El noveno mandato nos manda a no hablar falso testimonio contra nuestro prójimo. Es algo muy básico pero comúnmente violado. Vivimos en un mundo donde es muy difícil determinar cuál es la verdad. A pesar de tener tantos medios de comunicación, es más difícil determinar cuál es la verdad por varias razones. Una es que vivimos en un mundo que la verdad es subjetiva. Los hechos no son tan importantes como lo deben de ser. Es por esto que el “falso testimonio” es difícil de probar porque la verdad es subjetiva. Quiere decir, que lo que yo pienso es la verdad sin importar los hechos. Lo más importante es lo que “yo quiero” más que la verdad misma.
Sin embargo, la verdad empírica (que se puede probar) existe y Dios nos la ha revelado en su Palabra. Lo que Él declara la verdad es lo que debemos creer y hacer. ¿Porqué decimos falso testimonio? ¿Qué es lo que nos motiva a la falsedad? ¿Cuáles son las consecuencias de la falsedad y cómo podemos evitar hablar falsamente de otros? Esto es lo que este mandamiento nos enseña.