Vivimos en tiempos dónde “mi vida” es más importante que la de cualquier otro. Los comerciales de la T.V., de la radio, de los periódicos, revistas y otros medios de comunicación nos han ayudado a lograr un grado más profundo de amor propio llamado narcisismo. La cultura Americana individualista y materialista nos ha afectado a nosotros también y vemos muchos síntomas entre los cristianos del narcisismo, individualismo, y materialismo. ¿Cuáles son algunas opciones para vivir nuestra vida? Hay algunas muy populares hoy día:
1. La felicidad personal (sicóloga)
2. El placer (físico)
3. La religión (espiritual)
4. El materialismo (material)
5. La caridad/buenas obras (social)
Como cristianos estas opciones no son dignas para vivir y dedicar toda nuestra vida. ¿Cuál es la alternativa? Vivir para Cristo y dar nuestra vida por el. Esto es lo dijo Pablo en Filipenses 1:21, “Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.” El vivir para Cristo implica dar nuestra vida como El la dio a favor de nosotros. Marcos 10:45 dice: “Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate de muchos.”
Un ejemplo admirable de lo que es vivir la vida para Cristo es el Apóstol San Pablo. Hechos 20:24 resume su sentir en cuanto a su vida: “Sin embargo, no estimo que mi vida sea de ningún valor ni preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.” Aunque sabía que le esperaba persecución y quizá aun la muerte, San Pablo afirmaba que no consideraba su vida tan preciosa para sí mismo, con tal que acabara la carrera y el ministerio que había recibido del Señor. ¡Qué diferente idea a la de muchos de nosotros hoy día!
Se dice que en el barco Titanic cuando se hundió muchos hombres tuvieron temor a la muerte y decidieron ponerse ropa de mujer para que los dejaran entrar en los barcos salvavidas. Otros como John Harper, Pastor Cristiano enfrentó la muerte con valor y hasta el último momento de su vida compartió el evangelio de Cristo. Siguió el ejemplo de San Pablo.
Muchos tenemos miedo de darle nuestra vida a Cristo. Sin embargo, la Palabra de Dios es clara: “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.” (Marcos 8:35) Sin duda San Pablo y John Harper salvaron sus vidas al darla a favor de Cristo. ¿Qué de nosotros?
¿A qué darás tu vida tu?
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