Siempre he sido diferente no necesariamente porque quiero ser diferente sino porque me gusta tomar mis propias decisiones. Aún desde niño hacia lo que quería. En mis años de adolescente decidí no seguir la cultura, me vestía como quería y no me dejaba llevar por lo que otros decían. Para mi ser diferente es importante porque soy diferente. Dios me diseño diferente. Cuando conocí a Cristo fui aun más diferente.
Este mes cumplí 35 años desde que Cristo me salvó y me hizo una persona nueva en Él. Ha hecho cambios radicales en mi vida. Soy distinto al que era de joven de 13 años.
Hemos hablado en otros sermones de como somos diferentes una vez creemos en Cristo como nuestro Salvador. Somos una nueva persona. 2 Cor. 5:17 Nuestra vida es transformada por el poder de Cristo. La Biblia nos declara justos, libres de todo pecado.
Nos declara santos, separados de una vida de pecado para vivir para Dios. Como hablamos la semana pasada, vivimos de acuerdo a la Verdad de Dios. Esto nos hace distintos.
Todo esto no es porque nosotros hicimos algo para lograrlo o para merecerlo. Es por su misericordia y por su gracias que somos nuevas personas en Cristo.
Algunos de ustedes llevan muchos años como yo.
Algunos de ustedes hoy, no han dado su vida a Cristo. Viene a la iglesia, les gusta la adoración, creen en Dios, les gusta el ambiente, les gusta aprender del sermón pero sus vidas no son diferentes. No han dejado que Cristo les transforme con su poder. Para esto deben creer en Él como su Salvador y Señor. Él les cambiará en ese momento que se arrepientan de vivir a su manera y le dejen que Él viva en sus vidas. Serán transformados. Serán personas diferentes.
Esta sección “sámec” que corresponde a la letra “s” en nuestro idioma nos enseña como somos diferentes. La distintiva principal que describe esta sección es que somos distintos porque vivimos la verdad de Dios. Hay tres maneras en somos diferentes.
1. Soy Distinto vv. 113-115
No soy distinto porque quiere soy distinto. Soy distinto porque vivo la verdad de Dios. Y esto me transforma, me hace la persona que Dios quiere que sea. Me hace una persona que se alinea la Palabra de Dios. Esto me separa de otros, me pone en una “categoría” muy diferente.
Este ha sido el caso de la Iglesia (“los seguidores de Cristo”) durante los más de 2,000 años que lleva de existencia. Es interesante porque los cristianos no se esforzaban por ser diferentes, simplemente seguían y vivían para Cristo. El mundo los miraba y podían ver que eran diferentes. Les pusieron apodos como “cristianos”. Escucha esta descripción de ellos como los observaron en el segundo siglo:
“en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida. Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.
Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo.” – Epístola de Diogneto, Segundo Siglo
Hebreos nos da una lista de personajes que llamamos héroes de la fe. Estos hombres eran distintos porque vivieron para Cristo, y muchos de ellos murieron por Cristo.
Nosotros debemos estar en esta lista porque tenemos al mismo Dios y Cristo que nos transformó.
¿Cómo somos diferentes?
A. Internamente v. 113
“Aborrezco a los hombres hipócritas;
Mas amo tu ley.”
Internamente odio y amo algo.
1. Lo Que Odio v. 113a
“Los indecisos odio”
La palabra “hipócritas” viene de una división en una rama, algo dividido. La persona que es indecisa es la persona que titubea de un lado para otro.
Esta es la persona de “doble” ánimo que describe Santiago 1:9. Esta persona es inconstante en todas sus decisiones. Es la persona que tiene doble cara o personalidad como el personaje de el Doctor Jekyl and Hyde. De día es un doctor, de noche es un hombre dado a sus malos deseos.Esta no es la persona que debe ser el cristiano. Tu debes de ser diferente. Las personas deben conocerte por ser una persona fiel, constante, comprometida, especialmente en tu vivir de la Palabra de Dios en el contexto de la Iglesia donde Dios te ha puesto.
“Primero, debemos vivir bajo la autoridad de Dios y la iglesia si queremos llamar a otros a vivir de manera diferente. Debemos ser miembros activos, diezmadores, de una iglesia que cree en la Biblia, bajo su pacto de membresía, y dispuestos a recibir instrucción y reprensión si es necesario. Debemos ser enseñábles. No tenemos ningún derecho a llamar a nuestros vecinos a vivir de manera diferente si nosotros no lo hacemos “.
– El Evangelio viene con una Llave de la casa: Practicando Hospitalidad Radical en Nuestro Mundo Post-Cristiano por Rosaria Butterfield
Esto es algo que aprendí muy pronto en mi caminar con Cristo. Hoy me cuesta tolerar a una persona inconstante o indecisa. Puedo decir con el salmista que odio a las personas indecisas, no porque odio a la persona sino porque se que ese estado de vida no producirá nada bueno. Serás un cristiano mediocre. Es algo que les enseño a no ser.
No debemos ser mediocres en NADA de lo que hacemos especialmente en nuestra relación y servicio al Señor. GE debe ser una iglesia que odia la mediocridad espiritual.
2. Lo Que Amo v. 113b
“Tu enseñanza amo”
Esto es muy claro en la vida del salmista. Lo hemos escuchado vez tras vez. Pero, ¿qué de nosotros? ¿Cuanto amamos su enseñanza? Tu amor hacia la enseñanza del Señor de hará diferente fácilmente porque hay pocos, esto no es normal. Es una excepción. Amamos demasiadas cosas y personas pero no la enseñanza de Dios.
Somos diferentes
B. Hacia Arriba (Dios) v. 114
“Mi escondedero y mi escudo eres tú;
En tu palabra he esperado.”
1. Tengo la protección, cuidado y dependencia en Dios – “Me cubro en ti”.
Sabemos que tenemos la protección de Dios pero tenemos que tener fe en Él y depender en Él en esos momentos en que nos sentimos opresionados. Este miércoles el Señor me habló a través del Salmo 27:1-2 y me enseño que no debo temer a nadie porque el es mi luz y la fortaleza de mi vida. Me falta fe muchas veces y quizás a ti también. Debemos confiar en su Palabra.
2. Espero el Cumplimiento de su Palabra en mi vida
Este esperar requiere fe. Tengo que esperar con fe. Tengo que esperar que ha su tiempo cumplirá sus voluntad en mi. Lo hará. Dios no ha fallado ni una vez. El problema es que yo le fallo mucho, otros me fallan y pienso que Dios me fallará pero no es así. Debemos orar con fe pidiendo que Dios cumpla sus promesas en nosotros.
Somos también diferentes,
C. Externamente v. 115
“Apartaos de mí, malignos,
Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.”
1. Lejos de los Malos y la Maldad
El salmista, la única vez que se refiere a alguien que no es Dios directamente, se compromete a vivir con personas que obedecen la verdad de Dios. Lo dice en forma negativa. No quiere ni que estén cerca los que hacen le mal.
El coloquial diríamos que tiene su equipo, toma lado. El creyente no puede vivir la vida en el mundo siendo como el mundo. Sigue el ejemplo de Cristo que comió con los pecadores pero no pecó. Vivió en el mundo pero no siguió al mundo. El oró al Padre para que los guardará del mundo, que no les permitiera mezclarse, mancharse con el pecado del mundo. Pidió que los guardará del mal y los santificara en su verdad. Juan 15:15-17 Esto es lo que el salmista quiere también.
Debemos verbalizar esto como lo hizo el salmista. Cristo lo hizo cuando Pedro instado por Satanás le dijo que no fuera a la cruz. Le dijo, ”apártate de mi Satanás”. Debemos rechazar la maldad abiertamente.
No basta apartarse de la maldad sino que hay que ser obediente viviendo la que Dios nos manda.
2. Obediente Resoluto
La palabra “guardar” significa “proteger, preservar, conservar” y tiene la idea de una obediencia que es completa y firme.
La idea de que hay cristianos “carnales” es una contradicción a lo que dice la Palabra. Hay cristianos que son desobedientes en ciertas áreas. Hay tiempos de rebeldía, de luchas, pero no hay una categoría de “cristianos carnales”. La característica del cristiano es una que vive en obediencia completa y firme a la Palabra de Dios, uno que es guiado diariamente por el Espíritu Santo (Rom. 8:8-10).
No solo nos apartamos de los malos y la maldad, obedecemos a Dios sino que buscamos el apoyo de los que aman a Cristo.
3. Con Apoyo de Otros que Aman a Cristo
En este versículo el salmista NO implica que quiere estar solo sin apoyo. Un cristiano que vive alejado de otros cristianos no puede sobrevivir. Dios no lo llamó para vivir solo la vida cristiana. Si tu eres así, debes cambiar esto. Debes estar en discipulado con otros o grupos misionales.
El salmista quiere estar con personas que le ofrecen el apoyo que necesita para seguir amando a Dios.
Externamente o visiblemente (su testimonio) el cristiano es diferente.
Vive apartado del mal y de los malos, vive en obediencia a la Palabra de Dios junto con otros creyentes.