¿Cómo vivir para Cristo?
III. Debemos tener una tensión entre morir y vivir para Cristo vv. 21b-26
“…y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.”
A. Tenemos vida eterna en Cristo y por esto no tememos la muerte v. 21b
“y el morir es ganancia”
Hoy día se piensa en la muerte como el fin o como el descanso especialmente en situaciones cuando las personas están sufriendo. Pero esto era así para Pablo. Parece ser algo raro, inusual y quizás radical las palabras de Pablo “y el morir es ganancia”. Pensar en la muerte no es raro si entendemos en el contexto en el que estaba. Estaba en la prisión y existía la posibilidad de ser ejecutado. Pero esto no quiere decir que Pablo estaba huyendo del sufrimiento y la persecución.
Para Pablo, la muerte era la puerta a la eternidad para “estar con Cristo”. Su cuerpo era la morada temporal, y su espíritu estaría con el Señor (2 Cor. 5:8). Estar con Cristo era “muchísimo mejor” que quedarse. Esta era su ganancia y es por esto que el no temía a la muerte. Pablo entendía y experimentaba lo que nuestro Señor habló acerca de la vida y la muerte. Fue su muerte que le dio vida eterna y esta vida no es dependiente de la muerte. Esta vida en Cristo es superior a la muerte. Esta vida la había experimentado cuando creyó en Jesucristo como su Señor y Salvador. Juan 12:24-26; 11:25-26
Para nosotros no es diferente. Nuestro Señor vino a morir por nosotros para darnos vida y para que no perezcamos eternamente sin Él (Juan 3:16). Nuestra vida esta segura en Él no importa que pase con nuestros cuerpos. Morir es una ganancia para nosotros. Es LA ganancia que recibiremos una vez estemos fuera de este cuerpo porque nuestra vida en Cristo será realizada completamente. Será el comienzo de la perfección en Cristo.
B. Tenemos el privilegio de servir (producir fruto) a otros y compartir el evangelio vv. 22-26
“Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe,
para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.”
Pablo dice que está en un “estrecho” o una situación que produce tensión. Esta tensión es entre su deseo de morir y estar con Cristo y seguir viviendo por la necesidad de servir a otros. Son dos cosas buenas y aunque estar con Cristo era “muchísimo mejor” Pablo no era egoísta pensando en solo su beneficio. Diciendo esto Pablo les esta dando el ejemplo de Cristo que describe en el capítulo 2. Esta tensión le causaba no saber que hacer o escoger.
Vivimos con esta tensión entre morir, y esto no significa que es algo que deseamos porque estamos deprimidos o cansados de vivir, sino como una realidad externa debido a cosas que no podemos controlar. La muerte es una realidad y será una realidad para nosotros pero como creyentes deseamos vivir para cumplir la voluntad de Cristo en la tierra.
Pablo dice que estar viviendo en “la carne” es para el “fruto” de la obra. El quiere vivir para producir fruto espiritual en la vida de otros. Así como Pablo, nuestro deseo de permanecer en esta tierra es para la causa de otros. Queremos vivir para el provecho de otros y comunicarles el mensaje de salvación. Nuestra vida debe producir ese fruto en la vida de otros y esa debe ser nuestra motivación. Esto trae gozo y fe a ellos y hace abundar nuestra “gloria” en Cristo Jesús. No servimos para jactarnos de algo o crear fama o nombre para nosotros sino para la gloria de Cristo.
Anteriormente te he dicho que en ocasiones me he preguntado si Dios me dijera ¿Para qué quieres que te deje vivir? Mi respuesta es para ti. Añadiría que quiero producir fruto en mi servicio a Dios. No quiero vivir para vivir en el “estatus quo” espiritual de muchos creyentes hoy día. No quiero vivir una vida “normal”. Quiero vivir una vida en Cristo que produce fruto espiritual en mi servicio a otros y en comunicar a otros el evangelio.
¿Para qué quieres vivir tu?
IV. Debemos tener una conducta digna del evangelio de Cristo vv. 27-30
A. Debemos vivir como ciudadanos del Reino de Dios v. 27
“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio“
La palabra que se usa para conducta es “ciudadanos” que solo se usa aquí y en Hechos 23:1. Los Filipenses vivían en una ciudad considerada “mini imperio romano”. Tenían el título de ser “colonia” del imperio romano lo cual se obtenía por medio de lealtad y servicio a Roma. Los que eran ciudadanos de Filipos se sentían orgullosos de esta colonia romana. Los ciudadanos eran leales a ella, celosos con su cultura y trataban de mantenerse libre de la infiltración e influencia de otras colonias y ciudades.
Pablo le dice a la iglesia de Filipos que deben vivir como ciudadanos “dignos” del evangelio de Cristo. Ellos deben ser la colonia de Cristo en la colonia Romana. Esto era claro para los Filipenses al conectar este concepto con sus vidas como seguidores de Cristo.
El cristiano es salvo por Cristo y como tal ya no vive para si sino para Él. Su lealtad es a Cristo y a su evangelio. Sus valores, sus prioridades, su cultura, su vida completa deben reflejar o ser compatible como ciudadano del Reino de Dios. Lo que decimos que creemos debe ser lo que vivimos o mostramos. Pablo explicará en más detalle en esta carta esos valores y ética moral por la cual debemos vivir. (cf. Col. 3:8-14)
Es importante que notar que Pablo no les da una lista de reglas para cumplir. Todo se conecta con “el evangelio de Cristo”. El evangelio de Cristo no es solo compartir que Cristo murió, fue sepultado y resucitó, que toda persona que lo escucha debe creer en Él y arrepentirse. El evangelio es la vida en Cristo que vivimos después de creer en Él. Es vivir en Cristo y para Cristo como lo enseña su Palabra.
De igual manera, nosotros hoy día debemos vivir como ciudadanos dignos del evangelio de Cristo. Antes de ser ciudadanos de cualquier país, somos ciudadanos del Reino de Dios. Somos seguidores de Cristo que vivimos para Él. Nuestra lealtad es a Él antes que a cualquier otro.
Hoy día se habla mucho de estar orgullosos de ser americanos pero el comportamiento de los políticos y aun de los ciudadanos no deja mucho de que estar orgullosos. Y es triste que aun la Iglesia de Cristo no cree ni vive diferente al mundo. Creo que la falla ha sido de nosotros los que enseñamos. Hemos fallado en comunicar la ética bíblica del evangelio para vivir en este mundo. No lo hemos hechos porque no queremos ofender a nadie. No queremos que las personas se vayan de la iglesia. Los resultados son obvios.
No hay nada malo de sentirse orgullosos de nuestro país, debemos también participar dando nuestra voz y voto, pero como cristianos nuestro llamado es vivir como ciudadanos del reino. Debemos preguntarnos,
¿Refleja mi manera de vivir lo que creo acerca del evangelio o reino de Cristo? ¿Pueden ver otros en mi, mi amor, lealtad y fidelidad a Cristo sobre todas las cosas? ¿Hay consistencia en lo digo creer acerca de Cristo y lo que vivo (y comunico) en mi vida diaria?
Por favor dejemos las excusas de que no somos perfectos. Nuestro llamado es el de vivir como ciudadanos dignos del evangelio de Cristo. Hagamos orgullosos a nuestro Señor con nuestra manera de vivir en este mundo. Protejamos la pureza y la unidad de su Iglesia viviendo de acuerdo a su Palabra. Nuestras vidas deben “adornar” (Tito 2:10) el evangelio con nuestra conducta santa. Nuestras vidas como ciudadanos del Reino de Cristo deben ser luminares a todos los ciudadanos de nuestros país. Queremos que los ciudadanos de este país vean que ser ciudadanos del reino de Cristo es la mejor manera de vivir. Pero comienza con nosotros la Iglesia de Cristo, individualmente y colectivamente.
B. Debemos estar firmes y unidos en nuestra fe en Cristo v. 27
“para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu”
Pablo les dice a los Filipenses que como ciudadanos del Reino de Cristo deben estar firmes en un “mismo espíritu”. La palabra “firmes” es una palabra militar. Los soldados en batalla están firmes contra el enemigo. Como iglesia debemos estar firmes resistiendo al enemigo que está activamente tratando de destruir no solo nuestra ciudad sino el mundo con sus engaños. Debemos resistirle en un “mismo espíritu” (es posible que la idea es “Espíritu” en este versículo. Mirar Fil. 4:1, 1:19, 2:1-4) El enemigo quiere infiltrar la iglesia para destruirla por dentro. Debemos resistirle unidos a través del Espíritu Santo quien nos da el poder para hacerlo. Debemos mantener esta unidad en el vínculo de la paz (Eph. 4:3) firmemente.
¿Estás firme en la fe con todos los demás de nuestros hermanos o eres de los que se ha quedado atrás?
C. Debemos combatir unidos por la fe del evangelio. v. 27c-28
“combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios.”
1. Combatiendo unidos como soldados
Pablo no solo les dice que como ciudadanos del Reino deben estar firmes en la fe sino que deben combatir por la fe del evangelio.
No basta resistir sino también debemos “combatir” juntos sin temor como lo hace el ejercito. Luchan juntos con diligencia para ganar. Como creyentes somos llamados a juntos luchar con valor por nuestra fe en Cristo, la verdad revelada en su Palabra. Esto incluye testificar el evangelio de Cristo y todo lo que la Palabra de Dios nos dice en cuanto a la doctrina de la fe. ¿Porqué? porque el enemigo nos está atacando. El desea contaminar la verdad de Dios para que las personas no crean en Cristo.
Como cristianos ya estamos perdiendo por la falta de combatir “unánimes por la fe del evangelio”. Peleamos por cosas insignificantes y no por la fe del evangelio (esta semana leía sobre como cristianos están peleándose en Puerto Rico porque algunos de ellos invitaron a Franklin Graham a una cruzada evangelística. También lo que está pasando en nuestra política actual. Cristianos peleándose por asuntos políticos.)
Es por esto que hemos perdido la batalla en la inmoralidad que ahora es legal. Es por esto que hemos perdido la batalla en contra de la protección de los bebés que son matados a través del aborto. ¿Porqué? Porque hemos fallado en comunicare el evangelio de Cristo y vivir la verdad de Dios. Consecuentemente no estamos unidos defendiendo la vida y la moralidad sexual bíblica. Estos no son asuntos políticos, son asuntos bíblicos que afectan nuestra fe en Cristo. Ahora la ley nos está diciendo que debemos aceptar esto dentro de la iglesia sin importar lo que la Palabra de Dios dice. Nuestro llamado al mundo es decirles que esto es pecado, que necesitan a Cristo, deben arrepentirse y vivir para Él.
2. Combatiendo unidos con valor
“y en nada intimidados por los que se oponen”
La palabra “intimidados” se usa para caballos cuando se asustan en medio de la batalla. No aparece en ningún otro lugar en la Biblia. Es muy posible que los de Filipo estaban siendo intimidados por el gobierno Romano para que fueran leales y adoraran a Cesar, al Emperador como señor. Pablo les dice que tengan valor en frente a esta oposición.
Similarmente sucede hoy en los Estados Unidos. Como creyentes debemos combatir por la fe del evangelio sin miedo. No debemos dejarnos agitar o intimidar por lo que vemos en nuestra cultura que es en contra de la verdad de Dios o por como el enemigo se opone y nos ataca.
3. Combatiendo una señal de nuestra salvación
“que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios.”
Para los oponentes de Filipos, el hecho de que los creyentes resistieran adorar al emperador o a los dioses paganos era una señal que debían ser destruidos (sabemos que la persecución y muerte de los creyentes fue y sigue siendo una realidad). Pero Pablo les recuerda que la realidad es lo opuesto. Para los creyentes, el hecho de que resisten adorar a nadie más que a Cristo como Señor es una indicación de que son salvos y serán salvos eternamente.
Igualmente, nosotros debemos luchar por la verdad del evangelio sabiendo que no importa que nos pase aquí en los Estados Unidos, esto es una indicación de que somos salvos en Cristo. No temamos lo que el gobierno está haciendo, o las leyes inmorales, o los que nos atacan como intolerantes religiosos. Esto es una indicación de que somos salvos. Esto es de Dios, solo Él puede ayudarnos a permanecer fieles.
¿Estás combatiendo con nosotros por la verdad del evangelio con toda tu vida o estás sentado y cómodo sin hacer nada?
D. Debemos estar listos para sufrir por Cristo v. 29
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.”
1. Es un privilegio conocer a Cristo
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él”
Pablo les dice que es un privilegio, un favor creer en Cristo. Esto lo sabemos muy bien. Nos sentimos muy bien cuando creímos en Cristo. Hablamos mucho de que tan grande es este privilegio. Pero Pablo no termina aquí.
2. Es un regalo de Dios
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo…sino también que padezcáis por él”
Pablo les dice a los Filipenses que estaban siendo perseguidos por su fe que esto es también un privilegio (literalmente “un don” o gracia) sufrir por él. Sabían que si sufrían con Él (Él sufrió la muerte de la cruz por nosotros, Fil. 2:8), reinarían con Él. Esto es lo que nuestro Señor nos enseño. El sufrimiento por Él es parte de nuestra unión con Él.
Juan 15:20 (John 15:20) Mirar también Mateo 10:17; 24:9; 2 Tim. 3:12; 1 Pedro 4:12-14
Debemos entender que cuando vivimos como ciudadanos del reino, rechazando todo lo que se opone a Cristo, las probabilidades de que sufriremos por esto, se incrementan.
Hay muchas maneras que podemos sufrir, pero Pablo tiene en mente persecución por vivir como cristianos. Somos pocos los que sufrimos aquí en los Estados Unidos pero no pienso que será mucho tiempo cuando también seremos perseguidos. Estamos muy cómodos, no creemos que estamos en una batalla espiritual, no compartimos el evangelio y el enemigo está tomando ventaja. Está trabajando arduamente para atraparnos como Iglesia. Llegará el momento en que llegará la persecución fuerte y nos hará despertar.
3. Es una manera de tener comunión (ser compañeros en el evangelio) unos a otros
“teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.”
Pablo les dice a los Filipenses que este mismo “conflicto” lo está pasando el. “Conflicto” significa “combate” o “competencia”. Es un acto público, como el de los gladiadores, en el cual alguien reta a otro. El reto o combate es por el evangelio. Pablo estaba preso por compartir el evangelio y estaba sufriendo. Pero este reto era un privilegio que lo recibió para seguir compartiendo el evangelio.
En estos retos no solo tendremos el ánimo y consuelo de nuestro Señor sino también tendremos comunión unos con otros (y con nuestros hermanos en otros países que sufren aun más que nosotros) así como Pablo lo tuvo con los Filipenses. Ellos eran compañeros en sus sufrimientos por causa del evangelio.
¿Cómo responderías si hubiera persecución y te pidiera el gobierno que fueras leal a él antes que a Cristo?
¿Cómo es tu lealtad y tu conducta como cristiano y ciudadano del cielo?
– ¿Estás viviendo firmemente en el evangelio?
– ¿Estás combatiendo como soldado por los que no conocen a Cristo?
– ¿Estás combatiendo por la fe en Cristo sin temor de lo que está pasando a tu alrededor?
– ¿Estás listo para recibir el regalo del sufrimiento por seguir a Cristo?
Resumimos las siete características que debemos tener para vivir para Cristo:
1. Debemos tener madurez espiritual vv. 12-14
2. Debemos tener un concepto correcto de quienes somos en Él vv. 15-18
3. Debemos recibir ayuda espiritual para seguir siendo fiel a Cristo v. 19
4. Debemos tener UNA expectativa y UNA esperanza en Cristo v. 20
5. Debemos tener un compromiso y enfoque singular en Cristo v. 21a
6. Debemos tener una tensión entre morir y vivir para Cristo vv. 21b-26
7. Debemos tener una conducta digna del evangelio de Cristo vv. 27-30
Esta semana leía sobre un hombre de 81 años de edad. Este anciano lleva un año y medio yendo una vez a la semana a un hospital en Mobile Alabama a 45 minutos de su casa para abrazar y dar de comer a bebés. Dice que se sienta y piensa al estar abrazándolos, “¿Qué serán cuando crezcan?” Así que para ayudar a que tengan un mejor futuro ha decidido con su esposa de 59 años de casados, que darán $1 millón de dólares para esta causa a través de su fundación.
Me encantó esto y lo que hace. Y aun más lo que dijo después:
“Cuando llegas a mi edad, tengo 81 años, le pregunto al Señor, ‘Muéstrame, a alguien donde pueda ayudarles'”, y sigue diciendo, “Puede que no pueda ayudar financieramente, puede ser que les doy un ride, o hago una llamada, pero pienso que mientras esté en la tierra, yo tengo que hacer algo para ayudar a otros.”
Me encanta su actitud. No sé si es creyente pero supongo por lo que dijo. Pero pienso, ¿porqué esperar hasta los 81 años para decidir esto?
Tu hoy día puedes decidir vivir TODA tu vida para Cristo o puedes seguir viviendo a tu manera. Quizás quieres esperar hasta los 81 años si es que llegas o hasta que estés mejor, o estés solo, etc…
Yo tuve que tomar esa decisión después de 10 años sin servirle en el ministerio. Pablo no perdió un día para vivir para Cristo desde que le conoció. Cristo te invita a vivir para Él hoy. Cuando comiences, Él te guiará y te dirá como debes servirle. Quizás serán en cosas pequeñas como este ancianito. Lo importante es que digas junto con Pablo, “Para mi, vivir Cristo, morir, ganancia.” Esta es mi oración para mi, para ti y para nuestra iglesia.