La Iglesia del Señor es su Cuerpo en la Tierra con el propósito de llevar a cabo su misión: comunicar la buenas noticias de salvación en Cristo. La Iglesia es el portavoz y nadie más ha sido designado con este trabajo. Este pasaje nos enseña cómo debe el pueblo de Dios vivir durante el exilio. Nosotros, la Iglesia del Señor no estamos en exilio o desterrados como lo fue Israel, pero las condiciones en las que vivimos tienen similitudes con las del pueblo de Dios. La cultura en que vivimos cada vez se vuelve más antagonista al cristianismo. Y la Iglesia no parece que está tomando en serio su llamado. Sin lugar a duda creo que Iglesia, especialmente en los Estados Unidos experimentará persecución y tendrá que aprender a vivir el llamado de Dios en el exilio. Tendrá que aprender a escuchar lo que Dios dice sobre como vivir en el exilio. La Iglesia militante que pelea con las armas (figurado y literal) de este mundo no es bíblica.
El profeta Jeremías profetizó en Israel más de cuarenta años comenzando desde la edad aproximada de dieciocho (627 A.C – 586 A.C.). Presenció la conquista y el exilio. Jeremías les da el mandato del Señor en Jeremías 29 (vv. 1-7), la advertencia sobre los falsos profetas que decían hablar por Dios (vv. 8-9) y la promesa de restauración de Dios para su pueblo (vv. 10-14). Estos tres aplican a nosotros como creyentes viviendo en “exilio”.
La parte final de este sermón se encuentra aquí.