Rompiendo la disfunción de los hombres en la cultura hispana: El rol de los hombres como esposos y papás
Hoy es el día del padre. Es a propósito que he dejado esta publicación para este día. En las dos publicaciones que he escrito anteriormente, he hablado sobre la disfunción que tenemos en la cultura hispana[1] debido a la falta de los padres en el hogar. El llamado de Dios para nosotros es que seamos los esposos y papás que él nos dio. Necesitamos ayuda, buenos modelos y enseñanza. He compartido en la iglesia sermones sobre el diseño de Dios para la familia que se pueden encontrar aquí.
Pensando en este día, creo que la mayoría de nosotros que somos padres cristianos que nos hemos esforzado en romper la disfunción de nuestro pasado con nuestros hijos no queremos mucho en este día. No buscamos reconocimiento o regalos. No queremos que nos digan que somos el mejor padre del mundo, porque no lo somos. Lo que queremos en este día, es un simple “gracias.” La mayoría de nosotros estamos contentos con un “Gracias papá por ser mi padre y por todo lo que has hecho por mí. Gracias por tu esfuerzo de ser un papá que cumple el rol que Dios te ha dado.” Eso es suficiente para mí. De parte mía a todos los papás, “¡Gracias! Sigamos adelante cumpliendo nuestros roles como hombres, esposos y padres que Dios nos ha dado.”
Ahora al tema de esta publicación.
En mi publicación anterior escribí sobre cómo debe ser el hombre según lo diseñó Dios. Estos puntos generales van en contra de la cultura contemporánea de hoy, así como también lo fue en el pasado, y en particular la cultura hispana. En este ensayo mi enfoque es el rol del hombre como esposo y como padre.
Comencemos con el rol de esposo. ¿Cuáles son los roles del esposo en el hogar? Desde el punto de vista cristiano, los roles son muy claros. Debemos entender que la cultura machista del pasado y aun en el presente enfatizó mucho el rol de cabeza, jefe, el que “llevaba los pantalones.” Este rol ha sido quizás el más abusado por parte de los hombres machistas. Como miraremos, el rol no es malo en sí, pero la expresión del rol está en completa oposición a cómo Dios lo manda.
El hombre o el caballero una vez se ha casado tiene el rol de ser el sustentador de su esposa y de su hogar. Cuando hablo de sustento no hablo de lo material, que es obvio. El tipo de sustento al que me refiero es el que ayuda a tener al matrimonio en armonía y longevidad. Él debe sustentarla con su amor. Este amor según la Biblia imita el amor sacrificial de Cristo para su Iglesia. Cuando el Señor murió y resucitó fue para salvar a su Iglesia, a los que creen en Él. Siendo la cabeza de la iglesia, se dio en sacrificio por su esposa, la Iglesia. Este es el tipo de amor que el esposo debe tener para con su esposa. En sí, el matrimonio de un hombre y una mujer debe ser ejemplo del amor de Cristo hacia su iglesia. En Efesios dice, “Maridos amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.” (Efesios 5:25). El principio es claro, los esposos debemos amar a nuestras esposas como Cristo amó a su iglesia. Ese amor es sacrificial y perfecto. ¿Es posible? Sí la persona es verdaderamente cristiana, puede hacerlo porque Dios le provee el poder para hacerlo. De otra manera será un ideal que no podrá alcanzar jamás. Sabiendo este principio elimina cualquier noción de machismo en el hogar. El hombre es cabeza no para mandar sino para ir adelante sacrificándose con amor, dándole el amor de Cristo a su esposa.
No solo debe de sustentarla con amor sino también con comprensión, ternura y con honor. Dios manda diciendo, “En cuanto a ustedes, los esposos, sean comprensivos con sus esposas. Denles el honor que les corresponde, no solamente porque la mujer es más delicada, sino también porque Dios en su bondad les ha prometido a ellas la misma vida que a ustedes. Háganlo así para que nada estorbe sus oraciones.” 1 Pedro 3:7 (VP)
Queda claro como el esposo debe tratar a su esposa. El esposo debe aprender a comprender (lo cual implica tomar tiempo para conocerle) a su esposa y debe ser la única persona con la cual hay intimidad emocional. Debe tomarla en cuenta en todo, dándole honor. La esposa es también coheredera (compañeros) de la vida eterna con su esposa y debe ser tratada por el esposo con la dignidad que Dios le ha dado. Debe ser tratada con delicadeza y ternura. Dios no escucha las oraciones de los esposos que no tratan con comprensión, ternura y honor a sus esposas.
El esposo también debe ser el fiel amante de su esposa. Esto implica dos cosas. Primero, que Dios diseño el matrimonio entre un hombre y una mujer hasta que la muerte les separe. Esto quiere decir que Dios no aprueba el divorcio. Cuando le preguntaron al Señor acerca del divorcio, él fue muy claro diciendo, “así que ya no son dos, sino un solo ser. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe nadie.” (Mateo 19:6). En segundo lugar, el esposo debe ser fiel a su esposa en el área sexual. Dios nos advierte de ser infieles, “Que todos respeten el matrimonio y mantengan la pureza de sus relaciones matrimoniales; porque Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y los que cometen adulterio.” Hebreos 13:3 (VP). Su esposa debe ser la única con la cuál debe disfrutar su intimidad sexual (Proverbios 5:15-19).
El esposo como cabeza del hogar tiene el cargo de ser el líder espiritual en su hogar. Es importante que el hombre sepa que siendo el líder espiritual él debe someterse a Cristo que es la Cabeza de la Iglesia. La Biblia dice, “Pero quiero que sepan que Cristo es la cabeza de todo hombre, y que el hombre es la cabeza de la mujer, y que Dios es la cabeza de Cristo.” (1 Corintios 11:3). Como líder espiritual, el esposo va adelante siguiendo a Cristo y también le rinde cuenta a Él.
El esposo debe de ser ejemplo a su esposa e hijos en el amor que tiene a Cristo. Esto quiere decir que el esposo y padre debe ser el primero en buscar al Señor y dedicar tiempo en la oración cada día, aprendiendo la verdad de Él en la Biblia, y de llevar a su familia a la iglesia. El esposo y padre no debe ser pasivo en esta área y dejar que la esposa dirija. He podido observar en muchos de los casos como los hombres relegan su responsabilidad a las esposas. Muchas veces preguntamos en la iglesia, “¿Dónde están los hombres?” La flojera espiritual de los hombres es muy obvia, pero esto debe cambiar.
El padre debe ser el instructor principal espiritual. El rol de ser instructor espiritual envuelve instruir a sus hijos en los caminos de Cristo. Esto implica pasar tiempo con ellos hablándoles y enseñándoles. La meta principal nuestra como líderes espirituales es que nuestros hijos lleguen a conocer a Cristo como su Salvador y puedan crecer en Él en toda sabiduría hasta ser cristianos verdaderos, maduros y responsables. El desvío moral y espiritual de los hijos hoy día se debe a que el papá no ha cumplido con este rol que Dios le dio.
El padre debe ser el que educar a sus hijos. El no solo debe ser el maestro en la educación espiritual sino también la instrucción moral. Esto implica enseñarles la ética moral bíblica que encontramos en la Biblia que va en contra de lo que nuestra cultura nos ha enseñado. Debemos enseñarles los buenos modales, el trato correcto entre el sexo opuesto, la caballerosidad a los hombres y a las mujeres el actuar como dama. Hay que también enseñarles sobre la pureza sexual que deben tener hasta que se casen. Deben ver la demostración del afecto entre mamá y papá como parte del diseño de Dios. Tanto el padre como la madre deben ser el ejemplo que sus hijos quieren imitar. El mejor ejemplo que el esposo puede dar a sus hijos es cómo ama a su esposa. Los hogares seguros son aquellos en los cuáles los hijos pueden ver claramente el amor del padre hacia su esposa.
El padre debe corregir con amor y disciplinar a sus hijos. Esto implica no solo castigo físico apropiado y sin enojo sino acompañado con instrucción en que lo que es bueno y malo, correcto e incorrecto. Parte de la corrección es proteger a nuestros hijos no solo de los peligros físicos sino de los peligros morales espirituales. La cultura de hoy (incluyendo la machista hispana) está opuesta a verdad de Dios y se infiltra por todos los medios sociales. Nuestro deber es protegerles.
El padre debe también pasar tiempo disfrutando con su familia. El padre debe criar a sus hijos de acuerdo con las inclinaciones buenas que van de acuerdo con sus personalidades y caracteres y no según lo que él no pudo lograr como niño. Para esto es necesario que pase tiempo con cada uno para conocerlos. La meta es ayudar a nuestros hijos a desarrollar el carácter cristiano con cualidades como la independencia, la confianza, la honestidad, la diligencia y la perseverancia que les ayudará en el futuro.
Como padres necesitamos tener el espíritu de Elías el profeta para hacer volver los corazones de los padres hacia los hijos (Malaquías 4:5-6). Para esto debemos enseñar y ser ejemplo de nuestros hijos. Debemos enseñarles que lo que hemos recibido de nuestra cultura hispana machista no es lo que Dios quiere para nosotros. Debemos enseñarles las verdades que he descrito en este ensayo. ¿Será Ud. uno con el espíritu de Elías?
[1] Esta disfunción no es solo de los hombres Hispanos. En los Estados Unidos el 21% o 15.3 millones de niños viven con solo su mama. Esto a incrementado desde los años 1968 en el cual el porcentaje era de solo 11%. En estas estadísticas, los Afroamericanos son lo que tienen el mayor número de hijos sin padres, seguidos por los Hispanos. (Number of Kids Living Only With Their Mothers Has Doubled in 50 Years (census.gov)
Otras publicaciones en esta serie:
Machismo, hombres y padres en la cultura hispana – Eig Blog (eigaldamez.com)
Machismo, Men and Fathers in Hispanic Culture – Eig Blog (eigaldamez.com)
Breaking the dysfunction of men in Hispanic culture – Eig Blog (eigaldamez.com)