“Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.” El Salmo 23:4
Como hemos hablado antes, las ovejas se pueden desviar fácilmente del camino, especialmente si no se apegan al pastor. Cuando se pierden experimentan el temor que viene por la realidad de que están solas. Es por esto por lo que ellas necesitan ser guiadas.
Igualmente nosotros. Isaías es muy claro cuando dice que todos nos descarriamos como ovejas (Isaías 53:6). Nuestra naturaleza es seguir nuestro camino. ¿Cómo sucede este desvío? Sucede cuando nosotros no dejamos que el Señor nos guíe y seguimos “nuestro camino correcto”. Proverbios nos advierte, “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.” (Proverbios 14:12). Seguir el camino que nos parece bueno para nosotros sin consultar con nuestro Pastor es un error que puede llevarnos aun hasta la muerte. A menudo tengo que hablar con creyentes (y no creyentes) sobre decisiones malas que han tomado. Las consecuencias son evidentes.
El Señor promete guiarnos. En el Salmo 32:8-9 nos dice, “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti.” Él quiere enseñarnos y hacernos entender su camino pero muchas veces nosotros somos renuentes y aun rebeldes cuando Él nos habla.
No solo nos promete guiarnos, sino que promete guiarnos por sus caminos rectos o buenos. Él es quien define lo que es bueno o malo no nosotros. Su camino no solo es recto o bueno, sino que también es el camino de la sabiduría. Proverbios nos dice, “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia;” (Pro. 3:13). El camino de la sabiduría nos trae la dicha o la felicidad. Además, dice Proverbios que los caminos de la sabiduría, “son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz.” (Prov. 3:17). Seguir el camino del Señor (de la sabiduría) es algo agradable que produce paz. En mi experiencia he podido ver esto. Las personas que siguen al Señor y le obedecen viven vidas buenas y en paz. Por otro lado, los que siguen sus propios caminos viven vidas confusas y caóticas.
La guía del Señor es consistente con su carácter. Él nunca nos guiará por el camino equivocado porque su reputación está en juego. “Nombre” en la Biblia tiene que ver con el carácter. En este caso, Dios siempre nos guiará de acuerdo con su carácter. En esencia su carácter es perfecto y santo y por esto nunca nos guiará por el camino equivocado. Además, pedir a Dios algo que no es de acuerdo con su carácter es erróneo. Él no nos dará algo malo o dañino.
La pregunta práctica es ¿Cómo nos guía Dios? Nos guía primordialmente con su Palabra o Verdad, la Biblia. 2 Timoteo 3:16-17 nos dice, “Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, 17 para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien.” La Biblia es el libro que nos guía, nos enseña, corrige, reprende y educa en el camino de rectitud. Y esto requiere que nosotros lo conozcamos muy bien. A menudo los cristianos cuando están en una situación difícil piden a Dios por una señal como guía. Esto es erróneo. Nuestra guía es la Palabra de Dios. Dios no habla fuera de este libro. Cuando actúanos debemos hacerlo de acuerdo con su Verdad. La Biblia no nos dice lo que debemos hacer cada uno de nosotros específicamente en nuestra vida particular, sino que nos da pautas, verdades generales, principios (algunos muy específicos) y mientras nuestras decisiones sean consistentes con estos estamos siguiendo su voluntad. La biblia llama esto el camino de la sabiduría.
Pedirle a Dios que te muestre si debes estar en una relación con un no creyente es equivocado porque la respuesta es clara en la Biblia. Rogarle a Dios que te muestre si debes perdonar a alguien no es necesario. Ya te ha dado la respuesta. Pedirle a Dios que te ayude a sacar un carro nuevo, aunque no tienes como pagarlo es equivocado porque aunque la Biblia no nos dice nada sobre el tema, podemos deducir basado en sus principios que esto no es algo sabio. La biblia no es un manual para criar a nuestros hijos, pero nos da verdades generales que implica que debemos educarlos con buenos modales, enseñarles el camino de la salvación en Cristo y en el carácter cristiano.
Como creyentes nuestra oración debe ser, “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame.” (Salmo 25:4-5)
El Salmo 25:8 dice, “Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.” Para aquellos que no siguen al pastor, el Señor te invita a seguirle. Él quiere mostrarte su camino. El Señor Jesús dijo que Él es el camino, la verdad y la vida (eterna). Si vienes a Él te hará parte de su redil y te guiará.