El Amor Persistente e Inalterable de Dios – Salmo 119:41-48 – Primera Parte

Dios manda a un hombre de Dios a casarse con una mujer infiel, una mujer de mala reputación. Él lo hace y al principio todo iba bien. Dios les dio un hijo. Pero no mucho después del nacimiento del bebé, la esposa se siente oprimida, limitada, esclavizada y mientras su esposo está en su trabajo ella le es infiel vez tras vez. Todo lo mundo lo sabe excepto el esposo. Ella tiene otro hijo, una hija que no era del hombre de Dios. Luego ella tiene otro hijo varón. Pero esto no paró la infidelidad de su esposa. El esposo trató de evitar esto, advirtiéndole, amenazándole de quitarle su herencia, pero nada la hizo reaccionar. Le siguió siendo infiel y él la siguió perdonando y amando. Pero llegó por fin en una ocasión que ella le dijo, “Me voy. He encontrado mi verdadero amor. Nunca más volveré.” El corazón del esposo se quebrantó. Él la amaba. Le dolía que ella escogiera el camino equivocado. Sabía que esto eventualmente le destruiría. Sus amigos le decían “¡Qué bueno que te deshiciste de esa mujer infiel! Ella se va de casa. Pero el la sigue amando y deseaba que volviera a casa y tomara su lugar como esposa y madre de sus hijos. Dios le pide al hombre que vaya y la busque y la traiga a casa.  Le dice, “Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro. Ámala como ama el Señor ama a su pueblo.”  El hombre de Dios va y la busca, la encuentra, la redime (rescata) ya que era esclava y la trae de vuelta a casa.
Esta es una historia verdadera. Se encuentra en el libro de Oseas. Oseas era profeta de Dios que experimentó lo que se ha descrito. Dios es el esposo que ama, perdona y es fiel. Su pueblo Israel, es la mujer infiel.

Nos enseña del amor de Dios.  Un amor persistente e inalterable. No es un amor pasivo. Es un amor activo que busca, salva y perdona. Lo sabemos claramente porque su Palabra nos lo dice.  ¿Porqué nos busca?

Porque nos ama y porque estamos perdidos espiritualmente sin Él y sin su amor. Estamos en el camino equivocado y nosotros no podemos encontrarlo ni buscarlo debido a nuestro pecado. Rom. 3:10-11 nos dice que no hay justo, ni aun uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Así que Dios tiene que hacer algo. Nos busca y persigue con su amor. ¿Cómo?
La Biblia dice que Dios nos amó tanto que hizo algo al respecto. Nos envió o dio a su Hijo. Jesús mismo dijo que él había venido a buscar y a salvar lo que se había perdido. Tu y yo. Dios lo envió para mostrarnos su amor muriendo en la cruz, siendo sepultado y resucitando al tercer día y así vencer el pecado y a Satanás mismo.  Ahora él te invita a recibir ese amor, a Cristo, por fe en tu corazón como la gran expresión de su amor. Y la aventura de la fe comienza. No termina allí. El amor persistente e incambiable te sigue aún más.

Esta sección “vau” o “vav” comienza con la letra que corresponde a “y” para nosotros. Gramáticamente es algo que evitamos cuando escribimos. Pero el salmista usa “y” para conectar el amor (“jesed”) persistente e inalterable de Dios con nuestra vida. El amor de Dios produce resultados en cada momento y cada circunstancia de nuestra vida. No hay nada que se compare a este amor ni que pueda producir lo que produce el amor persistente e incambiable de Dios.

¿Cómo es este amor persistente, inalterable? El salmista comienza con “y venga” para conectar todo lo que ya ha hablado en los primeros cuarenta versículos. Es por esto que puede decir los siguiente que escribe. Puede decir que hay tres características del amor persistente e inalterable de Dios. Hablaremos de la primera en este ensayo.

Está Basado en su Verdad Incambiable vv.  41

1. El Amor de Dios Nos Persigue v. 41a
“Venga a mí tu misericordia, oh Jehová”

La idea de la palabra “venga” es que el amor persistente e inalterable de Dios viene con fuerza. Viene persiguiendo a la persona. Es ese amor que va en busca de nosotros como Ósea va en busca de Gómer su esposa infiel.

Recordando mi niñez me doy cuenta como el amor de Dios me persiguió. No crecí en un hogar religioso, era nominalmente católico. Pero estoy seguro que el amor de Dios me perseguía. Cuando digo el amor de Dios, me refiero a Dios. Dios es misericordioso. Dios es amor. Dios es compasivo. Esta es la idea de este pasaje.

¿Cómo me persiguió su amor? A través de sueños donde me caía en un barranco sin fondo y despertaba con mucho miedo pensando que sería de mi después de la muerte. Recuerdo varios eventos donde fui donde se predicaba acerca del plan de Dios. Recuerdo cuando casi me ahogo en un río y me salvé subiendo a los hombros de un amigo. No fueron coincidencias. Creo que era el amor de Dios persiguiéndome. Si eres cristiano entiendes lo que digo. Si piensas un poco te darás cuenta como Dios de a perseguido con su amor persistente e inalterable.

Si no eres creyente. Piensa en esta mañana como Dios te ha estado persiguiendo con su amor. Quizás es cada domingo que escuchas el mensaje de salvación. Sabes que te ama, te llama que vengas y recibas su amor y tú lo ignoras. Sigues tu camino, el camino equivocado. Pero su amor es persistente e inalterable.

2. El Amor de Dios Que Nos Salva v. 41b
“Tu salvación”

“Y” viene algo más después de este perseguimiento.
“Tu salvación” dice el salmista. Dios te sigue, persigue, y busca con su amor para darte salvación. Él quiere darte la salvación eterna y puedas tener con Él una vida abundante. Una vida segura a su lado gozando de su presencia, de su amor, de su perdón, de su bendición. Una vida como Él siempre ha querido darte.  Es por esto que su amor te persigue, pero también no solo esto.

3. El Amor de Dios está Basado en su Palabra 41c
“Conforme a tu dicho”

Y esta salvación (la palabra es “teshuah” de dónde proviene “yeshua” o Jesús) está basada en lo que él ha dicho, lo que ha prometido. Y siendo Dios, Él no miente. Todo lo que él te ha prometido de acuerdo a su Palabra se cumplirá.

Dios le dio a Abraham la promesa de salvación. A través de él traería al Salvador, a nuestro Señor Jesucristo. Y por la fe en Él vendríamos a tener la salvación. Abraham creyó miles de años antes por medio de la fe. Rom. 4:18, 20, 22-25

Dios cumplió su promesa de salvación. Una prueba de que fue conforme a su dicho eres tu hoy día que has creído en Cristo como tu Salvador. ¡Sucedió como él dijo! Él te prometió darte salvación por la fe en Cristo, perdonarte tus pecados, darte libertad espiritual, y tener una relación con Él. ¡Él lo hizo y eres prueba de que su amor es persistente, inalterable, incambiable de Dios!

Puedes estar seguro que cumplirá TODAS las demás promesas que te ha hecho.

Si no has dado tu vida a Cristo y no has experimentado ese amor, ¡hoy puede suceder si le dejas!

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El Amor Persistente de Dios – Salmo 119:41-48


Esta sección “vau” o “vav” comienza con la letra que corresponde a “y” para nosotros. Gramáticamente es algo que evitamos cuando escribimos. Pero el salmista usa “y” para conectar el amor (“jesed”) persistente e inalterable de Dios con nuestra vida. El amor de Dios produce resultados en cada momento y cada circunstancia de nuestra vida. No hay nada que se compare a este amor ni que pueda producir lo que produce el amor persistente e incambiable de Dios.
¿Cómo es este amor persistente, inalterable? El salmista comienza con “y venga” para conectar todo lo que ya ha hablado en los primeros cuarenta versículos. Es por esto que puede decir los siguiente que escribe. Puede decir que hay tres características del amor persistente e inalterable de Dios. 
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La Ley de Jehovás es Perfecta – Canto

Salmos 19:7-14 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. 
El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. 
10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.

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¡Cámbiame Señor! – Salmo 119:32

Este parte del Salmo 119 “He” nos enseña cómo debemos pedir que Dios nos cambie para poder ser obedientes a Él hasta el final de nuestra jornada espiritual como peregrinos. Es una continuación de la sección anterior (Dalet) donde el salmista se encontraba deprimido y se sentía impotente. Ahora clama a Dios para que le cambie.
Este debe ser nuestro deseo. Debe ser como el deseo de San Pablo en 2 Tim. 4:6-8.  Queremos terminar bien nuestra jornada como hijos de Dios. Pero para esto debemos saber que envuelve en este caminar. Envuelve cambios. De esto nos enseña este pasaje.

Los primeros cinco versículos expresan este deseo, y los siguientes tres versículos pide a Dios que le transforme para no ser seducidos en acciones y comportamiento equivocado contrario a la voluntad de Dios. El salmista lo escribe en forma de imperativos o mandatos. Esto indica la seriedad y el compromiso de su petición al Señor.

        


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Cómo Cambiar – Salmo 119:32-40 – Cuarta Parte

Para ser transformados necesitamos pedir que Dios nos renueve hacia la obediencia. Para esto necesitamos pedir renovación en la obediencia vv. 38-40
Esta renovación incluye tres aspectos:

1. Implementar la Palabra a Nuestra Vida v. 38

“Confirma tu palabra a tu siervo, que te teme.”

La idea de este pasaje es de implementar la Palabra de Dios en toda nuestra vida. Les decía de que miraba el funeral de Billy Graham, solo fui una vez a su cruzada en los años 80.  Escuché a la hija de él, Ann Lotz Graham contar sobre como cuando eran chicos su papá tenía devocionales. El les leía y les comentaba de la Biblia. Aprendieron bien. Cuando Billy Graham estaba de edad avanzada, la hija llegaba, a petición, a leerle y comentaba la Biblia por una hora. Cuando su memoria y su edad no le permitía mucho, redujo el tiempo. Lo impresionante era que Billy Graham entendía el valor de la Palabra de Dios. Ella era parte de su vida. La implementaba en toda su vida en todo momento. Esto es lo que el salmista pide en este versículo.

¿Cómo implementas la Palabra de Dios en tu vida?

2. Esta renovación envuelve también seguir quitando lo lo que no honra al Señor v. 39

“Quita de mí el oprobio que he temido,
Porque buenos son tus juicios.”

No se refiere a una persona sino al hecho de darle la espalda a Dios, negarle y rechazarle siguiendo lo malo.
El salmista no quiere apartarse de su Señor.
Pidamos esto al Señor cada día.

3.  Además la renovación incluye seguir, deseando lo Que Agrada a Dios. v. 40

“He aquí yo he anhelado tus mandamientos;
Vivifícame en tu justicia.”

¿Deseas de esta manera lo que agrada a Dios?
I Pedro 2:2 dice “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”.

Jim Dennison dice:

“¿Cuántos cristianos en nuestra cultura dependen hoy de la fe “de segunda mano”? ¿Cuántos consumen la Palabra de Dios solo después de que ha sido “digerida” por su pastor, profesor de estudio bíblico, predicador de televisión, orador de podcasts o escritor de teología?

Dios quiere hablar directamente con su gente. Me encanta esta promesa: “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.” (Isaías 30:21). Jesús dijo del Espíritu Santo, “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” Juan 16:13

Cuando estamos experimentando una relación personal, íntima y transformadora con el viviente Señor Jesús, escucharemos su voz y experimentaremos su presencia. Este hecho persistente de la Escritura conduce a este principio: si no estás escuchando a Dios, no estás tan cerca de él como deberías.”

El salmista buscaba directamente lo que agradaba a Dios y lo hacía diariamente.
¿Lo haces tu?

Para ser transformado necesitas estos tres principios:

  1. Pedir a Dios ser Comprometido a Su Verdad vv. 33-35
  2. Pedir NO ser Seducido por el Mal vv. 36-37
  3. Pedir Renovación en la Obediencia vv. 38-40

Esto no será fácil.  ¿Porqué es difícil?

Apocalipsis 12:17 dice:

“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.”

Porque tenemos un enemigo que no quiere que seas transformado. Esta en guerra contigo. El no desea que seas obedientes a la Palabra de Dios y así no des testimonio de Jesucristo.

Billy Graham fue un hombre que fue transformado por la Palabra de Dios. Cada vez que predicaba decía, “La Palabra de Dios dice…” Creía que la Palabra de Dios transformaba y por eso era fiel al Señor y lo fue hasta el final de su jornada. Su deseo fue que aun en su funeral se predicara el evangelio y así fue. Sus hijos todos testificaron de como la vida de él arraigada en su Palabra trajo fruto a su familia.
¡Qué herencia les dejó y el impacto que tuvo a muchos en este mundo!

Quiero terminar como Billy Graham, dependiendo del Señor hasta el final haciendo la Palabra de Dios mi delicia. Quiero terminar diciendo:

“Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos,
Y lo guardaré hasta el fin.” v. 33


¿Qué tal tu?


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Cómo Cambiar – Salmo 119:32-40 – Tercera Parte

Hasta ahora hemos hablado que para ser transformado o cambiado por el Señor no solo envuelve pedir que Dios nos de ese compromiso a su verdad que envuelve ser enseñable, tener discernimiento y ser guiado sino también, pedir NO ser Seducido por el Mal vv. 36-37

No ser seducido por el mal implica pedir a Dios varias cosas:

1.  Un Corazón Dado a la Verdad de Dios v. 36

“Inclina mi corazón a tus testimonios,
Y no a la avaricia.”

  • Lo Que Pide que le De v. 36a

“Inclina mi corazón a tus testimonios”

El salmista pide que le de el deseo, que le de la disponibilidad del corazón hacia lo que Dios afirma o testifica como su voluntad.
Pide que esto sea su constante inclinación, la inclinación del corazón.
Según la Escritura en Jer. 17:9-10 nuestro corazón es malo por naturaleza. No está inclinado a lo bueno. Es por esto que debemos constantemente pedir que Dios lo incline a sus testimonios, a lo que es su voluntad.

  • Lo Que Pide que No le Permita v. 36b

“Y no a la avaricia”

No es que Dios le de sino más bien que no le permita. Pide que no lo permita que busque las ganancias egoístas. Todo lo que es su propio beneficio. Esto puede incluir dinero o bienes materiales que lleva a la avaricia.
En nuestra cultura materialista americana, es tan pertinente. No debemos permitir que nuestros corazones sean capturados por la avaricia, por el deseo de tener más y más. Esto no es la voluntad de Dios.

¿A que se inclina tu corazón?

Debemos pedir tener un corazón dado a la verdad de Dios, además tener

2. Unos Ojos Enfocados en el Camino de Dios v. 37

“Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.”

  • Pasar Por Alto Las Cosas Vanas Nos Desvían 37a

“Aparta mis ojos, que no vean la vanidad”

El salmista pide que la vanidad o lo vano pase de su vista desapercibido.  ¡Que no se de cuenta! En este contexto puede referirse a los ídolos. Vanidad es considerado todo lo que no vale nada de acuerdo a la báscula de Dios. Todo lo que no trae gloria a Dios. Todo lo que no trae valor, significado y propósito a nuestra vida. Esto incluyen cosas buenas que nos roban lo que le pertenece a Dios.

En una de mis historias favoritas, “Más Allá del Viento del Norte” por George McDonald, el protagonista, un niño llamado Diamante dice:

‘Pero lo bello no puede ser malo. ¿No eres mala, Viento del Norte?

‘No; Yo no soy mala. Pero a veces las cosas bellas se vuelven malas al hacer el mal, y lleva tiempo que su maldad arruine su belleza. Entonces, los niños pequeños pueden estar equivocados si persiguen las cosas porque son bellas”.

Algunas cosas buenas se vuelven vanidad. Esto incluye todo lo que es moralmente malo y lo que no tiene ningún valor moral que nos ayuda a enfocarnos en Dios. Hay un libro en la Biblia llamado Eclesiastés que habla sobre este tema. 

Al final del libro dice:
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.” Eclesiastés 12:13-14

Nuestro mundo está lleno de vanidad.

¿Puedes pensar en algunas cosas vanas? ¿Cuantas horas estás gastando en ellas?

Un corazón enfocado en Dios, que rechaza la vanidad es necesario para adorarle.

Salmo 24:3-4 dice:
“¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?

El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.”

  •  Desear Con Energía el Camino de Dios v. 37b

“Avívame en tu camino”

Esto es en lo que debemos enfocarnos nuestros ojos (vida) con toda nuestra energía y pasión, el camino de Dios que describe la Palabra de Dios.

¿En qué se enfocan tus ojos?

En la siguiente entrada hablaremos sobre una tercera manera de ser transformado o cambiado por la Palabra de Dios.

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Cómo Cambiar – Salmo 119:32-40 – Segunda Parte

En la entrada anterior hablamos sobre como el salmista en el Salmo 119:32-40 ruega, pide a Dios que le de el compromiso, la resolución de vivir de acuerdo a la verdad de Dios.
Solamente su Palabra puede transformarle, pero necesita ser enseñable, tener discernimiento y tener un deseo de ser guiado por el Señor. Dios nos guía revelándonos los mandatos.

¿Qué ha mandado Dios?

Nuestro Señor Jesucristo no dio muchos mandatos específicos pero los que dio resumen lo Dios quiere para nosotros. Quiero que los escuches y pienses cual de esto no estás obedeciendo. Si no está obedeciendo piensa porqué no y decide hoy que serás obediente.

Los Mandatos de Jesús

1) Arrepentirnos de nuestros pecados y creer en El cómo nuestro Salvador y Señor (Marcos 1:15; Juan 20:31) – Este es el paso esencial. Sin este no se pueden cumplir los demás.

2) Ser bautizados como confirmación de nuestra fe (Mateo 28:18-20;

3) Participar de la Cena del Señor (Mateo 26:26-28)

4) Demostrar amor a nuestro prójimo (Lucas 10:25-37)

5) Dar generosamente a Dios y a otros (incluye todo lo que ganamos y poseemos) [Mateo 6:19-21; Lucas 6:38] Recomendamos que comience dando el diezmo (10%) de sus ingresos.

6) Compartir nuestra fe y hacer discípulos o seguidores de El [Mateo 28:18-19; Lucas 24:46-48; Matt. 28:18-19]

Mandatos de las Epístolas
Lista no Exhaustiva

– Airarnos y no pecar (Efesios 4:26)
– No robar (Efesios 4:28)
– No hablar malas palabras (Efesios 4:29)
– Quitar amargura, enojo, ira, gritos (Efesios 4:31)
– Esposas someterse a esposos…esposos amar como Cristo (Efesios 5:25)
– Hijos obedecer a sus padres (Efesios 6:1)
– Padres no provocar a sus hijos (Efesios 6:4)
– No unirse en yugo desigual (2 Corintios 6:14; 1 Cor. 7:39)
– No vivir en pecado/Abusar la gracia de Dios (Romanos 6:1)
– Practicar la hospitalidad (Romanos 12:13; Hebreos 13:2)
– Suplir las necesidades de otros (Romanos 12:13)
– Ser humildes (Romanos 12:16)
– No pagar mal por mal (Romanos 12:17)
– Someternos a las autoridades (Romanos 13:1; Tito 3:1)
– No tener comunión con personas que dicen ser cristianos y andan en inmoralidad (1 Corintios 5:11)
– No defraudarnos (llevar a corte) y cometer injusticias con los hermanos (1 Corintios 6:8)
– Huir la fornicación y la inmoralidad (1 Cor. 6:18; 1 Tes. 4:3)
– No estar afanados (Filipenses 4:6)
– Animar a los desanimados (1 Tes. 5:13)
– Orar sin cesar (1 Tes. 5:17)
– Dar gracia por todo (1 Tes. 5:18)
– Mostrarnos cómo ejemplo en todo (Tito 2:7)
– Tener costumbres sin avaricia (Hebreos 13:5)
– Someternos a nuestros pastores (Hebreos 13:7)
– No tener favoritismo con los de la fe (Santiago 2:1)
– No hablar mal el uno del otro (Santiago 4:11)
– Ser pacientes hasta la venida de Cristo (Sant. 5:7)
– No amar al mundo (1 Juan 2:15; Santiago 4:4)
– Ser fiel hasta la muerte (Apocalipsis 1:10)

El salmista dice que en estos mandamientos tiene su voluntad. Tiene deseos de hacerlo.

¿Qué tal tu? ¿Tienes tu voluntad en lo que Dios te ha mandado?
Ruega, pide a Dios que te el compromiso, la resolución de vivir de acuerdo a la verdad de Dios.
Solamente su Palabra puede transformarte, pero necesitas ser enseñable, tener discernimiento y un deseo de ser guiado por el Señor.

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Cómo Cambiar – Salmo 119:32-40

Todos queremos cambiar. Queremos que Dios nos cambie, pero esto no es automático. Pero cuando consideramos nuestro caminar espiritual, que afecta todos los aspectos de nuestras vidas, se vuelve más complicado. Cuando tomamos en cuenta nuestros deseos pecaminosos y como nos afectan, nos impiden el cambio, y nos asechan cada momento, es que tenemos que reconocer que nosotros no podemos hacerlo solo. Solo Dios puede hacerlo a través de su poder en nosotros. Para esto, debemos de creer en Cristo como nuestro Señor y Salvador. El te perdona, te limpia y te da un nuevo corazón con nuevos deseos. Deseos de hacer lo que agrada a Dios. Además nos da su Espíritu, el mismo que resucitó a Cristo de entre los muertos, para poder vivir la vida cristiana. De aquí en adelante, los cambios se llevan a cabo dependiendo de Él cada momento. Es difícil pero no imposible.

Este parte del Salmo 119 “He” nos enseña cómo debemos pedir que Dios nos cambie para poder ser obedientes a Él hasta el final de nuestra jornada espiritual como peregrinos. Es una continuación de la sección anterior (Dalet) donde el salmista se encontraba deprimido y se sentía impotente. Ahora clama a Dios para que le cambie.
Este debe ser nuestro deseo. Debe ser como el deseo de San Pablo en 2 Tim. 4:6-8.  Queremos terminar bien nuestra jornada como hijos de Dios. Pero para esto debemos saber que envuelve en este caminar. Envuelve cambios. De esto nos enseña este pasaje.

Los primeros cinco versículos expresan este deseo, y los siguientes tres versículos pide a Dios que le transforme para no ser seducidos en acciones y comportamiento equivocado contrario a la voluntad de Dios. El salmista lo escribe en forma de imperativos o mandatos. Esto indica la seriedad y el compromiso de su petición al Señor.

Nuestro deseo de ser transformados incluye que pidamos a Dios ser comprometido a su verdad vv. 33-35

¿Qué es lo que pide el Salmista a Dios para estar comprometidos a su Verdad?  Pide tres cosas:

1. Ser Enseñable v. 33

“Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.”

  • La petición de ser enseñado v. 33a

El salmista pide que el Señor le enseñe el significado de su verdad, o lo que es su voluntad.

¿Qué significa tener una espíritu enseñable? Es estar consciente, admitir que yo no lo se todo y que hay mucho que otros pueden enseñarme. Esto significa que hay ocasiones en las que yo debo quedarme callado y no hablar pretendiendo que lo se todo.  Además hay que dejar que la otra persona nos enseñe.

Billy Graham el evangelista murió estas semana. El viernes fue su servicio. Una de las cualidades que uno de sus hijos dijo que poseía era que era enseñable. Alguien tan importante y reconocido como el. Reconocía que el Señor le podía enseñar a través de otros. Esta es la actitud correcta hacia la verdad de Dios. Es lo que el salmista pide.

Nosotros no lo sabemos todo y por esto debemos dejar que Él nos guíe en sus caminos a través de su Palabra. Si no hacemos esto y simplemente pedimos que nos guíe estamos en error. Dios nos ha hablado a través de su Palabra, nos ha dado sus “estatutos” a través de ella. Nuestro deber es aprenderlos, ponerlos en nuestro corazón y pedir que el Señor nos enseñe el significado para nuestras vidas (cómo se aplica a nuestras vidas) y nos muestre SU camino delineado en su Palabra.

Muchos de nosotros preferimos la ruta fácil de buscar la opinión de otros o aun buscar una respuesta mística de parte de Dios. Pedimos que Dios alinee todo como para así darnos cuenta de su voluntad. Esto nos lleva a fuera de su voluntad que al fin de cuentas termina siendo el camino largo. Billy Graham le dijo con mucho amor a una mujer que se había divorciado, “Amy, tengo hijos y nietos que aman al Señor…algunos han tomado el camino largo a casa.”

  •  La intención de ser obediente hasta el fin v. 33b

“y lo guardaré hasta el fin”

Buscamos ser guiados por Dios a través de su verdad con la intención de hacer lo que nos manda, no una vez sino toda la vida.

Esta intención requiere un compromiso resoluto.

Cuando decides seguir a Cristo como su discípulo no es para hacer lo mínimo y así entrar al cielo. No fuiste salvo para que seas mediocre y sigas igual, o para que te rindas porque las cosas no van bien.
El salmista pide a Dios un compromiso hasta el fin de su jornada en este mundo. Ya llevo más de 30 años y a veces se me hace muy difícil, las luchas espirituales son intensas, y pido al Señor que me ayude a perseverar hasta el fin. Eso quiero, eso deseo, eso oro al Señor.

Algo del Funeral de Billy Graham que me impactó y que me impresionó fue como vez tras vez se dijo de Él de como Cristo fue su vida todo momento aun hasta el fin de su vida de 92 años. Su identidad no fue su identidad popular pública sino en Jesucristo. Cada oportunidad que tenía, ya sea en una cruzada evangelística o en persona, compartía que Cristo había muerto, resucitado para darnos la salvación. Billy Graham fue obediente hasta el final. ¡Gloria a Dios! ¡Qué ejemplo para nosotros!

¿Tienes un corazón enseñable hacia la Palabra de Dios? ¿Tienes esta actitud cuando la lees o la estudias?

2. La segunda cosa que pide para ser comprometido a la verdad es hay que tener discernimiento v. 34

“Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.”

  •   La Petición por Discernimiento v. 34a

No solo queremos que nos enseñe sus caminos sino que nos de discernimiento, la habilidad de reconocer lo que es bueno o malo.
La idea es de tener discernimiento hacia la Palabra de Dios. Discernir lo que Dios dice en su Palabra para vivir la vida de acuerdo a ella. Esa es la intención.

  • La Intención de Hacer de TODO Corazón lo que Dios Me Enseña v. 34b

Este versículo es paralelo al versículo 33b. EL deseo o la intención es de “guardar”, de hacer, de cumplir lo que Dios manda. Pero añade de todo corazón. Una vez más reitera el compromiso con el Señor. No estamos hablando de sentimientos sino de toda tu voluntad, tus deseos, y aun tus emociones canalizadas hacia la intención de hacer lo que Dios te muestra como su voluntad.

¿Pides a Dios este discernimiento para cumplir su ley de todo corazón?

La tercer cosa que pide para ser comprometido a la verdad de Dios es:

3. Ser Guiado v. 35

“Guíame por la senda de tus mandamientos,
Porque en ella tengo mi voluntad.”

Esto quiere decir que debemos pedir, “Señor guíame, dirígeme en la conducta, el comportamiento, la manera de vivir que tu has mandado.”

Seguimos esa ruta trazada por Dios. Esa ruta tiene direcciones específicas. Cuando hay que ir a escalar generalmente se sigue una ruta marcada. En algunas ocasiones se amarran cuerdas de color a los árboles para mostrar la ruta. Sin esto es posible perderse porque todo parece tan similar.

En la ruta de este mundo en que vivimos todo parece ser igual. El cristiano a menudo sigue esa ruta y se pierde porque no sigue lo que Dios ha marcado como su senda. Debes seguir las “pautas” o sus “leyes” para poder vivir como peregrinos en este mundo.

En la siguiente entrada hablaremos sobre las pautas o mandatos que debemos seguir.
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Mi Testimonio – Recuento a los 16 años

Mi testimonio que compartí con los jóvenes en la Iglesia El Buen Pastor cuando tenía 16 años. Verán al final del testimonio “en vivo”, agregué algo unos años después (creo), eso suena bastante cursi, pero sin embargo , eso fue entonces. Perdón que no es excelente el audio.
Con el pastor Ray Zuercher fundador de la Iglesia del Buen Pastor
Mi bautismo a los 14 años un año después de conocer a Cristo

Mi Primera Biblia

Campamento de la Iglesia
La casa en la calle Flora dónde crecí en Santa Ana. La “trailer” fue mi primer cuarto, un hermano me ayudó a arreglarla.

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Porque Necesitamos Dependencia y Devoción a La Palabra de Dios – Salmo 119:17-24 – Segunda Parte

Hablamos en la entrada anterior que como siervos o servidores del Señor necesitamos su provisión y la iluminación Palabra para vivir haciendo su voluntad. Además somos Peregrinos de Dios vv. 19-24

La idea de peregrinos tiene dos ideas, una de ser forastero y otra uno que va en camino, de pasado como peregrino a otro país. 

Como forasteros y peregrinos en este mundo necesitamos la guía de la Palabra de Dios para vivir de acuerdo a su voluntad. Nosotros, los seguidores de Cristo, seguimos el camino estrecho que lleva a la vida (Mateo 7:13-14) y los demás siguen el camino ancho que lleva a la muerte eterna.

Necesitamos su Palabra para guiarnos porque

Somos “Refugiados” en este Mundo
“Forastero soy yo en la tierra” v. 19a

¿Qué quiere decir esto?

1. No Somos de Este País

Es un poco raro escuchar al salmista decir esto ya que fue al pueblo de Israel se les dio la tierra prometida. Sin embargo, dice que es un “refugiado”. Un refugiado necesita asilo y depende de otros. El salmista se ve más allá de su residencia actual.

Aunque todo ese mundo le pertenece a Dios, por el hecho de que somos seguidores de Cristo, nos hace “refugiados” porque nuestro país de residencia permanente no es aquí. No nos hagamos ideas de que estamos en la Tierra Prometida. No hay ningún lugar en este planeta que es nuestro país.

Filipenses 4:20 nos dice que nuestra ciudadanía está en los cielos. Sin embargo, muchos de nosotros vivimos como si fuéramos de este mundo.

También,

2. Nuestro Rey no está reinando físicamente entre nosotros. 

Como forasteros o refugiados no tenemos un rey terrenal a quien seguimos. Seguimos a Cristo.
El reina en nuestras vidas. Esto nos hace forasteros porque las demás personas siguen lo que la sociedad o sus países les dicen. Nuestra lealtad es primero a nuestro Señor Jesucristo antes que a cualquier país o persona. Le seguimos a Él hasta que venga por nosotros o hasta que nos llame a su presencia.

¿Tienes esta idea y actitud de que eres refugiado en este mundo y necesitas depender de la guía del Señor en toda tu vida?

No solamente somos refugiados en este mundo, sino que somos Peregrinos en Camino a Nuestra País Celestial vv. 19b-21

“No encubras de mí tus mandamientos. Quebrantada está mi alma de desear
Tus juicios en todo tiempo.
Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos.”

Este concepto de peregrino también lo encontramos en el Nuevo Testamento. 1 Pedro 2:11 nos dice que somos peregrinos en este mundo. Vamos de pasada y no viviremos permanentemente aquí y por esto necesitamos ser guiados por el Señor. Es como cuando va a otro país. Ese país tiene sus leyes y reglas que debes seguir. Cuando llegas tienes que aprenderlas. Cuando tu llegaste a conocer a Cristo, Dios te hizo ciudadano de su país y debes aprender cuales son las normas y valores de ese reino. Aunque no vives allí todavía, vas en camino y debes vivir como ciudadano de ese reino.

Esto significa que,

1. Nuestros valores son SUS valores y debemos seguirlos. 
Como podemos ver en este Salmo y a través de la Escritura, los valores de los hijos de Dios no son como los demás de este mundo. Piensa en este Salmo y el énfasis en la Palabra de Dios para vivir la vida, esto es algo radical en nuestro mundo aún entre creyentes.

Nuestro mundo tiene valores, pero estos valores, aunque muchos buenos, son subjetivos dependiendo de las circunstancias. Cada vez más, estos valores se alejan de la Verdad de Dios.

Al ir estudiando más este Salmo me doy cuenta cuanto me falta entender que mis valores provienen de la Palabra de Dios, viene de Dios mismo. Son su guía que revelan su voluntad para vivir la vida como peregrinos.

Romanos 12:2 nos dice que no debemos dejarnos de moldear de acuerdo a los valores del mundo. Nuestros valores son los valores de Dios que encontramos en su Palabra.

¿Refleja tu vida los valores del reino de Dios?

Como peregrinos seguimos los valores del Señor en su Palabra y

2. Nuestra Guía es la Palabra de Dios v. 19b-21

a. Rogamos que Dios nos Muestre su Verdad para Vivir de acuerdo a su voluntad

“No encubras de mí tus mandamientos” v. 19b

Necesitamos tener la guía oficial de la Palabra de Dios para mostrarnos como vivir mientras estemos en este mundo.
Debemos orar para que Dios nos muestre su verdad para vivir de acuerdo a su voluntad pero también

b. Anhelamos Apasionadamente la Palabra de Dios

“Quebrantada está mi alma de desear tus juicios justos en todo tiempo” v. 20

Podemos mirar que hay una hambre y sed de la justicia de Dios hasta el punto de ser quebrantado, una actitud de humildad.

Esto nos hace falta mucho a nosotros. Cuando leemos, estudiamos o meditamos Su Palabra no lo hacemos con esta hambre ni con esta actitud.

“En todo tiempo” 
Pero el salmista no dice que lo hace cuando está en problemas. Él lo hace “en todo tiempo”. Él entiende que no puede vivir sin la guía de los “juicios” de Dios (“mishpatim” – 23 veces, se refiere a lo que Dios revelado y declarado como bueno o malo las decisiones).  Él busca lo que Dios ha declarado en su Palabra como su voluntad en cada situación o circunstancia de su vida.

Muchos hacen la voluntad de Dios algo misterioso y lo asocian con “el plan de Dios para sus vidas”. Quieren y buscan que Dios les diga cada paso para dar. Sin embargo, su Palabra nos da suficientes principios y guía para vivir de acuerdo a la Verdad de Dios. A menudo ignoramos la Verdad clara de Dios para buscar la voluntad “mística” de Dios. Queremos que Dios nos guíe y bendiga en plena desobediencia a la Palabra de Dios.
Esto no es lo que el salmista dice. El da cada paso buscando la enseñanza de la Palabra de Dios.

Por ejemplo, la pregunta no es, “Señor, ¿dónde debo trabajar?” O “Señor, dame este trabajo que quiero…” sino decir, “Señor tu Palabra me enseña a que debo trabajar para sostenerme, para sostener a mi familia, para ser generoso con otros, para honrarte con las primicias, y dar testimonio de ti donde quiera que esté. Concédeme un lugar donde pueda lograr esto para tu gloria.”

Otro ejemplo que va con los solteros. Nosotros decimos u oramos, “Señor quiero ser feliz, con un esposo o esposa que me ame y sea mi compañero o compañera o alma gemela (soul mate) porque tú sabes que sin él/ella mi vida no está completa.”

Mejor orar de acuerdo a su Palabra. “Señor, tú me salvaste para que sea tuyo. Tu eres el único que llena mi vida completamente. Pero tu Palabra nos dice también que nos has hecho con la necesidad de tener un compañero o compañera para vivir como coherederos de la vida en Cristo. Mi vida necesita esta persona a la cual yo pueda amar como Cristo amó a la iglesia,” o si eres mujer, “Al cual yo pueda respetar y someterme como a Cristo para que juntos podamos cumplir tus justos juicios y servirte como fieles discípulos tuyos.”

Si esta manera de rogar a Dios parece ser completamente foráneo es porque necesitas anhelar apasionadamente la Palabra de Dios y hacerla parte de tu vida, ponerla en tu corazón.

Como peregrinos en ese mundo entendemos que nuestra guía es la Palabra de Dios. En ella encontramos los valores del Reino de Dios que nos ayudaran a vivir en este mundo que no es nuestro hogar de residencia. Somos peregrinos, somos refugiados. ¡No te sientes muy cómodo donde estás!

Esto debe hacerte pensar en que Dios puede cambiar tu lugar de estancia en cualquier momento y debes estar dispuesto a ir. Dios quiere usarte para que otros le conozcan y quiere usarnos.
1 Tesalonicenses 5:23-24 nos exhorta a vivir obedientemente hasta que el Señor venga. Ese debe ser nuestro deseo.

No solamente rogamos que Dios nos muestre como vivir de acuerdo a su Palabra y anhelamos apasionadamente la Verdad de Dios sino también,

c. Entendemos el Peligro de Rechazar los Mandamientos del Señor v. 21

“Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos. “

Las personas que rechazan los mandamientos del Señor son soberbios y malditos. Esto suena duro.

Porque se desvían de los mandamiento del Señor. Esto es rebelarse contra Dios mismo.
Es fácil pensar que estos son los que no conocen a Cristo, lo cual es lógico. Pero pensemos que el salmista vive en el contexto de un pueblo que es llamado el pueblo de Dios. Todos ellos tenían el deber de seguir la Palabra de Dios. La advertencia es primordialmente para ellos.

Dios nos advierte que el rechazar sus mandamientos, su verdad, su voluntad revelada para guiar nuestra vida es un acto de soberbia y trae no la bendición sino la maldición de Dios. Remover la bendición de nuestra vida equivale a recibir la maldición.

El orgullo nuestro dice que lo sabemos todo y no necesitamos de su guía. El orgullo nos lleva a rechazar la soberanía de Dios. Puede ser algo consciente por directa violación o un acto pasivo de omisión a la Verdad de Dios. ¡Cuidado con esto!

Dios nos reprenderá con su disciplina como sus hijos que somos cuando nos desviamos de sus mandamientos. Heb. 12:5-11                                           

Como peregrinos seguimos los valores del reino, somos guiados por la Palabra de Dios, entendemos el peligro de rechazar sus mandamientos y

3. Somos Criticados porque Seguimos al Señor y Su Palabra vv. 22-23a

“Aparta de mí el oprobio y el menosprecio,
Porque tus testimonios he guardado.
Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí;”

Una vez más miremos que el contexto de este salmo es el pueblo de Dios Israel. No todos vivían la vida que Dios les había mandado. El salmista dice que la crítica, la burla y el menosprecio por obedecer los “testimonios”, lo que Dios declaró como su verdad fiel, venían de los eran soberbios y se apartan de los mandamientos del Señor.

Para nosotros, estas personas pueden ser las que no siguen a Cristo y al vernos seguir y obedecer a Cristo nos critican y aun persiguen. Esto lo dijo Cristo en Juan 15:18-20 Los no-creyentes al mirar tu vida fiel a la Palabra de Dios es testimonio que les reprende y les muestra que necesitan arrepentirse o recibirán el castigo eterno de Dios. Esto les hace reaccionar.

Para el salmista es muy posible que estas son personas del mismo pueblo de Dios. No solo esto, sino que algunos eran “príncipes” o líderes que se “sentaron y hablaron” en contra de él.

La crítica, la burla, el menosprecia, muchas veces vendrá de los mismos creyentes.   La razón es sencilla, ellos no obedecen al Señor y tú sí. Su orgullo no les deja ser obedientes. Se han apartado de los mandamientos del Señor.

Estos tienden a unirse a otros que andan igual para hablar mal de ti. No debe de sorprenderte. La reacción que debes tener no es de defenderte, ni comportarte igual. La respuesta es clamar al Señor, “Yo he sido fiel a ti, líbrame de estos insultos, menosprecios y persecución.”

Bueno esto es algo que me ha estado sucediendo. Alguien me está acusando injustamente, persiguiendo y amenazando sin ninguna razón. Más bien, lo está haciendo porque he guardado los testimonios del Señor y esto trajo a la luz la verdad del pecado. Mi oración es esta en esta: Yo he sido fiel a ti, líbrame de estos insultos, menosprecios y persecución.”

Además, debemos seguir meditando en la Palabra de Dios y seguir siendo obediente al Señor. Esto debe empujarte a estar más comprometido a someterte a la Verdad de Dios.

Como peregrinos seguimos los valores del reino, somos guiados por la Palabra de Dios, somos criticados por ser obedientes al Señor pero

4. Estamos Comprometidos Completamente a Someternos a La Verdad de Dios para Nuestras Vidas vv. 23b-24
“Más tu siervo meditaba en tus estatutos,
Pues tus testimonios son mis delicias
Y mis consejeros. “

La respuesta a la crítica y aun persecución es comprometernos más y someternos más a la Palabra de Dios. Nuestro Señor nos enseñó esto en Juan 17:14-18 Debemos santificarnos (nos hace más como Cristo y menos como nuestros deseos quieren) más en la Palabra de Dios. Esto lo hacemos en tres maneras:

a. Meditando – “Mas tu siervo meditaba en tus estatutos”

Pensamos, reflexionamos, contemplamos la Palabra del Señor con nuestra mente.

b. Deleitando – “Pues tus testimonios son mis delicias”

Nos deleitamos, nos gozamos en la Verdad de la Palabra de Dios. Esto nos llena de emoción.

c. Recibiendo Consejo – “Y mis consejeros”

Es la Palabra de Dios donde busco el consejo para mi vida decía el salmista.

Hoy día muchos van a los consejeros buscando ayuda. Quieren consejos para solucionar sus problemas. Creo que es necesario en muchos casos, pero cuando todo se ha agotado. Ya has buscado la respuesta y el ser obediente en la Palabra de Dios. Muchas veces las personas buscan consejería sabiendo que sus vidas están en desobediencia a la Palabra de Dios.

Siendo joven el predicador Harry Ironside visitó a un anciano a punto de morir. Su nombre era Andrew Fraser, y apenas podía hablar. Le preguntó al joven predicador, “¿Joven, quieres predicar a Cristo verdad?” “Si, eso quiero.” El anciano le susurró, “siéntate por un poco de tiempo y hablemos de la Palabra de Dios.” El anciano abrió su Biblia y con la poca fuerza que tenía, muy simple y dulcemente le mostraba las verdades de la Palabra pasaje tras pasaje de tal manera que el espíritu de Ironside jamás había experimentado.  Sin darse cuento miró que el anciano tenía lagrimas corriendo en su cara. Ironside le preguntó, “¿Dónde aprendió estas cosas? ¿Puede decirme dónde puedo encontrar ese libro que me las enseñe a mí? ¿Las aprendió en un seminario o colegio?” Ironside jamás olvidó su respuesta, “Mi querido joven, aprendí estas cosas sobre mis rodillas en un piso de lodo en una pequeña cabaña hecha de lodo en el norte de Irlanda.  Allí con mi Biblia abierto me arrodillaba por horas y le pedía al Espíritu Santo de Dios que revelara a Cristo en mi alma, que abriera mi corazón a su Palabra y me enseñó más sobre mis rodillas en ese piso de lodo que lo que hubiera aprendido en todos los seminarios o colegios en el mundo.” – Citado y Traducido de Preaching Illustrations from Church History por Ron Prosise

Este anciano tuvo el mejor consejero. La Palabra de Dios fue su consejero y maestro iluminado por El Espíritu Santo.

El salmista dice que su voluntad está rendida a la voluntad de Dios. Esto en tiempo cuando no tenían la Biblia completa ni copias para todos (ni consejería profesional). Hoy día tenemos demasiadas copias y estudios sobre ella. ¡Excusas no hay!

¿Recurres, así como el anciano a la Palabra para aconsejarte cuando tienes algún problema o simplemente para conocer más a Cristo?

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