Escuchaba a un hombre muy importante en los medios sociales que decía que nos hace falta un manual que nos dijera como vivir la vida. El cristiano puede estar seguro de que Dios le ha dejado “su manual” dónde podemos encontrar la manera de vivir. Es su Palabra que nos muestra el camino que debemos seguir, “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Salmo 119:105).
La Palabra de Dios es útil en todas las áreas de nuestras vidas. Pablo escribió en 2 Timoteo 3:16, “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.” (Nueva Traducción Viviente)
Este verso es muy importante para los que somos seguidores del Señor. Toda la Escritura, lo que fue escrito que conocemos como “la Biblia” es “inspirada” por Dios. Esta palabra fue inventada por Pablo y está compuesta por “Dios” y “aliento”. Lo que Pablo está diciendo es que la Escritura viene directamente de la boca de Dios. Dios usó a hombres para transmitir su verdad a nosotros. Esto fue un acto sobrenatural de tal manera que lo que se escribió es lo que Dios quiso decirnos. Por lo tanto, es toda la Escritura de Dios es sin error alguno. Esto significa que debemos vivir en obediencia a toda su Palabra. Es obvio que lo que implica es que nosotros la leamos y entendamos para poder obedecerla. Nuestro caminar o vivir con Dios debe ser uno de obediencia.
En la Biblia tenemos un personaje que vivió en obediencia a Dios aunque todos los demás eran personas malvadas. En Génesis miramos la condición humana no mucho después de la creación:
“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.” (Gén. 6:5-7).
La condición humana era atroz. Dios por primera vez “se arrepintió” de haber hecho a los seres humanos. Esto “le dolió en su corazón”. Así que Dios decide destruir la tierra con todo incluyendo al hombre y animales.
Solo hubo una persona que Dios favoreció:
“Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.” (Gén. 6:8). Noé halló gracia delante de Dios. Noé era “varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.” (Gén. 6:9). Fue el único justo en medio de todo un mundo malvado. Lo que distinguió a Noé fue que “caminó con Dios”, vivió su vida con Dios. Fue un hombre obediente a Dios (Gén. 6:22). Lo hizo en medio de un mundo malvado.
El ejemplo de Noé nos sirve como ejemplo para nosotros hoy día. Es posible vivir fiel al Señor hoy. Hemos recibido la gracia de Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo y tenemos la misma fe de Noé. Podemos vivir firmes en su verdad. No estamos solos. Tenemos a miles de creyentes en el mundo que siguen también a nuestro Salvador. Esto debe animarnos. Sabemos que Dios no juzgará más al mundo con diluvio, pero sí lo hará. Lo hará con fuego (2 Pedro 3:7). Pero esto no debe preocuparnos. El enfoque nuestro es en ser fiel al Señor y perseverar en su verdad.