“Confortará mi alma” Salmo 23:3
Las ovejas tienden a perderse. No tienen buen sentido de dirección especialmente si no miran y siguen al pastor. Si se pierden pueden caer en peligro y ser presa de otros animales. No solo esto sino que las ovejas tampoco pueden cuidarse por sí mismas. Pueden engordar demasiado si comen mucho y su lana también puede crecer tanto que es difícil caminar. Si se voltean patas arriba no se pueden voltear por sí mismas. Necesitan la restauración y renovación del pastor. Esta es la idea de la palabra “confortar”. No solo es de animar sino también de restaurar. El Buen Pastor tiene que restaurar y renovar nuestras vidas.
Esto es igual con nosotros. Desde nuestro nacimiento venimos con la tendencia de seguir nuestro camino. Es por esto que la Biblia dice que cada quien se apartó por su camino. Nuestra inclinación natural no es seguir al Pastor. Necesitamos que el nos busque y nos rescate. Nuestro Señor compartió una historia que conocemos como “la oveja perdida”. Esa historia presenta el estado natural nuestro. Estamos perdidos como la oveja. El pastor tiene que ir, buscarla y traerla a su redil. Eso es lo que Jesús hizo al venir a este mundo. Vino a morir y resucitar para pagar el precio de nuestro desvío y poder llevarnos al redil del Padre.
Pero esto es solo el comienzo. De allí en adelante debemos seguir a nuestro Pastor. Pero debido a nuestra tendencia pecaminosa, muchas veces nos desviamos del pastor. El tiene que restaurarnos.
¿Cómo lo hace? Tiene que corregirnos y disciplinarnos. El Salmo 119:67 nos dice, “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.” Cuando nos descarriamos el Señor tiene que corregirnos. Así nos hace volver (esa es la definición de la palabra “restaura” en Hebreo) o arrepentirnos. Una vez lo hace volvemos a obedecer su palabra.
Hay también momentos en que debido a nuestra dieta espiritual nos volvemos apáticos en nuestra vida. Necesitamos ser renovados. Tenemos que clamar, “Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos; Renueva nuestros días como al principio.” (Lamentaciones 5:21). Cuando nos volvemos a Él, nos “renueva nuestros días como al principio” cuando le seguíamos con entusiasmo, determinación y fidelidad.
Habrá también ocasiones en que las pruebas y el sufrimiento llegarán a nuestra vida. Esto no es anormal en nuestras vidas como sus ovejas. Esto puede que nos desanime, pero nuestro Buen Pastor está con nosotros para fortalecernos y renovarnos. Isaías dice “El da fuerzas al cansado, y al débil le aumenta su vigor. Hasta los jóvenes pueden cansarse y fatigarse, hasta los más fuertes llegan a caer, pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas, podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.” Isaías 40:29-31 (VP)
En nuestros momentos de tristeza nuestro Pastor nos da de su consolación y en medio de ella podemos alabarle,
“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y el Dios que siempre nos consuela.” 2 Corintios 1:3 (VP)
La presencia permanente de nuestro Pastor está siempre con nosotros. Podemos decir confiadamente en cada momento y en cualquier situación en que estemos, “confortará mi alma”.