Éfeso era una de las más importantes ciudades en Asia Menor (Turquía hoy día). Era la cuarta ciudad más grande en el imperio Romano con población entre 200,000-250,000 personas. El templo de Artemisa (Diana para los Romanos) era considerado uno de las siete maravillas del mundo. Era cuatro veces más grande que el Partenón en Atenas. Artemisa era considerada la diosa de la fertilidad y tenía mujeres envueltas en la prostitución en el templo.
Era un lugar donde se ejecutaban transacciones comerciales ya que estaba ubicada en lugar estratégico que proveía acceso debido al puerto marítimo.
Pablo estableció una iglesia en su tercer viaje misionero (52-57 d.C) y pasó allí tres años (Hechos 19-20) El impacto de la predicación de Pablo fue grande en Éfeso. Mirar Hechos 19:10
Esta carta no fue escrita para una iglesia en particular sino una que debía de ser circulada en todas las iglesias de Éfeso.
El propósito de esta carta es el de mostrar como la gracia (la palabra aparece 12 veces en esta carta) transformadora de Dios a través de Cristo (“en Cristo” o “en Él” aparece 15 veces) ha formado su Iglesia y le ha colmado de riquezas espirituales. La Iglesia tiene una identidad singular y única, y como tal vive y se expresa de una manera de acuerdo a la Verdad de Dios. Una de las maneras que se distingue es el amor (Pablo usa la palabra “ágape” en varias formas 19 veces más que otras cartas) que se demuestra en la unidad en la Iglesia la cual está compuesta por Judíos y Gentiles.
Está dividida en dos partes: capítulos 1-3 hablan de la identidad (doctrina) de la Iglesia, capítulos 4-6 hablan de la conducta (práctica) de la Iglesia. Alguien dijo que buena ortodoxia (buena doctrina) es la base para buena orto praxis (práctica). Cuando la doctrina buena es la base para una vida santa, agradable a Dios.
En este capítulo miramos lo que Dios nos ha dado como sus “santos y fieles en Cristo Jesús.”
Notemos que este término descriptivo no está en cuestión. Somos santos y fieles en Cristo Jesús. Ya hemos hablado antes de nuestra nueva identidad en Cristo basado en otros textos, pero podemos seguirlo viendo en otros pasajes como este.
La persona que cree en Cristo como su Señor y Salvador recibe la justicia de Cristo y es declarado justo. Su vida desde ese momento le pertenece a Dios y ese acto de separación, que se muestra también con acción, la Biblia lo llama “santidad,” o ser “santo.” Así es como Pablo describe a los creyentes (Efesios 1:1, 15, 18; 2:19; 3:8, 18; 4:12; 5:3; 6:18)
“No hay ninguna acción, ritual o sacrificio que pueda hacernos santos. La santidad no es algo que se obtiene, es algo que se recibe, y esto es por gracia. Esto es la gran paradoja de la santidad de Dios: por un lado Él no puede habitar con lo impuro, pero a su vez Él provee de limpieza a los pecadores para que podamos relacionarnos con Él. Dios nos santifica a través de dos acciones: nos rescata (aparta) y nos consagra (preserva) para Él.” – Javier Domínguez pastor de la Iglesia CIA El Salvador
Al igual el creyente que ha creído en Cristo es uno que es “fiel”porque ha puesto su fe en Él.
Pero hay por lo menos seis realidades o posesiones (bendiciones) espirituales que Dios ha dado a sus “santos y fieles” las cuales nos hacen ricos espiritualmente y nos ayudan a vivir la vida Cristiana.
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