La biblia enseña la doctrina que llamamos “el sacerdocio de todos los creyentes”. Lo que esto enseña es que cada creyente es un “sacerdote” delante de Dios (1 Pedro 2:5, 2:9; Apocalipsis 1:5-6; 5:9-10 y 20:6). Cada creyente tiene el mismo acceso a Dios a través de nuestro Señor Jesucristo. Como sacerdotes somos llamados a ser santos, a adorar a Dios, interpretar las Escrituras, a interceder por otros, y a compartir con otros el evangelio. Cada uno es valioso en el servicio a Dios y debe tener parte activa en este servicio. La iglesia del Señor no fue diseñada para tener un sacerdocio jerárquico donde los “laicos” tienen un rol inferior. La función de la iglesia no depende del pastor o sus líderes sino de los miembros ya que todos somos sacerdotes ante Dios.
Sin embargo esto no elimina el hecho que la iglesia tenga líderes. El patrón de Pablo al establecer iglesias era de tener ancianos cuyo rol era el de pastorear, enseñar, dirigir, proteger y capacitar a la iglesia para llevar a cabo la misión de ser y hacer discípulos. Además había servidores o diáconos que asistían en el servicio tangible. En Efesios 4:11-12 nos dice los líderes que Dios ha dado a su iglesia para equiparla y llevar a cabo la misión de Dios.
Estas “posiciones”(los llama dones a la iglesia en Efesios 4:11-12) no eran para hacer todo o ser la élite. El propósito era de capacitar a toda la iglesia para llevar a cabo el servicio o ministerio del Señor al cual todos hemos sido llamados.
“Una comprensión correcta del sacerdocio de los creyentes traza un camino medio entre el individualismo que conduce a la arrogancia y el autoritarismo de la comunidad que conduce al trato del individuo como un títere.” William Shurden, La Doctrina del Sacerdocio de los Creyentes, p. 139
Todos los miembros tenemos el rol activo en el servicio unos a otros, en el servicio a nuestra comunidad, en llevar el mensaje de Cristo a las personas que no le conocen, y en edificarnos unos a otros a través del discipulado como creyentes que velamos hasta la venida de Cristo. Parte de cómo debemos vivir en nuestra comunidad de fe, lo especifica Pablo en 1 Tesalonicenses 5:12-15 que miraremos en las siguientes entradas de este blog.
Por ahora reflexionemos en nuestro rol como sacerdotes haciéndonos estas preguntas: Sabiendo que tienes acceso a Dios directamente, ¿Estás dedicando tiempo con el Señor para crecer en tu conocimiento de Él? Como sacerdote del Señor tienes el privilegio de leer e interpretar las Escrituras. ¿Está dedicando tiempo a diario para estudiarlas y aplicarlas a tu vida? ¿Cómo estás desempeñando tu rol de sacerdote del Señor en tu iglesia y comunidad?