Hay cinco aplicaciones a la espera de la transformación de nuestros cuerpos:
1. Nuestros cuerpos son débiles, pero nuestra victoria espiritual es alcanzable ahora a través de Cristo a pesar de nuestros cuerpos débiles.
“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
v. 57
¡Depende de Él en tus debilidades! Esto es lo que Pablo nos enseña en 2 Cor. 4:7; 12:9. Dios se manifiesta en nuestras debilidades. Es en Cristo que tenemos la victoria pero debemos depender de Él en todo momento.
2. Nuestros cuerpos y nuestra vida deben ser usados para ser permanecer fieles al Señor y llevar fruto abundante en el servicio (ser y hacer discípulos) para Él.
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” v. 58
¡Proponte ser firme, inmovible en tu fe (en el evangelio) y en el servicio del Señor abundando en fruto!
Pablo anima a los “hermanos” “amados” de él a estar firmes. La idea de “ser firme, inmovible” es de estar firme sin titubear aun en medio de las dificultades. La firmeza nuestra se ve en momentos de situaciones de crisis. Firmeza es no ceder a lo que creemos aunque estemos siendo apretados por las situaciones difíciles de nuestra vida.
Lo contrario de ser firme es ser una persona que es llevada por enseñanza errónea (como los Corintios), por sus deseos, por la cultura o por otras personas. Esto te llevará a la mediocridad espiritual.
Cualquier trabajo “del Señor” que hagamos aquí en la tierra en sus cuerpos terrenales será recompensado. Ap. 22:12 Pablo comenzó el capítulo diciendo que si retenían el evangelio no habían creído en vano. Ahora les recuerda que el “trabajo en el Señor no es en vano”
El trabajo del que Pablo habla es el trabajo en el evangelio. Tiene que ver con nuestro llamado de ser discípulos fieles que comparten con otros el evangelio. Y claro, envuelve el servicio hacia aquellos que no le conocen. Aunque sin duda incluye todo lo que hacemos para el Señor, Pablo está enfocado hacia afuera no hacia adentro.
¡No es en vano nada de lo que hagamos para el Señor con la motivación correcta!
Además Pablo dice que nuestra obra en el Señor debe ser abundante (“creciendo”). Así como la gracia de Dios abunda (Efesios 1:7-8) así debe abundar nuestro servicio para nuestro Señor. Esta abundancia proviene de nuestra dependencia en Él que nos impulsa a servirle.
3. Nuestros cuerpos pertenecen al Señor y estamos llamados a glorificarlo en todo lo que hacemos con ellos, 1 Cor. 6:19-20.
Aunque Pablo no lo dice en este capítulo, en el capítulo 6 les ha dicho a los Corintios que sus cuerpos le pertenecen al Señor. Es por esto que deben de vivir un vida moralmente pura. Sus cuerpos deben de ser santos porque es donde habita el Espíritu Santo.
¡Preséntalo diariamente como un acto de adoración!
Que sea un sacrificio vivo, santo y aceptable para Dios. Rom. 12:1
No solo debemos presentarlo como instrumento de justicia para ser usado por Dios (Rom. 6:12-14) sino que debemos vestirnos del Señor Jesucristo! (Rom. 13:14).
«Se nos exhorta a «vestirse de Cristo» (Rom. 13:14, Gál. 3:27), comprendiendo que llevar aquí su semejanza moral lleva consigo el uso de su semejanza corporal en adelante:»
– http://biblehub.com/commentaries/egt/1_corinthians/15.htm
Esto quiere decir que debemos lo que somos muestra a Cristo.
4. Nuestros cuerpos necesitan ser atendidos tanto física como moralmente. Somos administradores de ella, no dueños. 1 Cor. 6:9-14; Rom. 6:12 -14;19
Estas verdades que hemos visto nos hace ver que no somos dueños de nuestros cuerpos sino que somos administradores. No son “nuestros cuerpos”, son de Dios desde que el nos compró con la sangre de Cristo. No nos pertenecemos a nosotros mismos. Esto implica mucho pero se resume en que debemos cuidarlo de daños innecesarios. Es importante el cuidado físico que le damos con lo que ingerimos y con la actividad física (el ejercicio). Vivimos en tiempos que requiere esto. Leía hoy que el promedio de vida de los hombres a bajado en los Estados Unidos debido a la falta de cuidado del cuerpo. Para el creyente es indispensable el cuidado del cuerpo que Dios le ha dado para servirle.
¡Protégelo de lo que pueda dañarlo!
5. Los cuerpos de aquellos que no conocen a Jesús también serán resucitados en el juicio. Tendrán nuevos cuerpos adecuados para la separación eterna – 2 Tesalonicenses 1:7 -10; Apocalipsis 20:11-15
Hay que recordar que la resurrección de los no creyentes se llevará también acabo aunque en diferente tiempo. Esto quiere decir que si ellos no reciben a Cristo serán separados eternamente en sus cuerpos transformados. El llamado de Dios para ellos es que reciban a Cristo como su Salvador y Señor antes que sea muy tarde. El trabajo de comunicar este mensaje es nuestro como creyentes.
¡Dale tu vida hoy y no esperes el día del juicio!
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