“Atrapadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas, pues nuestras viñas están en flor.” Cantar de los Cantares 2:15
Los fantasmas son ilusiones. Lo que creemos o queremos que sea nuestro cónyuge. A esto muchas veces le llamamos el “ideal” que deseamos (aunque ya es muy tarde). Pedimos a Dios que lo convierta en esa persona ideal. Esperamos que en cualquier momento sucederá.
Son éstas “zorras pequeñas” que causan más problemas en nuestro matrimonio.
Una mujer describe su fantasma así:
– Se levanta temprano, tiene su devociones con su Biblia abierta, tiene su
tiempo de oración, sale a correr por siete millas.
– Después del desayuno con su familia tiene su devociones familiar por 15
min.
– Nunca se olvida de darle un abrazo, o un beso de despedida, el siempre
llega temprano a su trabajo.
– Es muy paciente con sus hijos y siempre está allí para ayudarles en todo.
– Siempre llega a tiempo a casa y tiene tiempo para jugar con sus hijos y
hablar con su esposa.
– Esta muy bien informado del mundo, los eventos políticos, religiosos y
sociales.
– Nunca se desanima. Persevera en todas las circunstancias.
– Es un diccionario en las palabras románticas y lleva a su esposa a cenar
una vez por semana.
– Entiende lo que su esposa quiere decir sin que ella tenga que hablar.
– Puede citar cualquier cita del Antiguo o Nuevo Testamento.
– Es el líder
– Merece estar en el cielo y no aquí.
Un hombre describe su fantasma así:
– Es la ama de casa.
– Es amorosa, paciente y bondadosa y nunca se niega a nada.
– Su casa está siempre bien ordenada y sus hijos la obedecen a la primera
vez que les habla.
– Tiene multi-personalidades: seria pero divertida, sumisa pero no pasiva,
energética pero nunca se cansa.
– Siempre está muy atractiva y bien vestida.
– Tiene un figura perfecta.
– Nunca se enferma, se desanima o se siente sola.
– Lee su Biblia, ora y comparte su fe todo el tiempo.
– Sabe dónde está todo lo que se pierde en la casa.
– Siempre recibe bien a su esposo cuando llega tarde a casa.
– No se queja de lo que tiene sino que siempre da gracias porque su familia
es la ideal.
Estos son ideales irreales. Fantasmas.
¿Cómo matarlos?
1. Reconoce que no hay una persona “ideal” o “perfecta” que te pueda hacer 100% feliz o que supla todas tus necesidades, sólo Dios.
– Salmo 62:5 Oh alma mía, reposa sólo en Dios, porque de él es mi
esperanza.
– Salmo 73:25 ¿A quién tengo yo en los cielos? Aparte de ti nada deseo en la tierra.
2. Acepta a tu cónyuge como la persona que Dios te dio y deja de tratar de hacerla(o) a tu imagen.
-Salmo 127:1-2: Si Jehovah no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican. Si Jehovah no guarda la ciudad, en vano vigila el guardia.
En vano os levantáis de madrugada y os vais tarde a reposar, comiendo el pan con dolor; porque a su amado dará Dios el sueño.
3. Deja que Dios haga en el/ella la persona que El quiere para ti.
4. Ora por el/ella cada día. ¡Muy importante! Debemos orar que Dios haga en ellos SU voluntad y no la nuestra.
– Filipenses 4:6. Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
5. Confía en Dios.
– Salmo 130:5 Yo espero en Jehovah; mi alma espera. En su palabra he puesto mi esperanza.
– Isaías 41:10: No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia.’
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