En los Estados Unidos celebramos hoy un día muy especial que llamamos Día de Acción de Gracias. Para mí es uno de los días festivos favoritos no por la comida sino porque nos invita a pausar y dar gracias a Dios para todos sus beneficios para nosotros. También nos ayuda a entender que debemos estar contentos con lo que tenemos. El contentamiento es algo que hemos perdido debido al consumismo que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial. El consumismo nos dice que necesitamos más aunque lo tengamos todo. Propaga la idea que mientras más tenemos, mas felices seremos.
¿Cuál es el origen de este día?
En 1620 llegaron a Plymouth Massachusetts unos Puritanos conocidos como Peregrinos originarios de Inglaterra que estaban de inmigrantes en Holanda. Ellos llegaron buscando vivir una vida pura y separada para Dios. Habían hecho un arduo viaje de 66 días en el barco El Mayflower. De los 102 pasajeros, solo 53 sobrevivieron el primer año debido a las condiciones severas del clima y la falta de sustento. Squanto, el único que quedó de la tribu Patuxet que había aprendido Inglés cuando había sido prisionero en Inglaterra, les enseño a plantar y sirvió como interprete e intermediario con la tribu de Wampanoag. Un año después celebraron su éxito en el cultivo haciendo una fiesta de Otoño. Esta celebración de tres días no fue llamada Día de Acción de Gracias sino hasta mucho después. Otros participantes de este evento fueron 90 indios de la tribu Wampanoag y su líder Massasoit. Squanto fue el traductor y guía durante esta festividad. Ese fue el comienzo de los Estados Unidos.
En 1789 el presidente George Washington presentó un acuerdo para hacer el Día de Acción de Gracias un día nacional para orar y dar gracias a Dios por su protección y provisión al nuevo país. En noviembre de ese año se llevó a cabo la primera celebración nacional.
Parte de la Declaración oficial Nacional del Día de Acción de Gracias del Presidente Abraham Lincoln en 1863 dice: “Ninguna mente humana ha diseñado ni ninguna mano mortal ha construido estas grandes cosas. Son los gentiles dones del Altísimo que, aunque se molesta con nosotros por nuestros pecados, a pesar de todo tiene muy presente la misericordia. He creído adecuado y apropiado que tales dones deberían ser reconocidos solemne, reverente y agradecidamente con un solo corazón y al unísono por todo el pueblo americano. Por tanto, invito a mis conciudadanos en cualquier lugar de Estados Unidos y también en tierras extranjeras, a señalar y guardar el último jueves de noviembre próximo como un día de acción de gracias y alabanza a nuestro Padre benefactor que mora en los cielos.”
¡Qué mejor día para agradecer a Dios para expresar nuestra gratitud!
El Salmo 103 es mi favorito en este día. Aquí está mi Salmo de Acción de Gracias favorito con algunos de mis pensamientos:
Salmo 103
Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendecir, hablar bien de Dios y de su Bondad viene de nuestra alma, de nuestro ser interior no sólo de nuestros labios y de “todo lo que hay dentro” de nosotros. Nos decimos a nosotros mismos que hagamos esto. Bendecimos su nombre, su carácter, porque Él es santo, perfecto en todos los aspectos. No merece menos. Lo bendecimos con todo lo que hay dentro de nosotros por toda su bondad hacia nosotros. Es interesante que la palabra “beneficios” en el versículo 2 anterior, en hebreo, es la misma usada(“gamal”)en el versículo 10 donde dice: “Él no trata con nosotros según nuestros pecados, ni nos paga de acuerdo con nuestras iniquidades”. Esto fue intencional.
El escritor de este Salmo quiso dejar en claro que disfrutamos de los beneficios de Dios porque Él no trata con nosotros de acuerdo con lo que merecemos.
2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Bendecimos al Señor y nos recordamos todos los beneficios que Él nos ha dado. Necesitamos que se nos recuerde esto porque a menudo nos enfocamos en las cosas que queremos, no obtenemos o no nos gustan. Recuerda todos sus beneficios hoy.
3 El es quien perdona todas tus iniquidades;
Perdón. Dios nos ha perdonado a través de Cristo. No es porque nos lo merezcamos. Cada pecado que hacemos es una ofensa directa a Él, sin embargo, Él nos ha perdonado cuando ponemos nuestra fe en Cristo como nuestro Señor y salvador. Él nos perdona diariamente. Sí, debemos confesar nuestros pecados para que seamos continuamente limpiados de nuestros pecados (1 Juan 1:9). Si mantuviéramos un registro de todos nuestros pecados, nos daríamos cuenta de cuánto nos perdona.
El que sana todas tus dolencias;
¿Quién no ha estado enfermo? Ciertamente, en nuestros tiempos, podemos decir que hemos experimentado muchas más enfermedades este año. Podemos atribuir la curación a los medicamentos o a los médicos, pero realmente socava al verdadero sanador de todas nuestras enfermedades. Esto no se limita a nuestras enfermedades físicas, sino también a las del corazón.
4 El que rescata del hoyo tu vida,
¿Con qué frecuencia tomamos las cosas en nuestras propias manos y las estropeamos? Dios nos impide destruir nuestras vidas. Él nos rescata. Se me ocurre varios casos en los que este año he sido rescatado mientras conducía. Hay muchos otros casos en los que ni siquiera soy consciente de Su protección.
El que te corona de favores y misericordias;
No sólo nos rescata, sino que nos da generosamente su amor comprometido (jesed). Su amor es para siempre. Y sus misericordias. Su compasión, su amor emocional que lo mueve a actuar en nuestro favor.
5 El que sacia de bien tu boca
Además de todo, Él nos da otras cosas buenas en general. ¿Puedes mencionar algunas? Familia, iglesia, comida, vivienda, y todas nuestras posesiones materiales. Este año Dios nos ha dado tanto. Él ha provisto más allá de nuestras necesidades. Y no solo nuestras necesidades físicas, sino también nuestras necesidades emocionales y espirituales. Estamos satisfechos, bastante bien. Hemos compartido algunas de esas cosas buenas con otros, pero aún podemos hacerlo mejor.
6 De modo que te rejuvenezcas como el águila.
El propósito de Dios al darnos todas estas cosas buenas es para que podamos renovarnos, sintamos una sensación de vitalidad, de estar vivos. Nos da una sensación de bienestar. Pero no olvidemos de dónde viene todo esto. ¡Demos gracias a Él y sirvámosle!