La biblia es un libro que presenta a los hombres y mujeres de fe de una manera real, con sus virtudes y defectos, con sus éxitos y fracasos. Nos muestra a hombres y mujeres que pecaron en contra de Dios.
El salmo 51 de esta mañana presenta dos aspectos, uno negativo y otro positivo en cuanto al pecado. Presenta lo horrible que es el pecado delante de Dios, y porque debemos evitarlo. A la vez nos muestra que cuando pecamos y arrepentirnos Dios nos restaura (hace reset) la salud espiritual.
El contexto se encuentra en 2 Samuel 11; 12 Es un capítulo triste y decepcionante, especialmente en lo que Dios dice acerca de ello. Son palabras que ninguno de nosotros quiere escuchar.
David siendo rey se aprovecha de una mujer casada llamada Betsabé. Esta mujer queda en cinta y cuando es informado de esto, David arregla para que su esposo Urías, un hombre fiel soldado del rey, sea matado en guerra para el quedarse con ella como esposo. Las siguientes palabras describen el punto de vista de Dios en cuanto a esto:
“Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.” 2 Samuel 11:27
Esto es lo que pecado es delante de Dios.
Después de esto David no confiesa ni se arrepiente de su pecado sino que lo oculta por un año. Es hasta que Dios manda al profeta Natán a confrontarlo. Las palabras de Dios por medio del profeta David son penetrantes y tristes:
2 Samuel 12:9-12
9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.
10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.
11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol.
12 Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.
David pudo haberse justificado en ese momento. Pudo haber ignorado al profeta ya que el era e rey. Pero no lo hace. David dice:
“Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová.” v. 13
Tres palabras.
El profeta Natán le dice:
“Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.” vv. 13b-14
El profeta le dice que habrá consecuencias por su pecado. Siembre habrá consecuencias de cualquier pecado que cometamos. Dios nos perdona pero no las quita. Debemos aprender a no pecar.
David no dice mucho en 2 Samuel pero escribe un Salmo. Este salmo es uno de los siete que les llama “penitenciales” (Salmos 6, 32, 38, 51, 102, 130, 143) porque expresan confesión y arrepentimiento de pecados. La palabras de instrucción del salmo 51 dicen que es un salmo de David “cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.” La mayoría de nosotros no quisiera un canto con nuestro nombre y el pecado cometido. David, el autor de este salmo, el hombre como el corazón de Dios, era un hombre transparente y nos enseña de este trágico fracaso de él que le costó mucho.
Nos enseña qué debemos hacer cuando caemos en pecado (grandes o pequeños) y los resultados de la confesión y el arrepentimiento.
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