El domingo de resurrección (no la Pascua, o día del conejo) se celebra o festeja en muchos países del mundo. ¿Qué se festeja? Se festeja que el Señor Jesucristo después de haber sido matado por hombres malvados de una manera cruel, resucitó al tercer día. Esto lo sabemos como narración o aun algo que mentalmente entendemos. Obviamente tenemos también los que no creen que este evento sucedió, pero ellos tienen que proveer evidencia que esto no fue así. No basta decir que no lo crees. Esto no funciona así. Tu puedes creer que el las nubes no son verdaderas pero esto no cambia el hecho de que existen. Quizás no sean exactamente como se ven pero no cambia que son reales. Pero para muchos de nosotros, la resurrección sucedió. Celebramos este hecho: cantamos juntos, decimos las palabras de una manera superficial. Quizás eres creyente verdadero o quizás eres “cristiano cultural”, no puedo ver dentro de tu corazón. Pero el Señor si lo sabe. La resurrección es más que un evento histórico que celebramos. Es el “misterio” más grande de la fe del que ha creído en Cristo. Hoy queremos ver que significa y envuelve este “misterio” de nuestra fe y que implica para nosotros hoy día. El pasaje en que nos enfocaremos en 1 Timoteo 3:16 tiene que ver con la Iglesia, los que han creído en la verdad de que Jesucristo murió, fue sepultado y resucitó al tercer día. Este pasaje es poético ya que era un himno que la iglesia cantaba que expresaban las verdades sobre la base de la vida cristiana. El fundamento de la iglesia es Jesucristo, Hijo de Dios quien resucitó. Este himno ofrece un resumen de lo creemos los seguidores del Señor. “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.”