Han pasado un par de años desde que Pablo y Bernabé viajaron en su primer viaje misionero. Ahora se embarcarán en su segundo que cubre Hechos 15:40-18:22 del año 49–51 d.C.
En este pasaje miramos como Dios soberanamente guía a Pablo en el comienzo de su segundo viaje misionero hasta llegar a Filipo. En esa ciudad Pablo predica y Dios soberanamente transforma a una mujer llamada Lidia.
Este es el tema de esta mañana. La soberanía de Dios. La soberanía de Dios sobre nuestros planes que envuelven la misión de Dios-compartir el evangelio a otros y sobre la salvación-como Dios toca los corazones de aquellos que todavía no le conocen.
¿Qué significa soberanía? La soberanía de Dios quiere decir que nada pasa en nuestra vida, bueno o malo, sin la directa intervención de Dios. Quiere decir que Dios tiene todo el control y la autoridad de toda nuestra vida. Nada de lo que pasa o no pasa en tu vida sucede sin la aprobación de Dios. Puede que no la veamos claramente o no la entendamos, pero esto es lo que la Escritura dice. Colosenses 1:16
¿Por qué es importante entender y aceptar que Dios es soberano?
Porque Dios posee todo el poder (omnipotente) para hacer su voluntad en mi vida, todo el conocimiento (omnisciente) para saber lo que es mejor y lo que traerá gloria a Él, y él tiene el supremo interés en mí. ¿Porqué? porque me ama y esto lo demostró dando a su Hijo Jesucristo para pagar la deuda de mi pecado a través de su muerte, sepultura y resurrección. Me ama supremamente y desea sólo lo mejor para mí, y lo mejor es SU voluntad no la mía.