Trabajando Nuestra Salvación – Filipenses 2:12-30 – Tercera Parte

¿Qué significa trabajar u obrar por nuestra salvación? Esta es la tercera parte que no forma parte del sermón.

IV. Aprender y apreciar a los que imitan a Cristo vv. 21-30
Pablo termina esta sección compartiendo con la iglesia en Filipos el ejemplo de dos hombres que ejemplifican vivir para Cristo. Estos son hombres se no solo se ocupan de sus salvación sino que sirven con la misma devoción de Pablo.
A. Timoteo vv. 21-24
Pablo tiene confianza en el Señor Jesús que enviaría a Timoteo a Filipo y este le traería buen ánimo al reportar como la iglesia seguía las instrucciones dadas por él.
Este hombre tenía cualidades dignas de imitar. Esta es la clase de persona que nosotros debemos ser y debemos hacer de otros, personas ejemplares en Cristo. 
1. Una misma mente con Pablo v. 20a
Timoteo mostraba el mismo“ánimo” o “alma” o “mente” que Pablo y ejemplifica para los creyentes en Filipos la misma actitud que les ha mandado a tener. ¡Qué valioso es tener personas líderes con una misma alma o mente como sus lideres!
2. Un interés sincero por la iglesia v. 20b-21
Pablo va más allá de solo tener una misma mente con Timoteo. Timoteo se interesaba o preocupaba (es la misma palabra en Fil. 4:6) sinceramente por los Filipenses así como Pablo. Es por esto que Pablo tenía plena confianza en él. No había nadie para Pablo como Timoteo.
Pablo acerta que “todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” quizás como referencia a los que predicaban por motivos equivocados (Fil. 1:15). No se sabe exactamente, pero el propósito es establecer el contraste en un líder como Timoteo con otros que son dignos de imitar. 
Este versículo aunque es una declaración de Pablo acerca de personas no mencionadas es un recordatorio para nosotros que servimos al Señor. El propósito por el cual servimos no es para buscar nuestro propios intereses (Filipenses 2:3-4) sino “lo que es de Cristo Jesús.”
3. Uno probado con sus hechos de fiel servicio v. 22-23
Timoteo ha probado con su vida de que es un fiel siervo de Cristo así como Pablo. El ha servido en el evangelio (predicándolo, enseñándolo, defendiéndolo, y viviéndolo) como un hijo obediente que honra a su padre. Mirar 1 Cor. 4:17 El ha plantado y establecido iglesias con el apóstol Pablo.  Siendo que tenían una relación muy íntima con Pablo, es muy probable que Timoteo experimentó dificultades y sufrimientos con Pablo en el ministerio. Timoteo a seguido el ejemplo de Cristo en ser un humilde siervo de Cristo.
Pablo espera mandar a Timoteo a Filipos en un tiempo cercano dependiendo de como vea que su situación sigue. Asumimos que el asunto es su juicio ante Cesar. El porqué necesitaba a Timoteo, no nos dice pero es probable que le daba mucho apoyo y ánimo durante este tiempo de encarcelamiento. Con todo esto, Pablo estaba confiado en el Señor que sería libertado e iría a ver a los Filipenses.
B. Epafrodito vv. 25-30
Pablo ve necesario mandar a Epafrodito a Filipos inmediatamente llevando la carta.
1. Era un hombre valioso en el evangelio v. 25
Para Pablo Epafrodito era su hermano, su colaborador, compañero de milicia, era su mensajero y alguien que le servía en sus necesidades. Como vemos era un hombre muy valioso en el evangelio. 
2. Era un hombre que no buscaba lo suyo vv. 26-28
En vez de estar preocupado por su estado físico ya que estaba enfermo y apunto de morir (v. 30), Epafrodito estaba “angustiado” (una emoción bastante fuerte, la misma palabra usada para lo que sintió nuestro Señor en el Getsemaní) por la iglesia en Filipos. El tenía un deseo grande de verlos. 
Dios “tuvo misericordia de él” y le restauró. Esto fue también un acto de misericordia de Dios para Pablo para que en sufrimiento por Cristo (específicamente pudiera ser la situación en Filipos) no tuviera aun más tristeza. Es por esto que Pablo ahora le enviaba con urgencia para que la iglesia pudiera gozarse y Pablo también tuviera menos tristeza.
Es notable leer como Pablo era transparente con sus sentimientos. No sentimientos superfluos sino arraigados en el amor y el sufrimiento en Cristo. Pablo sentía tristeza pero esto no le paralizaba en servir a Cristo. Esto no le quitaba el gozo en Cristo.
Epafrodito es un ejemplo de alguien que vivía lo que Pablo enseño en este capítulo. Era un hombre que se ocupaba en su salvación.
3. Era un hombre digno de estima v. 29
Pablo les dice a los Filipos que reciban en el Señor, en virtud a su relación que tiene en Él, a Epafrodito con “todo gozo”.  Es posible que los Filipos estaban resentidos porque Epafrodito no había regresado pronto y no había servido a Pablo adecuadamente debido a su enfermedad. 
Pablo les manda a que le tengan en “estima” a él y a otros como él que sirven a Cristo. La manera de estimar sin duda envuelve formas tangibles de recibimiento. Estas maneras deben destacar la gran estima que le tienen por su servicio en Cristo. 
Este es un ejemplo para nosotros hoy día seguir. Debemos dar estima, honor, recepción especial a los que sirven a Cristo con mucho sacrificio.
4. Era un hombre que imitaba a Cristo en su sacrificio v. 30
Epafrodito no simplemente había servido en formas triviales, sino que “por la obra de Cristo”, la obra de compartir el evangelio (es muy probable que no solo servía a Pablo en sus necesidades tangibles) y servir a otros. Tanto era su esfuerzo que “estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida” para servir a Pablo. 
Epafrodito imitaba el sacrificio de Cristo. Se dio completamente a Él y para Él no escatimando el costo. El era un ejemplo de uno que imitaba a Cristo en su obediencia y sacrificio. 
Trabajar u obrar en nuestra salvación envuelve aprender de hombres como Timoteo y Epafrodito. Fueron hombres que como Pablo, vivieron para Cristo y lo dieron todo para compartir a Cristo. No eran apóstoles (aunque la palabra se usa para Epafrodito en el versículo 25) como Pablo, pero de igual manera eran siervos de Cristo haciendo la obra de proclamar el evangelio. 
Y no solo soy ellos dos, tenemos una lista de héroes en la Biblia que vivieron para Cristo. También hay muchos más que vivieron después que son nuestro ejemplo. Debemos esforzarnos de leer sobre sus vidas y aprender de su fe para seguir creciendo en nuestra salvación.
Como iglesia debemos juntos ocuparnos o trabajar en nuestra salvación hasta el día de Cristo. Envuelve
1. Obediencia completa, continua y constante. Envuelve completa dependencia en el Señor.
2. Vivir una vida sin murmuraciones y contiendas entre nosotros.
De esta manera nuestras vidas como iglesia muestra que somos hijos de Dios sin culpa, pura, y sin falta alguna en medio de una “generación maligna y perversa,” en medio de la cual nosotros resplandecemos “como luminares en el mundo” compartiendo el evangelio de Cristo.
3. Vivimos aferrados a la palabra de vida no solo reteniendo su verdad, sino también viviéndola y compartiéndola con los que no conocen a Cristo.
Esto producirá gozo en nuestras vidas y las vidas de los demás que somos colaboradores en el evangelio.
4. Seguimos el ejemplo de aquellos hombres y mujeres que nos han dejado el ejemplo de ser fieles en nuestro vivir para Cristo. Tenemos la herencia de los que fielmente se han ocupado de su salvación a los cuales debemos imitar.

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Trabajando Nuestra Salvación – Filipenses 2:12-30 – Segunda Parte

La segunda manera para ocuparnos de nuestra salvación es con

II. Una vida sin murmuraciones y pleitos vv. 14-15

Los versículos 14 hasta el 16 son una sola oración en Griego y especifican lo que incluye ocuparnos de nuestra salvación. En otras palabras, nuestra obediencia a Dios se ven en estas acciones.

A. Cómo deben ser todas nuestras acciones v. 14
“Haced todo sin murmuraciones y contiendas”

Toda nuestra vida debe caracterizarse sin murmuraciones y contiendas.

1. Murmuraciones
Significa decir algo en voz baja para quejarse o en contra de otros. Nuestra vida no debe caracterizarse por las murmuraciones. Esto caracterizó al pueblo de Israel en el desierto y por esto no entraron en la Tierra Prometida. Estas murmuraciones era quejas contra Dios. Ellos no querían hacer la voluntad de Dios prefiriendo quejarse de lo estaba haciendo en ellos y por ellos. Núm. 14:2, 26, 27; 17:5-25; Éx. 16:7-12. Pablo hace referencia a esto en 1 Cor. 10:10-11.

En la iglesia debemos evitar las murmuraciones en contra de nuestros hermanos en Cristo, en contra de nuestros líderes y en contra de toda persona que entra en nuestro medio, ya sea aquí en el edificio, afuera o por cualquier otro medio. Esto es pecado en contra de Dios. En vez de agradece por lo que Dios está haciendo en nuestra vida, murmuramos. Debemos evitar murmurar por nuestras situaciones. Es posible que los Filipenses se estaban quejando de su sufrimiento o quizás en contra de los que eran líderes. Las murmuraciones no solo son una indicación de nuestra falta de fe en Dios sino que afectan la unidad de la iglesia.

Quizás sería bueno que cada uno de nosotros tuviera a alguien que sea nuestros oídos y escuche lo que decimos a otros y puedan tener nuestra aprobación para decirnos cuando fallamos en esto.
Esto también se puede aplicar a nivel personal en nuestro trabajo, en nuestros hogares y los lugares que frecuentamos.

2. Contiendas v. 14

Contiendas son los pleitos, desacuerdos, y discusiones. Este tipo de comportamiento es contrario a lo que Dios dice en su Palabra. Pablo les recuerda a los Filipenses que como creyentes ocuparse en su salvación incluye vivir una vida sin murmuraciones y contiendas.

Esto destruye la unidad de la iglesia de Cristo. Recordemos que servimos a nuestro Señor y todo lo hacemos para Él. Cuando murmuramos y tenemos contiendas son primero contra Él antes que para nuestros hermanos.

La naturaleza pecaminosa nuestra es muy propensa a la murmuración y a las contiendas. Y aunque esto no parece ser algo demasiado serio, lo es para Dios. Si esta es una de tus inclinaciones y prácticas, debes someterla al señorío de Cristo.

B. El resultado en nuestra vida v. 15a
“para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha”

¿Qué produce una vida sin murmuraciones y contiendas en nuestra vida, nuestro testimonio ante el mundo que nos ve?

Pablo nos dice que como hijos de Dios nos distinguiremos y mostraremos que estamos ocupándonos en nuestras salvación, que somos obedientes, que dependemos de Él, teniendo estas características:

1. Irreprensibles

Esta palabra comienza con la letra “a” en Griego que significa “sin”. Irreprensibles, sin culpa, es lo que significa.

Cuando vivimos como iglesia una vida sin murmuraciones y contiendas seremos creyentes que otros, especialmente el mundo que nos ve, no puede hallar ninguna culpa. No hay nada por lo que nos pueden apuntar con el dedo de que estamos haciendo algo malo.

2. Sencillos

La palabra significa “sin mezcla”, “sin contaminación”, algo que no está diluido como el vino al que se le hecha agua. La idea es que nuestra vida es una vida sincera, pura, sin hipocresía. Es como dice Santiago que una fuente no puede dar agua salada y dulce a la misma vez.
Un cristiano que murmura y tiene contiendas con otros no es irreprensible ni puro. Esto es lo contrario a lo que Dios manda. Entre nosotros, debe haber sinceridad y pureza en nuestras conversaciones y nuestro trato unos a otros. Si crees que puedes esconderlo y nadie lo ve, estás equivocado.

3. Sin mancha
Esta palabra se usa para referirse a las sacrificios sin defectos del Antiguo Testamento y se refiere a Cristo mismo como el cordero de Dios sin mancha (1 Pedro 1:19). Nuestra vida no debe estar manchada con las murmuraciones y contiendas. Nuestras vidas no son “descalificadas” con mala reputación espiritualmente porque vivimos murmurando y causando contiendas.

C. El efecto de nuestra vida en el mundo v. 15b

“en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”

La vida nuestra como iglesia debe mostrar lo opuesto que el mundo muestra, lo malo y perverso. Estamos en medio de ellos como creyentes y nuestra vida debe mostrar, dar el ejemplo de una comunidad que vive sin murmuraciones y contiendas, irreprensibles, sinceros, y sin culpa.

Pablo describe a esta generación, la de ese entonces durante el gobierno romano (y alude a Israel que por su murmuración llegó a ser una generación maligna y perversa), como una que moralmente esta desviada o torcida (“maligna”) en su manera de vivir y ha dejado el camino de la verdad de Dios y sigue su camino equivocado que es moralmente malo o está distorcionado (perverso).
Eso describe muy bien nuestra generación.

Cuando vivimos como iglesia en obediencia a la verdad de Dios, cuando nos ocupamos de nuestra salvación con temor y temblor, vivimos una vida sin murmuraciones y contiendas, nuestras vidas son irreprensibles, muestran sinceridad espiritual, son libres de culpa, entonces resplandecemos “como luminares en el mundo”.

Nuestro mundo se caracteriza por la maldad y la perversidad, esto es resultado de estar en la oscuridad espiritual. La iglesia que vive en obediencia a Cristo alumbra como estrellas.  Las estrellas en la noche en ese entonces eran guías en la oscuridad. Eran el compás de los marineros. Como iglesia somos ordenados a ser el compás moral del mundo (vivir y compartir el evangelio) para que puedan ver la luz de Cristo.  No hay otra luz, es la luz de Cristo en nosotros.

La tercer manera para ocuparnos de nuestra salvación es

III. Aferrarnos a la Palabra de vida vv. 16-17

“asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.”

A. Compartiendo el evangelio de Cristo v. 16a

Otra manera de ocuparnos de nuestra salvación es aferrándonos a la Palabra de vida. La idea es de retenerla, o aferrarnos a ella como la Palabra de Dios defendiéndola en contra de aquellos que se oponen a ella. Debemos ponerla en nuestro corazón porque ella es nuestra base para mantenernos firmes en la fe, para crecer espiritualmente y para resistir la oposición. Debemos aferrarnos a ella poniéndola en práctica en nuestra vida.
Esto también implica que debemos “la palabra de vida” con los que no son creyentes. Es la única que puede darles la vida de Cristo. En lugar de hablar murmuraciones y hablar para causar contiendas, debemos preocuparnos en compartir el evangelio de Cristo.

Recordemos que Pablo escribe esto estando preso por compartir la “palabra de Cristo”. Hoy día nosotros estamos libres y no nos aferrarnos a ella en ninguna forma. No la estudiamos, no la aprendemos, no la vivimos y menos la compartimos.

Los Filipenses eran colaboradores con él porque ellos también se aferraban a la palabra de vida. Pablo les está diciendo que este debe ser su enfoque y no las murmuraciones y contiendas. Así debe ser con nosotros como iglesia.

El testimonio visible de la iglesia es importante. Igual de importante es lo que cree y vive. Igual de importante es compartir  el evangelio de Cristo que tiene poder para dar vida a todo aquel que cree. Es la Palabra de vida que es poder de Dios para salvación.

En 1817 el evangelista D.L. Moody que en su vida predicó a más de 100 millones de personas viajando más de un millón de millas, estaba teniendo juntas en Brooklyn Nueva York. Las reuniones eran tediosas, pocas personas eran tocadas y la asistencia bajo a 16 personas. Al final de una de las reuniones una señora se le acercó y le dijo, “Señor Moody, hay mucha predicación en Brooklyn pero si nos comparte algo de la Biblia, quizás sería de bendición”.  El señor Moody acepto su sugerencia y les dijo que trajeran sus Biblias el día siguiente. El siguiente día fue muy diferente, enseño la Biblia y un avivamiento comenzó. La asistencia subió y muchas personas conocieron a Cristo. – Preaching Illustrations from Church History
Esto es lo que significa aferrarse a la Palabra de Dios

¿Cómo te estás aferrando de la Palabra de Dios en tu vida? ¿Cómo estás aprovechando su enseñanza el domingo y en otros días? ¿Cómo la estás aplicando? ¿Cómo la estás compartiendo en la semana?

B. Los resultados vv. 16b-17

1. Traerá gloria y recompensa v. 16

“para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.”

Los resultados de vivir una vida sin murmuraciones y contiendas, vivir irreprensibles, pura, sin mancha, y reteniendo la palabra de vida traerá gloria en el día de Cristo. En caso de Pablo, él como el fundador y discipulador de ellos recibiría gloria y recompensa. Esta gloria es gloriarse en la obra de Dios en ellos, es mirar cómo viven para Cristo alumbrando y proclamando el evangelio. Pablo se podría gloriar en el Señor en esto. Se gloriaría en cómo la gracia de Dios había sido evidente en sus vidas.

No hay nada mejor para mi como pastor de ustedes que pueda gloriarme en el día de Cristo (en su venida) de que Uds. se han ocupado de su salvación, han vivido obedientes a Cristo, han vivido vidas sin murmuraciones y contiendas, han retenido la palabra de vida y han alumbrado en este mundo como estrellas compartiendo el evangelio de Cristo. No hay nada que pueda ser mejor que esto. Es mi oración para ustedes como iglesia.

Como Pablo quiero esto y decir que “no he corrido (como los corredores en el estadio romano) en vano, ni en vano he trabajado (como los labradores).” Quiero tener esta confianza que Pablo tenía.

Como iglesia nuestra vida debe ser de tal manera que nuestros líderes pueden tener esta confianza de que no han corrido en vano ni en vano han trabajado.

2. Trae gozo y regocijo mutuo vv. 17-18

“Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.”

Pablo usa la imagen de un sacerdote que derrama una ofrenda de vino junto con el sacrificio sobre el altar (Núm. 28:7). Sus sufrimientos pueden llevarle a ser muerto por su fe, un sacrificio por causa del evangelio. Pero saber que esto y el sacrificio y servicio de la fe de los Filipenses le llenaba de gozo.

Para Pablo sufrir para Cristo y aun morir como un sacrifico a causa del evangelio era un gozo porque miraba la vida de los Filipenses. Valía la pena porque ellos vivían para Cristo.
Valía la pena y le traía gozo y regocijo porque la obra de Dios en ellos era evidente. De igual manera Pablo les dice que se gocen y regocijen con él en su sufrimiento y fruto en el evangelio.

El trabajo del evangelio es muto, tanto de la iglesia como sus líderes. Trabajamos juntos en Cristo y para Cristo. Nos gozamos juntos en las pruebas y en las luchas. Nos gozamos en el fruto de nuestro servicio al ver a otros conociendo a Cristo y sirviendo a Cristo.

Cuando vivimos una vida aferrados al evangelio, obrando en nuestra salvación, sabemos que el servicio de nuestra fe traerá gozo a otros y también en nuestros compañeros en el evangelio también trabajan para el Señor.
primera parte

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Trabajando Nuestra Salvación – Filipenses 2:12

¿Qué significa trabajar u obrar por nuestra salvación?

Dios ha comenzado la obra de nuestra perfección, el proceso de nuestra completa salvación que incluye no solo ser como Cristo en nuestro carácter sino en la transformación de nuestros cuerpos. Nuestra salvación completa llegará cuando nos llegue la muerte y estemos con Cristo (Fil. 1:23) o cuando Cristo venga por nosotros (Fil. 2:16) y nos transforme (Fil.3:20-21; Rom. 13:11-12). Aunque Dios lo ha comenzado en nuestra vida no es acto sin nuestra participación. No es para que nos quedemos parados como iglesia sin hacer nada. Debemos vivir como ciudadanos del cielo (Fil. 3:20). Esto es el tema que Pablo desarrolla en este texto.

Hay cuatro elementos que deben ser parte de nuestro trabajo espiritual para crecer en nuestra salvación, nuestro proceso de perfección, santificación hasta llegar a ser como Cristo. Estos no son elementos que se hacen una vez sino que son progresivos y son parte de nuestra vida diaria.

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Trabajando Nuestra Salvación – Filipenses 2:12-30 – Primera parte

Dios nos llamó para que crezcamos en Cristo, para que trabajemos o nos ocupemos en nuestra salvación y no para quedarnos estancados.

Pablo comenzó comienza esta sección diciendo “por tanto” lo cual es referencia a Filipenses 1:27 que dice, “solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo…” indicando la manera en que debemos vivir ante el mundo. Después de haber hablado sobre la unidad de la iglesia ahora vuelve a la manera que la iglesia debe vivir.

Habiendo presentado un himno  de cómo nuestro Señor Jesucristo se humanó, tomó forma de siervo, se humilló hasta la muerte, muerte de cruz y como Dios lo exaltó como Señor, Pablo presenta como debe afectar la vida práctica del cristiano en el mundo.

Cristo es el Señor de todo y algún habrá una confesión y adoración personal universal de toda su creación. El Señorío de Cristo en nuestra vida debe de ser una realidad para ayudarnos en el crecimiento, el desarrollo, el trabajo de nuestra salvación. Pero muchas veces no sucede.

Conocemos a Cristo pero no crecemos en Cristo. Conocemos a Cristo pero nos le damos el señorío completo de nuestra vida. ¿Qué sucede? Vivimos vidas espirituales apáticas y letárgicas. Vivimos de domingo a domingo tomando migajas para nutrir nuestra vida espiritual. Nos sentimos frustrados con nuestra vida. En algunos caso, hay caos moral y aun familiar.

En la iglesia, somos personas quejumbrosas, perezosas y cuando hacemos algo lo hacemos con mala actitud.  Todo nos molesta y somos “críticos profesionales”. Todo esto causa la falta de unidad que Pablo habla en Filipenses. Y no solo esto perdemos las oportunidades de compartir el evangelio con otros tanto por nuestro mal ejemplo como por nuestra falta de crecimiento.

Toma esfuerzo nuestro. Dios está envuelto en nuestra vida pero lo hace también con nuestros esfuerzos. No puedo cuantificar quién hace qué pero se que es verdad lo que Pablo dijo, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino Cristo vive en mi.” Pero también dijo, “Para mi el vivir es Cristo…” Parece una contradicción, “ya no vivo yo…” pero “yo vivo…”
No es una contradicción, los dos son ciertos.

En Filipenses 1:6 Pablo escribió:
“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.

¿Qué significa trabajar u obrar por nuestra salvación?

Dios ha comenzado la obra de nuestra perfección, el proceso de nuestra completa salvación que incluye no solo ser como Cristo en nuestro carácter sino en la transformación de nuestros cuerpos. Nuestra salvación completa llegará cuando nos llegue la muerte y estemos con Cristo (Fil. 1:23) o cuando Cristo venga por nosotros (Fil. 2:16)  y nos transforme (Fil. 3:20-21; Rom. 13:11-12). Aunque Dios lo ha comenzado en nuestra vida no es acto sin nuestra participación. No es para que nos quedemos parados como iglesia sin hacer nada. Debemos vivir como ciudadanos del cielo. Fil. 3:20 Esto es el tema que Pablo desarrolla en este texto.

Hay cuatro elementos que deben ser parte de nuestro trabajo espiritual para crecer en nuestra salvación, nuestro proceso de perfección, santificación hasta llegar a ser como Cristo. Estos no son elementos que se hacen una vez sino que son progresivos y son parte de nuestra vida diaria.

I. Obediencia a Cristo vv. 12-13

La obediencia tiene dos aspectos, una nuestra y una de Dios.

A. Lo que hacemos: ocupándonos en nuestra salvación v. 12
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”

Lo hacemos en tres maneras:

1. Obediencia en todo tiempo 
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia”

En la sección anterior miramos como nuestro Señor tuvo que aprender la obediencia. Su obediencia le llevo a la cruz para morir por nuestros pecados y así poder darnos la salvación. Su ejemplo de obediencia debe ser nuestro modelo.

Esta obediencia está relacionada con vivir el evangelio (Fil. 1:27). Debemos vivir para Cristo en todo momento y en toda circunstancia (Fil. 1:22).

Pablo les recuerda a sus “amados” que la obediencia no solo debe de ser cuando él está presente con ellos para mandarles. Sino que su obediencia debe ser en todo tiempo. Esto lo han estado haciendo según Pablo pero les recuerda que lo deben de hacer aún más en su ausencia.

Esto les recuerdo a mis hijos. Muchas ellos son obedientes cuando estoy con ellos. Pero tan pronto yo no estoy con ellos, piensan que son libres para hacer lo que ellos quieren. Esto no es obediencia.

2. Obediencia continua en una misma dirección
“ocupaos en vuestra salvación”

Este tipo de obediencia es una que es perseverante, que continua en la misma dirección hasta que llega a su destino. Nuestro Señor fue obediente y fue obediente hasta la cruz. Este camino de obediencia no fue fácil.
Para nosotros no lo será si seguimos fieles en la misma dirección.

Tengo mucho tiempo de no ir a escalar montañas. Pero en California fuimos varias veces. Escalamos una muy alta y recuerdo que mi hijo mayor estaba chico como de unos 9 o 10 años. Llegó pero iba hasta llorando. ¿Porqué? Porque las montañas tienen “switchbacks”  o curvas. Las curvas no permiten mirar la cima. Así que subimos y subimos y subes y cada vez es más difícil. Pensamos que nunca llegaremos. Lo “único” que hay que hacer es mirar tu camino enfrente, mantenerte en la dirección correcta y subir. Si uno para, tiene que ser breve, de otra manera entra el cansancio y se pierde la fuerza para seguir adelante.

Esto significa “ocuparse” de nuestra salvación. Esta palabra significa “producir”, “lograr” o “alcanzar” algo. Nuestra obediencia a Cristo producirá, logrará, alcanzará nuestra salvación eterna. Nos llevará hasta la perfección en Cristo. Este proceso dura toda la vida.
Esto va en contra de nuestra cultura. Nuestra cultura quiere todo rápido. Todo tiene que ser ya y llevar a resultados. Pero esto no funciona en nuestra caminar de fe. Hay cosas en mi vida que quiero que Dios las cambie ya. Yo pongo esfuerzo pero no veo que produce mucho. Pido a Dios que me cambie pero es un proceso.

¿Cómo podemos mantenernos en este camino sin desviar? 

Es como subir una montaña. Debes hacer varias cosas: Acondicionar tu cuerpo al camino y desarrollar estrategias que te ayuden a subir como mantenerte enfocado, hidratado, dar pasos lentos pero firmes, tener respiración adecuada, etc…

En el camino de la fe debes de desarrollar las disciplinas espirituales que te fortalecerán en el camino. Si no las tienes te quedarás sentado. Si las tienes pero no las mejoras, te costará más. Estas disciplinas incluyen la oración, el estudio, aplicación y memorización de las Escrituras, el ayuno, el descanso, y la comunión con otros creyentes. ¿Cómo están estas disciplinas en tu vida?

Recordemos esto, que esto fue escrito a la iglesia.
Así que, todos estamos juntos subiendo la montaña siendo obedientes en una misma dirección. Todos estamos “ocupándonos” de nuestra salvación colectivamente pero también individualmente. Juntos nos podemos animar a ser fieles en ocuparnos en nuestra salvación en obediencia continua en una misma dirección.

¿Qué sucede cuando juntos estamos ocupándonos de nuestra salvación siendo obedientes a Dios? Hay unidad. No hay tiempo para perder en lo trivial y secundario. Nos enfocamos en la meta y nuestro trabajo en el camino de ser y hacer discípulos.

3. Obediencia con humildad, respeto y honor
“con temor y temblor”

Esta obediencia debe llevarse de ocuparnos o trabajar nuestra salvación debe ser con “temor y temblor”.  La idea viene del Antiguo Testamento donde el temor a Jehová es parte de la obediencia. (Deut. 10:12). Pablo cuando predicaba, predicaba con “temor y temblor” (1 Cor. 2:3). La idea es que reconocemos que nuestra obediencia es delante de Dios que debe ser temido y honrado por su grandeza. Hay una reverencia intensa y honor merecido. De esta manera nosotros como iglesia debemos obedecer al Señor. Nuestro trabajar juntos nuestra salvación debe ser con este respeto y honor unos a otros porque Él está en nuestro medio. Siempre estamos delante de su presencia.

¿Te imaginas la clase de iglesia que seríamos si nos tratáramos con esa clase de respeto que honra a otros?
No nos imaginemos solamente. Obedezcamos a Dios.

B. Lo que Dios hace: produce el querer como el hacer
“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” v. 13

¿Qué significa que Dios produce el querer como el hacer?

1. Dios nos da el poder para hacer
“Porque Dios es el que en vosotros”

Dios nos ha dado a cada uno su poder para ocuparnos de nuestra salvación.  Es a través de su Espíritu Santo que Dios nos ayuda a serle obediente. Este poder es el que nos impulsa.

2. Dios produce el querer y hacer en nuestra obediencia.
“produce así el querer como el hacer”

Pablo ha mandado a los Filipenses a ocuparse o trabajar su salvación en el versículo 12 pero según este versículo, esto viene de Él. Nuestro querer y hacer vienen de nuestra dependencia en Dios el cual obra en nuestra obediencia para hacer su voluntad. No podemos hacer nada separados de nuestro Señor (Juan 15:5; Salmo 127:1).

3. Dios produce su voluntad
“por su buena voluntad”

Literalmente este versículo lee “por buena voluntad”. No tiene el pronombre “su”. Lo cual indica que Dios produce su voluntad a través de nuestra obediencia. Recordemos que la voluntad de Dios es siempre buena y perfecta. Nunca tendremos resultados no deseados si somos obedientes.

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La unidad en Cristo – Filipenses 2:1-11 – Segunda Parte

Siguiendo el tema de la unidad en Cristo debemos mirar cual debe ser el enfoque de la unidad en la iglesia.

III. El enfoque de la unidad vv. 5-11

Esta sección ha sido llamada “El Himno de Cristo” por la manera poética (no en el sentido moderno) en que describe a Cristo desde su trono hasta la muerte hasta su exaltación. Es posible que esta parte fue usada como un himno Cristo-lógico durante la historia inicial de la Iglesia.

Este texto tiene dos posibles interpretaciones que nos ayudan a entender el texto:

1. Debemos tener la mente de Cristo.
Este punto de visto se enfoca en el aspecto moral del creyente. En otras palabras, este texto es ejemplo para nosotros seguir aunque no necesariamente en todo lo que es mencionado. Cristo es nuestro ejemplo para vivir en unidad si seguimos su actitud.

2. Debemos entender lo que hizo Cristo para poder vivir con el poder de Cristo.
Este punto de vista considera el texto como una proclamación teológica de la encarnación de Cristo y como su muerte, resurrección y exaltación es la base para nuestra transformación personal y para nuestra unidad en Cristo. Solo a través del poder de su resurrección podemos vivir la vida cristiana como iglesia (3:10)

La traducción literal del versículo 5 es,

“Piensen esto en ustedes
Que también en Cristo Jesús”

Es muy similar a la traducción del capítulo 4 versículo 2 (Filipenses 4:2) donde Pablo invita a Evodia y a a Síntique a que “vivan en armonía en el Señor.” Pablo les invita a pensar igual en el Señor. Esto implica que es el Señor que nos da el poder para vivir en armonía o con una misma manera de pensar en Cristo. Cuando Cristo es nuestro enfoque la unidad será posible en la iglesia. Cuando el enfoque somos nosotros o lo que queremos, habrá falta de unidad.

Los siguientes versículos con tres estrofas cortas que contienen tres oraciones, cada una de ellas enfocadas en Jesucristo nuestro Señor nos muestra el enfoque de la unidad en la iglesia no solo como hemos aprendido que debe ser en nuestra vida individual. Recordemos esto otra vez, que solo cuando vivimos estas verdades juntos como iglesia es que harán impacto al mundo.

A. Su existencia eterna  v. 6
Juan 1:1 habla de la eternidad del Verbo, del Hijo de Dios. Él ha existido eternamente.

1. Dios Hijo Eterno, el modelo perfecto de la humanidad v. 6a
“el cual, siendo en forma de Dios”

En el original comienza, “En forma de Dios existía”. Esto significa que Jesucristo existía en forma o apariencia de Dios. Si lo contrastamos con su humanidad podemos decir que Jesucristo no tenía forma humana antes de su encarnación. El tenía los atributos de Dios y compartía su esencia. (J.B. Lightfoot, citado en el comentario Pillar). Jesucristo tenía externamente los atributos de Dios antes de humanarse. (Heb. 1:3) La siguiente frase lo clarifica diciendo que era “igual a Dios” pero no quiere decir que NO son dos personas distintas. Esto tampoco quiere decir que Cristo dejó de ser Dios al humanarse. El fue 100% Dios y 100% hombre.

Se puede hacer una comparación y contraste aquí. Cristo y Adán son diferentes, el primero siendo el modelo perfecto de la humanidad. El segundo, el modelo humano imperfecto.

a. Cristo, existía en forma de Dios. Adán fue creado a la imagen de Dios
b. Cristo, no se aferró el ser igual a Dios.         Adán fue tentado a ser como Dios.
c. Cristo tomó forma humana. Adán se hizo esclavo al pecado.
d. Cristo fue obediente hasta la cruz.         Adán recibió muerte por su desobediencia.

– Adaptado del Comentario Pillar.

En otras palabras, “la humanidad es una copia del original divino”. Cristo es el original divino y solo Él nos puede salvar y restaurarnos ante Dios. Recuerda esto. No podrás con tus esfuerzos acercarte a Dios, es solo por Jesucristo, el perfecto Adán por el cual puedes ser restaurado para tener una relación con Dios. ¡No hay nadie en este planeta, ni hay una religión que te ofrezca esta seguridad, solo Jesucristo!

2.  Su decisión
“no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” v. 6b

Siendo Dios, no consideró el hecho de ser igual que Dios como algo que debería “aferrarse” o algo que debería retener y así no llevar a cabo el plan de redención. Nuestro Señor no fue egoísta sino que voluntariamente dejo su dignidad gloriosa (no su divinidad, Él nunca dejó de ser Dios) para hacerse humano y salvarnos. ¡Que Dios tan dadivoso!

Esto es lo contrario que hizo adán y es lo que nosotros hacemos muchas veces. Pero no nuestro Señor, el no necesitaba nada de nadie. Y aunque no tenía necesidad de tener alguna ambición mostró que como Dios Hijo podía desprenderse de su esplendor para redimirnos.

Podríamos decir en forma de aplicación, que la falta de unidad viene cuando nosotros no queremos “despojarnos” de nuestros deseos, y somos ego céntricos. Cuando queremos que todo gire alrededor de nosotros, porque pensamos que somos importantes o que lo merecemos. Pensamos que perderemos algo pero olvidamos que el reino de Dios opera contrario a la forma nuestra. Es cuando damos que recibimos. Es cuando morimos al yo que realmente vivimos. Es cuando nos despojamos de nuestro egoísmo que experimentamos la unidad.

B. Su encarnación y humillación vv. 7-8

1. Su encarnación v. 7
“sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”

a. Lo que significa “despojarse”

Cristo dejó su forma externa esplendorosa y  gloriosa que tenía juntamente con el Padre y tomó (la palabra “tomando” enfatiza el acto de que se humanó) forma humana, forma de siervo (mirar Juan 13:3-5).
Otra manera de decirlo es que Cristo escondió su divinidad en su humanidad, haciéndose siervo. Su divinidad fue limitada por su humanidad, temporalmente. Su tiempo en la tierra fue dedicado a servir a otros tomando forma humana.

b. Fue hombre pero no solo hombre

Como hombre se identificó y experimentó  lo que es ser un humano pero sin pecado y sin dejar de ser Dios.  El perfecto humano, sin pecado, fue “hecho semejante a los hombres” y llegó para salvarnos. Este es uno de los más grandes misterios de Dios. No podemos explicar adecuadamente la manera en que Dios Hijo se humanó pero nunca dejó su divinidad.

2. Su humillación v. 8
“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”

a. Se humilló

Cristo, no solo “tomó” (v. 7) la forma de un ser humano y siervo sino que también estando en esta “forma” o condición se humilló. El no se encarnó para venir como rey. Tenía todo el derecho de venir como Rey y reinar. Tenía todo el derecho de no salvar a nadie. Tenía todo el derecho de reclamar lo que era suyo desde el comienzo. Pero no hizo esto.

El nació en un hogar humilde, en un lugar humilde y vivió humildemente. Pero esto no fue todo. El tomó forma de siervo. Marcos 10:45 nos dice que vino “no para ser servido sino para servir y dar su vida por el rescate de muchos.”  “Se despojo” de su gloria y se humilló al hacerse hombre. Pero no paró todo allí.

Dios ama al humilde (Salmo 138:6) y su Hijo demostró su humildad desde su encarnación hasta su muerte en la cruz. Cristo es la encarnación de la humildad que Dios ama en nosotros. Esta es la misma humildad que debe de haber en su Iglesia (Fil. 2:3).

b. Obedeció hasta la muerte vil

Nuestro Señor no solo se humilló con el hecho de humanarse y tomar forma de siervo sino que se “humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Su obediencia no fue una obediencia parcial al plan de Dios sino una obediencia hasta la muerte.
Hebreos 5:18 dice “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia.”

En el huerto de Getsemaní Jesús oró al Padre, “Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Lucas 22:41-42

En Juan 4:34 nuestro Señor dijo: “Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.”
Su muerte fue el acto supremo de sacrificio, no solo para cumplir la voluntad de Dios, sino para rescatar a muchos de sus pecados (Marcos 10:45; Gál. 3:13). Su muerte en nuestro lugar nos muestra el amor supremo que considera el bienestar de otros (nuestro bienestar eterno) antes que el personal (“ser igual a Dios como forma de aferrarse”).

“Este himno celebra la muerte de un esclavo en la cruz, porque, aunque él es el que existe en forma de Dios, está en la cruz por su propia decisión deliberada de despojarse de si mismo y humillarse a si mismo.” – Comentario de Filipenses, Pillar Commentary

Es de esta manera que su Iglesia debe vivir. Debe vivir no considerando su beneficio personal sino el beneficio de todos de una manera desinteresada. Esto lleva a la unidad.

C. Su exaltación vv. 9-11

1. Exaltado por Dios con un nombre sobre todo nombre v. 9
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”

De este punto en adelante no miramos a Cristo ofreciéndose y humillándose sino que Dios Padre entra en la escena. Dios el Padre le exalta. Le exalta porque se ha humillado. Su humillación ha sido reconocida y terminada. Ahora Dios lo pone en alto, el puesto más alto que puede dársele. Además le da un nombre “que es sobre todo nombre”.
Esta exaltación tiene dos actos universales. Dios le otorga toda la adoración y una confesión o sumisión de toda su creación.

2. Merecedor de adoración universal v. 10
“para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”

El himno sigue explicando cómo Jesús al cual Dios le ha dado un nombre sobre todo nombre. Este nombre no se ha mencionado todavía sino que Pablo lo está dejando para el clímax de este himno. Como el exaltado por Dios, Jesús merece adoración universal por toda su creación.

3. Merecedor de confesión (sumisión) como Señor v. 11
“y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

Pablo hace una referencia  a Isaías 45:23-24. Es claro en este pasaje del Antiguo Testamento que solo Dios merece adoración universal como Señor y que esta adoración corresponde a Jesús como el Hijo de Dios, segunda persona de la trinidad que debe ser adorado por todos como Jesús El Señor.

En el contexto de los Filipenses era muy claro, Pablo sabía que el culto al emperador como “señor” era aceptado y propagado. Se esperaba que como buenos ciudadanos  romanos rindieran confesión y adoración al emperador. Se creía que los dioses habían otorgado este derecho al emperador. En oposición directa a esta creencia, Pablo les dice que Dios ha exaltado a Jesús como “Señor” de todos. A él no solo se doblará toda rodilla sino que toda lengua confesará que “Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

No hay nada semejante como lo que nuestro Señor hizo. En la literatura o en las religiones no hay nada semejante y si lo hay son imitaciones. ¿Qué dios se hace hombre para ser humillado y darse para salvar a aquellos que le han injuriado con sus pecados? ¿Qué dios resucita de los muertos después de haber sido matado por su propia creación? ¿Qué dios rescata su creación pecadora e ingrata que no merece nada más que la condenación eterna? ¿Qué dios es declarado Señor del universo, merecedor de toda adoración? ¿Qué dios nos ofrece parte de su reino glorioso por toda la eternidad?

Solo nuestro Dios y nuestro Señor Jesucristo. Si no has doblado tus rodillas para rendirte ante Él y declararle tu Señor, hoy es ese día. Pero tienes la opción de esperar el día del juicio donde le confesarás pero será muy tarde para ser rescatado de tus pecados. Nuestro Señor se despojó de mucho para salvarte, pero tu te quieres seguir aferrando a tu orgullo cuando deberías inmediatamente doblegarte a su Señorío. ¡Arrepiéntete hoy!

Hagamos inventario de nuestra iglesia y nuestras vidas en relación con la iglesia.

1. ¿Tenemos la motivación de la unidad, la consolación, el amor, un profundo afecto, y compasión unos por otros?
mismo sentir en lo que Dios nos ha llamado a hacer?

2. ¿Tenemos un mismo sentir en cuanto a nuestra meta como creyentes? ¿Demostramos el amor de Cristo? ¿Tenemos armonía en nuestro enfoque de ser y hacer discípulos?

3. ¿Hacemos las cosas no para auto exaltarnos, creernos más, para presumir o hacemos todo con humildad mirando a otros como valiosos mirando cómo podemos servirles y animarlos en Cristo?

4. ¿Como iglesia dependemos en Cristo nuestro Señor en toda nuestra vida incluyendo nuestro servicio por causa del evangelio? ¿Nos estamos sometiendo a Él en vez de seguir nuestros deseos?

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La unidad en Cristo – Filipenses 2:1-11 – Primera Parte

Aparte de lo doctrinal, no hay nada que ha hecho más mal a la Iglesia de Cristo que la unidad. Nuestra falta de unidad ha causado que el mundo nos rechace y no desee escuchar. Lo peor de todo es que no es nuestro nombre el que está siendo deshonrado sino el de Cristo.
En Juan 17:11 nuestro Señor oró para que nosotros como Iglesia fuéramos uno en Él. Esa fue su oración y debe ser nuestro deseo en la iglesia.

 ¿Qué impide la unidad en Cristo? 

Hay muchas razones. Pablo trata este tema en el libro de Filipenses. En el capítulo 1 menciona de “algunos” creyentes que compartían el evangelio por ambición personal (Fil. 1:17). Esto estaba causando división. El deseo personal, lo que nosotros queremos, nuestros deseos ambiciosos con motivaciones equivocadas llevan a la falta de unidad en la iglesia.

El ORGULLO está atado a este ambición. El orgullo no lleva a pensar que nosotros tenemos la razón, tenemos el derecho de ser reconocidos, de ser tratados bien, de recibir lo mejor sin importar que esto traiga daño a los demás.

Pablo comienza el capítulo 2 diciendo “Por tanto…” conectándolo con el capítulo 1:27-30 donde habla de que debemos estar unidos combatiendo por el evangelio ante los que se oponen. Estas personas no creyentes, posiblemente conectadas con lealtad al gobierno romano se oponían a lo que los creyentes que mostraban con sus vidas su amor a Cristo y compartían con otros su evangelio.

En Filipenses 2:1-4, Pablo comparte la motivación de esta unidad expresando cuatro indicativos que comienzan con “si” y el enfoque de la unidad en los versículos 5-11 mostrando el como nuestro Señor Jesucristo es el Señor su Iglesia.

Recordemos que esto es para la iglesia, no es algo individual. No podemos vivir en unidad si no vivimos en comunidad con la iglesia de Cristo. Así que no apliquemos esto a nuestra vida individual, sino que pensemos en como esto debe ser aplicado en la iglesia junta tanto dentro y fuera del edificio.

I. La motivación de la unidad vv.1-4

La motivación o la base de la unidad envuelven cuatro indicativos que son realidad de nuestra vida. “Si” no significa algo condicional o inseguro sino una realidad que existe, que es parte de nuestra vida.

A. El lado humano – Lo que nosotros hacemos v. 1a
“si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor”

1. La consolación (exhortación) en Cristo
“si hay alguna consolación en Cristo”

Nuestro consuelo viene de Cristo. No solo es nuestro consuelo en base a nuestra unión con Él sino que también es por autoridad que la recibimos. El consuelo no solo nos anima a seguir fieles y unidos sino que nos da el valor para seguir compartiendo el evangelio. La unidad está motivada por el consuelo que Cristo, como nuestra suma autoridad nos ha dado al creer en Él. Y este consuelo debemos expresarlo también a otros en la iglesia.

Esta consolación es a la vez un ruego de vivir en unidad. Pablo usa la palabra “consolación” en el capítulo 4:2 como ruego. Así que esta palabra tiene la idea de que hay un ruego o  exhortación a la unidad en Cristo.

¿Porque necesitamos consolación? Porque cuando estamos unidos en Cristo para vivir y compartir el evangelio habrá resistencia y, posiblemente persecución. Esta persecución es un don de Dios y su consuelo será evidente y necesario en esos momentos.

2. La consolación del amor
“si algún consuelo de amor”

Pablo en el capítulo 1:9 ha orado para que los Filipenses tengan un amor abundante basado en el conocimiento y discernimiento.

Este amor es el amor de Cristo. El amor que nos demostró Cristo al morir por nosotros en la cruz. El amor con el cual ama a su Iglesia. Este amor debe ser el que compartimos unos a otros en la unidad en Cristo como Su Iglesia.

Es bonito compartir tiempo, comida, aun el tiempo de enseñanza y adoración pero la comunión que es la base de esto es el amor. Si el amor de Cristo no es la base de nuestra comunión no habrá unión. Estar juntos no significa unión. La unión es interna antes que externa. Podemos pretender que hay unidad pero esto no es unidad.

Hay familias que se reúnen para compartir tiempos de celebración pero no se hablan, están enojados unos con otros. Aparentan la unidad pero esto no es unidad. Esto es falsedad. De igual manera puede suceder en la iglesia.

La palabra que Pablo usa para “consuelo” aquí significa hablar amigablemente a otra persona. Esto es como el amor se demuestra pero la idea más allá de esto. Este tipo de trato, el amor que nos demostramos unos a otros, nos anima a seguir unidos.

B. El lado divino – lo que Dios hace v. 1b
“si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia”

1. Comunión del Espíritu
“si alguna comunión del Espíritu”

La comunión en el evangelio (1:5) tiene como base la comunión del Espíritu Santo. Cuando creímos en Cristo recibimos el Espíritu Santo en nuestras vidas, es Él quien nos une en Cristo. No son nuestros esfuerzos que nos unen, sino el Espíritu Santo. En la medida que obedecemos al Espíritu Santo, nuestra unidad crecerá.

¿Cómo puede una iglesia multiétnica, multilingüe y con diferencias sociales como la nuestra vivir en unidad?
Es a través del Espíritu Santo. Él lo hace en la medida que somos obedientes a su guía. No solo tendremos unidad sino que seguiremos firmes en el evangelio como dijo Pablo en el capítulo 1 versículo veintisiete.

2. El afecto profundo y la compasión
“si algún afecto entrañable, si alguna misericordia”

La palabra para “afecto entrañable” es “intestino” y se usa figuradamente para expresar un afecto profundo y emotivo. Este afecto va acompañado con la misericordia o compasión. Esta compasión es la que Dios nos da (Rom.12:1; 2 Cor. 1:3)

Pablo había recibido este tipo de afecto y compasión de parte de los Filipenses a través de su ayuda (Phil. 4:10-18) y se habían preocupado mucho por él.  Este tipo de afecto que le habían mostrado es el que ellos deberían tener unos a otros. Esto debería ser el incentivo para tener unidad en Cristo.

II. ¿Cómo se logra la unidad? vv. 2

“completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa”

A. TENIENDO UN MISMO PENSAR (Sentir) v. 2a

La palabra que usa Pablo es la misma que usa en 1:5 y en 2:5 que se refiere a tener mente de Cristo y en 4:2 cuando le dice a Evodia y Síntique que sean de un mismo sentir en el Señor.

¿Que quiere decir Pablo con tener el mismo pensar o sentir? No es el que todos pensemos literalmente lo mismo o que seamos uniformes. Pablo quiere decir que tengamos la misma meta, la meta de vivir para Cristo, la meta de compartir el evangelio con otros, la meta de vivir como ciudadanos del reino de Cristo.

B. TENIENDO UN MISMO SENTIR v. 2b

Pablo manda a tener el mismo amor del que habló en 1:9. Había algunos que predicaban a Cristo por amor y otros por sus propios deseos ambiciosos. El llamado es que los creyentes en Filipos tengan amor unos a otros. Este amor no busca lo suyo, o que compite con otros para ser más importante. Es el amor como Cristo lo demostró el que trae la unidad.

Este es el amor que nosotros debemos tener entre nosotros. Este amor nos une en un mismo sentir. La gente lo podrá ver y querrá saber porque tenemos tal unidad. Nos dará la oportunidad de compartir el evangelio de Cristo. Lo opuesto también sucederá si no tenemos un mismo sentir y un mismo amor, alejará a las personas de Cristo.

Es por esto que es importante que en todo lo que hagamos aquí en Grace, lo hagamos con un mismo sentir y demostrándonos TODOS unos otros el amor de Cristo.

C. TENIENDO HARMONÍA EN NUETRO PROPÓSITO v. 2c
“unánimes, sintiendo una misma cosa.”

Literalmente esta parte dice, “teniendo un mismo espíritu y una misma alma”. La idea que Pablo convoca es el de tener armonía que viene de tener una mente enfocada en una meta común. En el contexto, el enfoque es trabajar por la causa del evangelio.  Hay una armonía enfocada en el propósito de vivir para Cristo y servir a Cristo.

Como iglesia debemos trabajar en armonía como hermanos en Cristo enfocados en nuestro llamado de ser y hacer discípulos para la gloria de Dios. Esta manera de pensar, sentir y trabajar es la que produce unidad y rechaza cualquier otra cosa que cause división en nuestro medio.

Cuando estamos unidos en un mismo pensar, en un mismo amor y en mismo espíritu no hay lugar para nuestros propios intereses, deseos, o prioridades egoístas. No buscamos lo nuestro, sino la voluntad de nuestro Señor. Buscamos vivir para Él, conocerle más y servirle con devoción singular. Compartimos su vida a través de nuestro vivir en Él. Compartimos el evangelio que son buenas nuevas de salvación a todo aquel que cree. Todo lo que hacemos en la iglesia es para darle gloria a Cristo como Señor de la Iglesia.

D. HACIENDO NADA POR EGOÍSMO O PARA AUTO EXALTACIÓN v. 3a
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria”

La actitud de los que estaban predicando a Cristo con motivaciones incorrectas estaba afectando a la iglesia en Filipos.  El egoísmo de estos estaba causando divisiones debido a sus ambiciones personales. Estas personas eran vanagloriosas, personas “infladas” pero que no reflejaban la realidad. Se creían más o aparentaban más de lo que realmente eran ya que lo externo no reflejaba lo interno. Pablo manda a la iglesia de Filipos que esto no sea así en la iglesia.

Este tipo de actitud no es digna de Cristo. Esto no debe ser parte de nuestra iglesia. Todos los que somos parte de esta iglesia debemos siempre tener esto en mente. Nada de lo que hacemos es para auto exaltarnos, para hacernos creer más que otros. El único que merece la gloria es Cristo. Esto lo explicará Pablo en los versículos 5 hasta el 11.

E. HACIENDO TODO CON HUMILDAD Y DEFERENCIA v. 3b-4
“antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo” 

La humildad, entender quienes somos en Cristo, debe ser la manera de actuar para preservar la unidad en la iglesia. Somos humildes porque Dios nos manda a ser humildes al reconocer que solo Él merece la gloria. Salmo 147:6-8; 138:6; Isaías 57:15; Santiago 4:6
Pablo mostrará el ejemplo de Cristo como el ejemplo de humildad y como nosotros debemos seguir su ejemplo. Si decimos que vivimos para Cristo debemos actuar como Cristo, con humildad en su iglesia.

Debemos tener deferencia, considerar, dar preferencia (la misma palabra “considerar” se usa en 3:8 y 4:7) a otros con su valor antes que buscar lo que nosotros queremos. El deseo es de honrar, animar, edificar a la otra persona antes que a nosotros. Este es un concepto anti-americano y en contra de nuestras inclinaciones.
Una vez más, Pablo nos mostrará con el ejemplo de Cristo que esto es posible porque Él lo hizo posible y nos ha dado su Espíritu para vivir como Él nos manda. No es fácil pero requiere que muramos cada día a nosotros mismos para vivir para Cristo.

El versículo explica un poco más el concepto de ser altruistas.  La persona altruista no es la que lo da todo necesariamente. La persona altruista es la que no solo piensa en si misma, lo cual es normal o justo, sino que piensa MÁS en otros.

Otra interpretación de este versículo es que debemos mirar o enfocarnos en el buen ejemplo de otros creyentes que reflejan el carácter de Cristo para ayudarnos a no enfocarnos solo en nosotros mismos (El punto de vista de Lutero, citado en el Comentario Pillar).

Practicar esto como iglesia nos lleva al enfoque de la unidad. Una iglesia unida reflejará la mente de Cristo como se describe en los siguientes versículos.

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Persistence to Succeed: A Tribute to my Wife

I have written several posts about our Hispanic culture describing some our general characteristics. For the most part I have stayed away from writing negative generalities, even though they are important to acknowledge because they can help us grow and learn. An area that people often crave to hear about is about Hispanics that succeed in their lives. For the most part we look for them in our general popular culture, in politics or in business. This is all good. But we often overlook those that are around us that have achieved success in their lives. This success is not measured by the amount of digits the person earns in his or her career, but by the effort, persistence and hurdles they have had to overcome to achieve their goals for their lives. I have one close to me. My wife. Here is a brief tribute to her as woman who has persisted to be where she is now. I know there are many others out there that serve as role models for our Hispanic culture but here is my favorite, the one and only love of my life.

Patricia was born in San Gregorio, Michoacán México to a large family of eight, four boys and four girls. She was the second born. Her name was given by her dad who probably took the name from the fact that she was born in March, and decided to name her after St. Patrick. She might dispute this but I will go ahead and leave it here. I have described what life was for her mom Espi, who is one of my heroes and hers as well, in another post so I won’t go in too much detail here. She was virtually a single parent who raised eight children with very few means.  Her family was poor, often lacked food to eat, clothing to wear or blankets to sleep (this would be considered far below poverty here in the United States).  My wife tells me how even though her mom was illiterate she would sit them at the table to do homework. She pretended she knew what they were doing when in fact she didn’t. But this fostered in them the idea that they needed to be educated. They all learned good manners, went to school, and almost all learned a profession.

My wife wanted to be a flight attendant but this choice wasn’t given to her by her mom, partly because she did  not want her to go far away (a typical Hispanic parent apprehension). She had two choices that were available in her town en La Barca, Jalisco. One of them was being an administrative assistant or secretary. The other one was a nurse. She chose the latter.
As a second born, my wife was the de facto first-born assuming the responsibility of being her mom’s secretary and assistant. She went on errands from an early age, wrote and read letters for her and was considered the favorite (I hope her siblings don’t read this) and is to this date. By the age of 13 my wife was already working assisting in a hospital. Her first experience in the operating room where she was told to hold a man’s amputated leg. She remembers vividly and recounts the feeling of holding the leg and almost tossing it.

Patricia went on to finish “Preparatoria” (which is the equivalent of High School or grades 10-12th) ranking second in her class and then went on to nursing school.  This took three years plus a year in internship. She was top of her class getting the best grades. One of her classmates who was a top student was jealous of her because she was able to get good grades without spending too much time studying. Her strategy was simple she says, “I would pay attention in class without any distractions.” She did this and got the best grades graduating first in her class. After finishing her classwork she went on to do her internship. This was the first time she got to go out and live out of her town, la Barca Jalisco.

After finishing her nursing program, she was convinced that she needed to come to America where she was told the lie that “money was found on the streets”. This was an opportunity to go work and help her mom. Her plan was to come and earn money to buy her a home. In her early 20’s she left her town and came to America. She arrived in Santa Ana California to live with some relatives. It was hard for her to get a job with no English but she did. She found a job in a plastic factory where she worked for a few months and then moved to another one that made mini blinds. Her interview for this last one was all in English and she remembers saying “yes” to almost all the questions including the one about working the evening shift. During the day she went to ESL classes to learn English and eventually earned her GED after two years. In about two years she was able to be fluent enough to have a conversation in English. Simultaneously, she took a course in medical assistant.

She loves her mom!

After getting her medical assistant course done, a doctor with whom she did her practice hired her as a medical assistant. She recalls how nervous she was when she had to answer the phones in English at the clinic. She persisted and earned a good reputation from the doctor, coworkers and patients. Working as a medical assistant was not enough for her. She was a nurse and wanted to be a nurse. She went on and investigated how she could transfer her degree to America and began doing the paperwork. This involved having her school documents translated and certified. Her goal was also to help her family. Through this time she helped her mom come to America as well as many of her siblings becoming their head of household.

After doing all this she had to take her exam to be certified as a registered nurse. It was around this time when I met her at church. She had just become a Christian. She had taken the test twice and had not passed it. She was growing discouraged. The problem she had was the difficulty of understanding the material presented all in English. It was at this point that her mom pleaded with her and asked her to take it one more time. “Do it for me,” she said. This paid off. She received her Registered Nurse license.

During this time we were dating. When we married she went on to work as a nurse.  Her work trajectory that followed after this was all upward due to her hard work ethic to be excellent in everything she did. She liked working in outpatient surgeries due to the hours and moved around jobs every three years or so, primarily because she was recruited by employers who heard about her. At her last job in California she was getting top pay but it was around this time that we decided to move out of state. At this point she decided it was time to stay home but even in our new home location she was sought after as a nurse. She still volunteers for a community clinic, goes on a yearly medical mission trip and once again, her work ethic, care for people and patients distinguishes her.

My wife, the nurse, is of course much more than a nurse. She is a caring, loving mom of four children and one grandchild, beloved pastor’s wife, loving daughter with a servant’s heart for people and for the Lord. Her life is an example of persistence to succeed even when you have little to look forward and make things happen. With focus, determination, hard work ethic, a desire to help and serve others and to follow God’s will it is possible to succeed. The fruit of her labor can be seen in her two grown children, one a pastry chef and another one finishing up his Masters degree at MIT. She also has two more children growing up whom she has instilled her values. I am grateful for her because I am where I am now, in large part because of her example. She pushed me to pursue my undergraduate work and supported me during my career path. She has been the foremost cheerleader in all that I have done.

On behalf of all of those whom you’ve touched in many ways, thank you my dear wife, friend and lover.

Caring for a patient on a medical mission trip to Perú
Enjoying a laugh with an indigenous lady on
a medical mission trip to Oaxaca in 2017

 

Giving hugs is part of her (as well as a greeting kiss)

 

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Mi gozo y mi fortaleza

Esta semana meditaba el texto que decía en Inglés que Dios es nuestro gozo y fortaleza (el texto era 1 Crónicas 16:27) y me hizo ver la falta de afecto que tuve en mi familia. Esto fue una “revelación” para mi.  Nunca he sentido que me ha hecho falta. Nunca he reclamado a nadie. Siempre he pensado que fue un hecho de que mi familia me ama aun así no me mostraran afecto entrañable.

Esto me llevó a pensar en mi vida cuando crecía como niño. ¿Cómo me llevó a pensar en mi vida y reflexionar sobre el amor o afecto no recibido? Parece algo extraño pero Dios usa su Palabra para hacernos pensar en nuestras vidas. Cuando oraba le decía que el era mi gozo y mi fortaleza aunque muchas veces no me sienta feliz y me sienta solo. Aún cuando hay dificultades en mi vida que no veo que me producen gozo. Esto me llevó a retroceder en mi vida de joven y aun de niño.  De joven crecí en la iglesia y mi crecimiento espiritualmente muy rápido. Pronto estaba enseñando y liderando. Como líder mi enfoque no era en mi. Pero al estar en casa me sentía solo. La comunicación en nuestra familia virtualmente no ha existido, no la que expresa sentimientos, sueños, y dificultades. No que no se expresaban emociones, sino que era difícil por lo menos para un varón entre mujeres. Esperar cariño y afecto a la edad de catorce hasta ser adulto era algo que no esperaba.

Retrocediendo aun más a los días de mi niñez. Crecí entre mujeres, habían ocho y aunque no todas estaban en casa, era el único hombre ya que mi hermano mayor no vivió con nosotros (es otra historia). Mi mamá trabajaba en el mercado vendiendo carne. No recuerdo pasar tiempo con ella en este periodo (pasé tiempo con ella en su vejez, ya casado y con hijos pero para este entonces ya era ella la que necesitaba de mi amor), tiempo conociéndonos y expresando amor. Vagamente recuerdo cariño de ella y por supuesto nunca escuché “te quiero”. Pero nunca dudé de su amor.

Escribo esto no porque deseo que me amen. El propósito es que fue algo que descubrí que ahora me hace ver el porque mi familia ha sido y es como es. Ellos también vivieron lo mismo. Esto también explica porque muchas veces no buscamos el afecto familiar o de cualquier otra persona.
Hoy tengo amor de mi esposa y mis hijos, de unos más que de otros. Pero no vive con el deseo de ser amado aunque sentirme amado se siente muy bien.

Pero volviendo a lo que leía en la Biblia esta semana. Mi gozo y mi fortaleza viene del Señor. En un mundo como el nuestro esperar un amor perfecto es irreal. Solo el amor de Dios es perfecto. Y cuando no nos sentimos amados o cuando somos ignorantes de que necesitamos amor, Él es nuestro gozo y fortaleza. Dios nos creo para vivir en familia, en comunidad pero nunca para tomar el lugar de Él.  Debemos expresar su amor unos a otros, pero no será perfecto. Y cuando experimentamos este amor a través de otros debe llevarnos a Él.  Nuestra familia aquí en la Tierra no es permanente. Sabemos que es temporal. Nos espera la perfecta familia en la eternidad que más que por las personas que están allá, es por la Divina Trinidad que llenará nuestra vida completa y compartiremos de su amor que lo llena todo. ¡Eso me da gozo y fortaleza!

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La Unidad en Cristo – Filipenses 2:1-11

Aparte de lo doctrinal, no hay nada que ha hecho más mal a la Iglesia de Cristo que la unidad. Nuestra falta de unidad ha causado que el mundo nos rechace y no desee escuchar. Lo peor de todo es que no es nuestro nombre el que está siendo deshonrado sino el de Cristo.
En Juan 17:11 nuestro Señor oró para que nosotros como Iglesia fuéramos uno en Él. Esa fue su oración y debe ser nuestro deseo en la iglesia.

En Filipenses 2:1-4, Pablo comparte la motivación de esta unidad expresando cuatro indicativos que comienzan con “si” y el enfoque de la unidad en los versículos 5-11 mostrando él cómo nuestro Señor Jesucristo es el Señor su Iglesia.

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Viviendo para Cristo – Segunda parte – Filipenses 1:20-30 – Segunda Parte

¿Cómo vivir para Cristo?

III. Debemos tener una tensión entre morir y vivir para Cristo vv. 21b-26

“…y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.”

A. Tenemos vida eterna en Cristo y por esto no tememos la muerte v. 21b
“y el morir es ganancia”

Hoy día se piensa en la muerte como el fin o como el descanso especialmente en situaciones cuando las personas están sufriendo. Pero esto era así para Pablo. Parece ser algo raro, inusual y quizás radical las palabras de Pablo “y el morir es ganancia”.  Pensar en la muerte no es raro si entendemos en el contexto en el que estaba. Estaba en la prisión y existía la posibilidad de ser ejecutado. Pero esto no quiere decir que Pablo estaba huyendo del sufrimiento y la persecución.

Para Pablo, la muerte era la puerta a la eternidad para “estar con Cristo”. Su cuerpo era la morada temporal, y su espíritu estaría con el Señor (2 Cor. 5:8). Estar con Cristo era “muchísimo mejor” que quedarse.  Esta era su ganancia y es por esto que el no temía a la muerte. Pablo entendía y experimentaba lo que nuestro Señor habló acerca de la vida y la muerte. Fue su muerte que le dio vida eterna y esta vida no es dependiente de la muerte. Esta vida en Cristo es superior a la muerte. Esta vida la había experimentado cuando creyó en Jesucristo como su Señor y Salvador. Juan 12:24-26; 11:25-26

Para nosotros no es diferente. Nuestro Señor vino a morir por nosotros para darnos vida y para que no perezcamos eternamente sin Él (Juan 3:16).   Nuestra vida esta segura en Él no importa que pase con nuestros cuerpos. Morir es una ganancia para nosotros. Es LA ganancia que recibiremos una vez estemos fuera de este cuerpo porque nuestra vida en Cristo será realizada completamente. Será el comienzo de la perfección en Cristo.

B. Tenemos el privilegio de servir (producir fruto) a otros y compartir el evangelio vv. 22-26

“Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe,
para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.”

Pablo dice que está en un “estrecho” o una situación que produce tensión. Esta tensión es entre su deseo de morir y estar con Cristo y seguir viviendo por la necesidad de servir a otros. Son dos cosas buenas y aunque estar con Cristo era “muchísimo mejor” Pablo no era egoísta pensando en solo su beneficio. Diciendo esto Pablo les esta dando el ejemplo de Cristo que describe en el capítulo 2. Esta tensión le causaba no saber que hacer o escoger.

Vivimos con esta tensión entre morir, y esto no significa que es algo que deseamos porque estamos deprimidos o cansados de vivir, sino como una realidad externa debido a cosas que no podemos controlar. La muerte es una realidad y será una realidad para nosotros pero como creyentes deseamos vivir para cumplir la voluntad de Cristo en la tierra.

Pablo dice que estar viviendo en “la carne” es para el “fruto” de la obra. El quiere vivir para producir fruto espiritual en la vida de otros. Así como Pablo, nuestro deseo de permanecer en esta tierra es para la causa de otros. Queremos vivir para el provecho de otros y comunicarles el mensaje de salvación. Nuestra vida debe producir ese fruto en la vida de otros y esa debe ser nuestra motivación.  Esto trae gozo y fe a ellos y hace abundar nuestra “gloria” en Cristo Jesús.  No servimos para jactarnos de algo o crear fama o nombre para nosotros sino para la gloria de Cristo.

Anteriormente te he dicho que en ocasiones me he preguntado si Dios me dijera ¿Para qué quieres que te deje vivir? Mi respuesta es para ti. Añadiría que quiero producir fruto en mi servicio a Dios. No quiero vivir para vivir en el “estatus quo” espiritual de muchos creyentes hoy día. No quiero vivir una vida “normal”. Quiero vivir una vida en Cristo que produce fruto espiritual en mi servicio a otros y en comunicar a otros el evangelio.

¿Para qué quieres vivir tu?

IV. Debemos tener una conducta digna del evangelio de Cristo vv. 27-30

A. Debemos vivir como ciudadanos del Reino de Dios v. 27

“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio

La palabra que se usa para conducta es “ciudadanos” que solo se usa aquí y en Hechos 23:1.  Los Filipenses vivían en una ciudad considerada “mini imperio romano”. Tenían el título de ser “colonia” del imperio romano lo cual se obtenía por medio de lealtad y servicio a Roma. Los que eran ciudadanos de Filipos se sentían orgullosos de esta colonia romana. Los ciudadanos eran leales a ella, celosos con su cultura y trataban de mantenerse libre de la infiltración e influencia de otras colonias y ciudades.

Pablo le dice a la iglesia de Filipos que deben vivir como ciudadanos “dignos” del evangelio de Cristo. Ellos deben ser la colonia de Cristo en la colonia Romana. Esto era claro para los Filipenses al conectar este concepto con sus vidas como seguidores de Cristo.

El cristiano es salvo por Cristo y como tal ya no vive para si sino para Él. Su lealtad es a Cristo y a su evangelio. Sus valores, sus prioridades, su cultura, su vida completa  deben reflejar  o ser compatible como ciudadano del Reino de Dios. Lo que decimos que creemos debe ser lo que vivimos o mostramos. Pablo explicará en más detalle en esta carta esos valores y ética moral por la cual debemos vivir. (cf. Col. 3:8-14)

Es importante que notar que Pablo no les da una lista de reglas para cumplir. Todo se conecta con “el evangelio de Cristo”. El evangelio de Cristo no es solo compartir que Cristo murió, fue sepultado y resucitó, que toda persona que lo escucha debe creer en Él  y arrepentirse. El evangelio es la vida en Cristo que vivimos después de creer en Él. Es vivir en Cristo y para Cristo como lo enseña su Palabra.

De igual manera, nosotros hoy día debemos vivir como ciudadanos dignos del evangelio de Cristo. Antes de ser ciudadanos de cualquier país, somos ciudadanos del Reino de Dios. Somos seguidores de Cristo que vivimos para Él. Nuestra lealtad es a Él antes que a cualquier otro.

Hoy día se habla mucho de estar orgullosos de ser americanos  pero el comportamiento de los políticos y aun de los ciudadanos no deja mucho de que estar orgullosos. Y es triste que aun la Iglesia de Cristo no cree ni vive diferente al mundo. Creo que la falla ha sido de nosotros los que enseñamos. Hemos fallado en comunicar la ética bíblica del evangelio para vivir en este mundo. No lo hemos hechos porque no queremos ofender a nadie. No queremos que las personas se vayan de la iglesia. Los resultados son obvios.

No hay nada malo de sentirse orgullosos de nuestro país, debemos también participar dando nuestra voz y voto, pero como cristianos nuestro llamado es vivir como ciudadanos del reino. Debemos preguntarnos,

¿Refleja mi manera de vivir lo que creo acerca del evangelio o reino de Cristo? ¿Pueden ver otros en mi, mi amor, lealtad y fidelidad a Cristo sobre todas las cosas? ¿Hay consistencia en lo digo creer acerca de Cristo y lo que vivo (y comunico) en mi vida diaria?

Por favor dejemos las excusas de que no somos perfectos. Nuestro llamado es el de vivir como ciudadanos dignos del evangelio de Cristo. Hagamos orgullosos a nuestro Señor con nuestra manera de vivir en este mundo. Protejamos la pureza y la unidad de su Iglesia viviendo de acuerdo a su Palabra. Nuestras vidas deben “adornar” (Tito 2:10) el evangelio con nuestra conducta santa. Nuestras vidas como ciudadanos del Reino de Cristo deben ser luminares a todos los ciudadanos de nuestros país. Queremos que los ciudadanos de este país vean que ser ciudadanos del reino de Cristo es la mejor manera de vivir. Pero comienza con nosotros la Iglesia de Cristo, individualmente y colectivamente.

B. Debemos estar firmes y unidos en nuestra fe en Cristo v. 27
“para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu”

Pablo les dice a los Filipenses que como ciudadanos del Reino de Cristo deben estar firmes en un “mismo espíritu”. La palabra “firmes” es una palabra militar. Los soldados en batalla están firmes contra el enemigo. Como iglesia debemos estar firmes resistiendo al enemigo que está activamente tratando de destruir no solo nuestra ciudad sino el mundo con sus engaños. Debemos resistirle en un “mismo espíritu” (es posible que la idea es “Espíritu” en este versículo. Mirar Fil. 4:1, 1:19, 2:1-4) El enemigo quiere infiltrar la iglesia para destruirla por dentro. Debemos resistirle unidos a través del Espíritu Santo quien nos da el poder para hacerlo. Debemos mantener esta unidad en el vínculo de la paz (Eph. 4:3) firmemente.

¿Estás firme en la fe con todos los demás de nuestros hermanos o eres de los que se ha quedado atrás?

C. Debemos combatir unidos por la fe del evangelio. v. 27c-28
“combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios.”

1. Combatiendo unidos como soldados

Pablo no solo les dice que como ciudadanos del Reino deben estar firmes en la fe sino que deben combatir por la fe del evangelio.
No basta resistir sino también debemos “combatir” juntos sin temor como lo hace el ejercito. Luchan juntos con diligencia para ganar. Como creyentes somos llamados a juntos luchar con valor por nuestra fe en Cristo, la verdad revelada en su Palabra. Esto incluye testificar el evangelio de Cristo y todo lo que la Palabra de Dios nos dice en cuanto a la doctrina de la fe. ¿Porqué? porque el enemigo nos está atacando. El desea contaminar la verdad de Dios para que las personas no crean en Cristo.

Como cristianos ya estamos perdiendo por la falta de combatir “unánimes por la fe del evangelio”. Peleamos por cosas insignificantes y no por la fe del evangelio (esta semana leía sobre como cristianos están peleándose en Puerto Rico porque algunos de ellos invitaron a Franklin Graham a una cruzada evangelística. También lo que está pasando en nuestra política actual. Cristianos peleándose por asuntos políticos.)

Es por esto que hemos perdido la batalla en la inmoralidad que ahora es legal. Es por esto que hemos perdido la batalla en contra de la protección de los bebés que son matados a través del aborto. ¿Porqué? Porque hemos fallado en comunicare el evangelio de Cristo y vivir la verdad de Dios. Consecuentemente no estamos unidos defendiendo la vida y la moralidad sexual bíblica. Estos no son asuntos políticos, son asuntos bíblicos que afectan nuestra fe en Cristo. Ahora la ley nos está diciendo que debemos aceptar esto dentro de la iglesia sin importar lo que la Palabra de Dios dice. Nuestro llamado al mundo es decirles que esto es pecado, que necesitan a Cristo, deben arrepentirse y vivir para Él.

2. Combatiendo unidos con valor
 “y en nada intimidados por los que se oponen”

La palabra “intimidados” se usa para caballos cuando se asustan en medio de la batalla. No aparece en ningún otro lugar en la Biblia. Es muy posible que los de Filipo estaban siendo intimidados por el gobierno Romano para que fueran leales y adoraran a Cesar, al Emperador como señor. Pablo les dice que tengan valor en frente a esta oposición.

Similarmente sucede hoy en los Estados Unidos. Como creyentes debemos combatir por la fe del evangelio sin miedo. No debemos dejarnos agitar o intimidar por lo que vemos en nuestra cultura que es en contra de la verdad de Dios o por como el enemigo se opone y nos ataca.

3. Combatiendo una señal de nuestra salvación
“que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios.”

Para los oponentes de Filipos, el hecho de que los creyentes resistieran adorar al emperador o a los dioses paganos era una señal que debían ser destruidos (sabemos que la persecución y muerte de los creyentes fue y sigue siendo una realidad). Pero Pablo les recuerda que la realidad es lo opuesto. Para los creyentes, el hecho de que resisten adorar a nadie más que a Cristo como Señor es una indicación de que son salvos y serán salvos eternamente.

Igualmente, nosotros debemos luchar por la verdad del evangelio sabiendo que no importa que nos pase aquí en los Estados Unidos, esto es una indicación de que somos salvos en Cristo. No temamos lo que el gobierno está haciendo, o las leyes inmorales, o los que nos atacan como intolerantes religiosos. Esto es una indicación de que somos salvos. Esto es de Dios, solo Él puede ayudarnos a permanecer fieles.

¿Estás combatiendo con nosotros por la verdad del evangelio con toda tu vida o estás sentado y cómodo sin hacer nada?

D. Debemos estar listos para sufrir por Cristo v. 29
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.”

1. Es un privilegio conocer a Cristo
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él”

Pablo les dice que es un privilegio, un favor creer en Cristo. Esto lo sabemos muy bien. Nos sentimos muy bien cuando creímos en Cristo. Hablamos mucho de que tan grande es este privilegio. Pero Pablo no termina aquí.

2. Es un regalo de Dios
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo…sino también que padezcáis por él”

Pablo les dice a los Filipenses que estaban siendo perseguidos por su fe que esto es también un privilegio (literalmente “un don” o gracia) sufrir por él. Sabían que si sufrían con Él (Él sufrió la muerte de la cruz por nosotros, Fil. 2:8), reinarían con Él. Esto es lo que nuestro Señor nos enseño. El sufrimiento por Él es parte de nuestra unión con Él.
Juan 15:20 (John 15:20) Mirar también Mateo 10:17; 24:9; 2 Tim. 3:12; 1 Pedro 4:12-14

Debemos entender que cuando vivimos como ciudadanos del reino, rechazando todo lo que se opone a Cristo, las probabilidades de que sufriremos por esto, se incrementan.

Hay muchas maneras que podemos sufrir, pero Pablo tiene en mente persecución por vivir como cristianos. Somos pocos los que sufrimos aquí en los Estados Unidos pero no pienso que será mucho tiempo cuando también seremos perseguidos. Estamos muy cómodos, no creemos que estamos en una batalla espiritual, no compartimos el evangelio y el enemigo está tomando ventaja. Está trabajando arduamente para atraparnos como Iglesia. Llegará el momento en que llegará la persecución fuerte y nos hará despertar.

3. Es una manera de tener comunión (ser compañeros en el evangelio) unos a otros
“teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.”

Pablo les dice a los Filipenses que este mismo “conflicto” lo está pasando el. “Conflicto” significa “combate” o “competencia”. Es un acto público, como el de los gladiadores, en el cual alguien reta a otro. El reto o combate es por el evangelio. Pablo estaba preso por compartir el evangelio y estaba sufriendo. Pero este reto era un privilegio que lo recibió para seguir compartiendo el evangelio.

En estos retos no solo tendremos el ánimo y consuelo de nuestro Señor sino también tendremos comunión unos con otros (y con nuestros hermanos en otros países que sufren aun más que nosotros) así como Pablo lo tuvo con los Filipenses. Ellos eran compañeros en sus sufrimientos por causa del evangelio.

¿Cómo responderías si hubiera persecución y te pidiera el gobierno que fueras leal a él antes que a Cristo?

¿Cómo es tu lealtad y tu conducta como cristiano y ciudadano del cielo?
– ¿Estás viviendo firmemente en el evangelio?
– ¿Estás combatiendo como soldado por los que no conocen a Cristo?
– ¿Estás combatiendo por la fe en Cristo sin temor de lo que está pasando a tu alrededor?
– ¿Estás listo para recibir el regalo del sufrimiento por seguir a Cristo?

Resumimos las siete características que debemos tener para vivir para Cristo:

1. Debemos tener madurez espiritual vv. 12-14
2. Debemos tener un concepto correcto de quienes somos en Él vv. 15-18
3. Debemos recibir ayuda espiritual para seguir siendo fiel a Cristo v. 19
4. Debemos tener UNA expectativa y UNA esperanza en Cristo v. 20
5. Debemos tener un compromiso y enfoque singular en Cristo v. 21a
6. Debemos tener una tensión entre morir y vivir para Cristo vv. 21b-26
7. Debemos tener una conducta digna del evangelio de Cristo vv. 27-30

Esta semana leía sobre un hombre de 81 años de edad. Este anciano lleva un año y medio yendo una vez a la semana a un hospital  en Mobile Alabama a 45 minutos de su casa para abrazar y dar de comer a bebés.  Dice que se sienta y piensa al estar abrazándolos, “¿Qué serán cuando crezcan?” Así que para ayudar a que tengan un mejor futuro ha decidido con su esposa de 59 años de casados, que darán $1 millón de dólares para esta causa a través de su fundación.

Me encantó esto y lo que hace. Y aun más lo que dijo después:
“Cuando llegas a mi edad, tengo 81 años, le pregunto al Señor, ‘Muéstrame, a alguien donde pueda ayudarles'”, y sigue diciendo, “Puede que no pueda ayudar financieramente, puede ser que les doy un ride, o hago una llamada, pero pienso que mientras esté en la tierra, yo tengo que hacer algo para ayudar a otros.”

Me encanta su actitud. No sé si es creyente pero supongo por lo que dijo. Pero pienso, ¿porqué esperar hasta los 81 años para decidir esto?

Tu hoy día puedes decidir vivir TODA tu vida para Cristo o puedes seguir viviendo a tu manera. Quizás quieres esperar hasta los 81 años si es que llegas o hasta que estés mejor, o estés solo, etc…
Yo tuve que tomar esa decisión después de 10 años sin servirle en el ministerio. Pablo no perdió un día para vivir para Cristo desde que le conoció. Cristo te invita a vivir para Él hoy. Cuando comiences, Él te guiará y te dirá como debes servirle. Quizás serán en cosas pequeñas como este ancianito. Lo importante es que digas junto con Pablo, “Para mi, vivir Cristo, morir, ganancia.” Esta es mi oración para mi, para ti y para nuestra iglesia.

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