiado necesita asilo y depende de otros. El salmista se ve más allá de su residencia actual.
Aunque todo ese mundo le pertenece a Dios, por el hecho de que somos seguidores de Cristo, nos hace “refugiados” porque nuestro país de residencia permanente no es aquí. No nos hagamos ideas de que estamos en la Tierra Prometida. No hay ningún lugar en este planeta que es nuestro país.
Filipenses 4:20 nos dice que nuestra ciudadanía está en los cielos. Sin embargo, muchos de nosotros vivimos como si fuéramos de este mundo.
También,
2. Nuestro Rey no está reinando físicamente entre nosotros.
Como forasteros o refugiados no tenemos un rey terrenal a quien seguimos. Seguimos a Cristo.
El reina en nuestras vidas. Esto nos hace forasteros porque las demás personas siguen lo que la sociedad o sus países les dicen. Nuestra lealtad es primero a nuestro Señor Jesucristo antes que a cualquier país o persona. Le seguimos a Él hasta que venga por nosotros o hasta que nos llame a su presencia.
¿Tienes esta idea y actitud de que eres refugiado en este mundo y necesitas depender de la guía del Señor en toda tu vida?
No solamente somos refugiados en este mundo, sino que somos Peregrinos en Camino a Nuestra País Celestial vv. 19b-21
“No encubras de mí tus mandamientos. Quebrantada está mi alma de desear
Tus juicios en todo tiempo.
Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos.”
Este concepto de peregrino también lo encontramos en el Nuevo Testamento. 1 Pedro 2:11 nos dice que somos peregrinos en este mundo. Vamos de pasada y no viviremos permanentemente aquí y por esto necesitamos ser guiados por el Señor. Es como cuando va a otro país. Ese país tiene sus leyes y reglas que debes seguir. Cuando llegas tienes que aprenderlas. Cuando tu llegaste a conocer a Cristo, Dios te hizo ciudadano de su país y debes aprender cuales son las normas y valores de ese reino. Aunque no vives allí todavía, vas en camino y debes vivir como ciudadano de ese reino.
Esto significa que,
1. Nuestros valores son SUS valores y debemos seguirlos.
Como podemos ver en este Salmo y a través de la Escritura, los valores de los hijos de Dios no son como los demás de este mundo. Piensa en este Salmo y el énfasis en la Palabra de Dios para vivir la vida, esto es algo radical en nuestro mundo aún entre creyentes.
Nuestro mundo tiene valores, pero estos valores, aunque muchos buenos, son subjetivos dependiendo de las circunstancias. Cada vez más, estos valores se alejan de la Verdad de Dios.
Al ir estudiando más este Salmo me doy cuenta cuanto me falta entender que mis valores provienen de la Palabra de Dios, viene de Dios mismo. Son su guía que revelan su voluntad para vivir la vida como peregrinos.
Romanos 12:2 nos dice que no debemos dejarnos de moldear de acuerdo a los valores del mundo. Nuestros valores son los valores de Dios que encontramos en su Palabra.
¿Refleja tu vida los valores del reino de Dios?
Como peregrinos seguimos los valores del Señor en su Palabra y
2. Nuestra Guía es la Palabra de Dios v. 19b-21
a. Rogamos que Dios nos Muestre su Verdad para Vivir de acuerdo a su voluntad
“No encubras de mí tus mandamientos” v. 19b
Necesitamos tener la guía oficial de la Palabra de Dios para mostrarnos como vivir mientras estemos en este mundo.
Debemos orar para que Dios nos muestre su verdad para vivir de acuerdo a su voluntad pero también
b. Anhelamos Apasionadamente la Palabra de Dios
“Quebrantada está mi alma de desear tus juicios justos en todo tiempo” v. 20
Podemos mirar que hay una hambre y sed de la justicia de Dios hasta el punto de ser quebrantado, una actitud de humildad.
Esto nos hace falta mucho a nosotros. Cuando leemos, estudiamos o meditamos Su Palabra no lo hacemos con esta hambre ni con esta actitud.
“En todo tiempo”
Pero el salmista no dice que lo hace cuando está en problemas. Él lo hace “en todo tiempo”. Él entiende que no puede vivir sin la guía de los “juicios” de Dios (“mishpatim” – 23 veces, se refiere a lo que Dios revelado y declarado como bueno o malo las decisiones). Él busca lo que Dios ha declarado en su Palabra como su voluntad en cada situación o circunstancia de su vida.
Muchos hacen la voluntad de Dios algo misterioso y lo asocian con “el plan de Dios para sus vidas”. Quieren y buscan que Dios les diga cada paso para dar. Sin embargo, su Palabra nos da suficientes principios y guía para vivir de acuerdo a la Verdad de Dios. A menudo ignoramos la Verdad clara de Dios para buscar la voluntad “mística” de Dios. Queremos que Dios nos guíe y bendiga en plena desobediencia a la Palabra de Dios.
Esto no es lo que el salmista dice. El da cada paso buscando la enseñanza de la Palabra de Dios.
Por ejemplo, la pregunta no es, “Señor, ¿dónde debo trabajar?” O “Señor, dame este trabajo que quiero…” sino decir, “Señor tu Palabra me enseña a que debo trabajar para sostenerme, para sostener a mi familia, para ser generoso con otros, para honrarte con las primicias, y dar testimonio de ti donde quiera que esté. Concédeme un lugar donde pueda lograr esto para tu gloria.”
Otro ejemplo que va con los solteros. Nosotros decimos u oramos, “Señor quiero ser feliz, con un esposo o esposa que me ame y sea mi compañero o compañera o alma gemela (soul mate) porque tú sabes que sin él/ella mi vida no está completa.”
Mejor orar de acuerdo a su Palabra. “Señor, tú me salvaste para que sea tuyo. Tu eres el único que llena mi vida completamente. Pero tu Palabra nos dice también que nos has hecho con la necesidad de tener un compañero o compañera para vivir como coherederos de la vida en Cristo. Mi vida necesita esta persona a la cual yo pueda amar como Cristo amó a la iglesia,” o si eres mujer, “Al cual yo pueda respetar y someterme como a Cristo para que juntos podamos cumplir tus justos juicios y servirte como fieles discípulos tuyos.”
Si esta manera de rogar a Dios parece ser completamente foráneo es porque necesitas anhelar apasionadamente la Palabra de Dios y hacerla parte de tu vida, ponerla en tu corazón.
Como peregrinos en ese mundo entendemos que nuestra guía es la Palabra de Dios. En ella encontramos los valores del Reino de Dios que nos ayudaran a vivir en este mundo que no es nuestro hogar de residencia. Somos peregrinos, somos refugiados. ¡No te sientes muy cómodo donde estás!
Esto debe hacerte pensar en que Dios puede cambiar tu lugar de estancia en cualquier momento y debes estar dispuesto a ir. Dios quiere usarte para que otros le conozcan y quiere usarnos.
1 Tesalonicenses 5:23-24 nos exhorta a vivir obedientemente hasta que el Señor venga. Ese debe ser nuestro deseo.
No solamente rogamos que Dios nos muestre como vivir de acuerdo a su Palabra y anhelamos apasionadamente la Verdad de Dios sino también,
c. Entendemos el Peligro de Rechazar los Mandamientos del Señor v. 21
“Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos. “
Las personas que rechazan los mandamientos del Señor son soberbios y malditos. Esto suena duro.
Porque se desvían de los mandamiento del Señor. Esto es rebelarse contra Dios mismo.
Es fácil pensar que estos son los que no conocen a Cristo, lo cual es lógico. Pero pensemos que el salmista vive en el contexto de un pueblo que es llamado el pueblo de Dios. Todos ellos tenían el deber de seguir la Palabra de Dios. La advertencia es primordialmente para ellos.
Dios nos advierte que el rechazar sus mandamientos, su verdad, su voluntad revelada para guiar nuestra vida es un acto de soberbia y trae no la bendición sino la maldición de Dios. Remover la bendición de nuestra vida equivale a recibir la maldición.
El orgullo nuestro dice que lo sabemos todo y no necesitamos de su guía. El orgullo nos lleva a rechazar la soberanía de Dios. Puede ser algo consciente por directa violación o un acto pasivo de omisión a la Verdad de Dios. ¡Cuidado con esto!
Dios nos reprenderá con su disciplina como sus hijos que somos cuando nos desviamos de sus mandamientos. Heb. 12:5-11
Como peregrinos seguimos los valores del reino, somos guiados por la Palabra de Dios, entendemos el peligro de rechazar sus mandamientos y
3. Somos Criticados porque Seguimos al Señor y Su Palabra vv. 22-23a
“Aparta de mí el oprobio y el menosprecio,
Porque tus testimonios he guardado.
Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí;”
Una vez más miremos que el contexto de este salmo es el pueblo de Dios Israel. No todos vivían la vida que Dios les había mandado. El salmista dice que la crítica, la burla y el menosprecio por obedecer los “testimonios”, lo que Dios declaró como su verdad fiel, venían de los eran soberbios y se apartan de los mandamientos del Señor.
Para nosotros, estas personas pueden ser las que no siguen a Cristo y al vernos seguir y obedecer a Cristo nos critican y aun persiguen. Esto lo dijo Cristo en Juan 15:18-20 Los no-creyentes al mirar tu vida fiel a la Palabra de Dios es testimonio que les reprende y les muestra que necesitan arrepentirse o recibirán el castigo eterno de Dios. Esto les hace reaccionar.
Para el salmista es muy posible que estas son personas del mismo pueblo de Dios. No solo esto, sino que algunos eran “príncipes” o líderes que se “sentaron y hablaron” en contra de él.
La crítica, la burla, el menosprecia, muchas veces vendrá de los mismos creyentes. La razón es sencilla, ellos no obedecen al Señor y tú sí. Su orgullo no les deja ser obedientes. Se han apartado de los mandamientos del Señor.
Estos tienden a unirse a otros que andan igual para hablar mal de ti. No debe de sorprenderte. La reacción que debes tener no es de defenderte, ni comportarte igual. La respuesta es clamar al Señor, “Yo he sido fiel a ti, líbrame de estos insultos, menosprecios y persecución.”
Bueno esto es algo que me ha estado sucediendo. Alguien me está acusando injustamente, persiguiendo y amenazando sin ninguna razón. Más bien, lo está haciendo porque he guardado los testimonios del Señor y esto trajo a la luz la verdad del pecado. Mi oración es esta en esta: Yo he sido fiel a ti, líbrame de estos insultos, menosprecios y persecución.”
Además, debemos seguir meditando en la Palabra de Dios y seguir siendo obediente al Señor. Esto debe empujarte a estar más comprometido a someterte a la Verdad de Dios.
Como peregrinos seguimos los valores del reino, somos guiados por la Palabra de Dios, somos criticados por ser obedientes al Señor pero
4. Estamos Comprometidos Completamente a Someternos a La Verdad de Dios para Nuestras Vidas vv. 23b-24
“Más tu siervo meditaba en tus estatutos,
Pues tus testimonios son mis delicias
Y mis consejeros. “
La respuesta a la crítica y aun persecución es comprometernos más y someternos más a la Palabra de Dios. Nuestro Señor nos enseñó esto en Juan 17:14-18 Debemos santificarnos (nos hace más como Cristo y menos como nuestros deseos quieren) más en la Palabra de Dios. Esto lo hacemos en tres maneras:
a. Meditando – “Mas tu siervo meditaba en tus estatutos”
Pensamos, reflexionamos, contemplamos la Palabra del Señor con nuestra mente.
b. Deleitando – “Pues tus testimonios son mis delicias”
Nos deleitamos, nos gozamos en la Verdad de la Palabra de Dios. Esto nos llena de emoción.
c. Recibiendo Consejo – “Y mis consejeros”
Es la Palabra de Dios donde busco el consejo para mi vida decía el salmista.
Hoy día muchos van a los consejeros buscando ayuda. Quieren consejos para solucionar sus problemas. Creo que es necesario en muchos casos, pero cuando todo se ha agotado. Ya has buscado la respuesta y el ser obediente en la Palabra de Dios. Muchas veces las personas buscan consejería sabiendo que sus vidas están en desobediencia a la Palabra de Dios.
Siendo joven el predicador Harry Ironside visitó a un anciano a punto de morir. Su nombre era Andrew Fraser, y apenas podía hablar. Le preguntó al joven predicador, “¿Joven, quieres predicar a Cristo verdad?” “Si, eso quiero.” El anciano le susurró, “siéntate por un poco de tiempo y hablemos de la Palabra de Dios.” El anciano abrió su Biblia y con la poca fuerza que tenía, muy simple y dulcemente le mostraba las verdades de la Palabra pasaje tras pasaje de tal manera que el espíritu de Ironside jamás había experimentado. Sin darse cuento miró que el anciano tenía lagrimas corriendo en su cara. Ironside le preguntó, “¿Dónde aprendió estas cosas? ¿Puede decirme dónde puedo encontrar ese libro que me las enseñe a mí? ¿Las aprendió en un seminario o colegio?” Ironside jamás olvidó su respuesta, “Mi querido joven, aprendí estas cosas sobre mis rodillas en un piso de lodo en una pequeña cabaña hecha de lodo en el norte de Irlanda. Allí con mi Biblia abierto me arrodillaba por horas y le pedía al Espíritu Santo de Dios que revelara a Cristo en mi alma, que abriera mi corazón a su Palabra y me enseñó más sobre mis rodillas en ese piso de lodo que lo que hubiera aprendido en todos los seminarios o colegios en el mundo.” – Citado y Traducido de Preaching Illustrations from Church History por Ron Prosise
Este anciano tuvo el mejor consejero. La Palabra de Dios fue su consejero y maestro iluminado por El Espíritu Santo.
El salmista dice que su voluntad está rendida a la voluntad de Dios. Esto en tiempo cuando no tenían la Biblia completa ni copias para todos (ni consejería profesional). Hoy día tenemos demasiadas copias y estudios sobre ella. ¡Excusas no hay!
¿Recurres, así como el anciano a la Palabra para aconsejarte cuando tienes algún problema o simplemente para conocer más a Cristo?