Dios es el que inicia todo, tanto en el pasado como el futuro. Dios fue el que inicio la creación como acto supremo. Génesis 1:1 dice, “En el principio creo Dios los cielos y la tierra…”
La creación del hombre y la mujer fueron iniciados por Dios. Hemos estado hablando de los pactos en las últimas semanas.
Hemos aprendido que todos los pactos fueron iniciados por Dios. Todos estos pactos están entre lazados con el hilo del evangelio, las buenas nuevas. Las buenas nuevas consisten en que el Hijo de Dios vendría, viviría como hombre, moriría, sería sepultado y resucitaría al tercer día y que a través de su sacrificio salvaría a su pueblo de sus pecados (Mateo 1:21). El Señor mismo dijo acerca de esto,
“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.” (Lucas 24:27) Y les dijo a sus seguidores, “y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.” (Lucas 24:46-47)
Este buen mensaje es el que Dios nos comparte y quiere que compartamos. Todo esto fue iniciado por Dios desde el principio.
Dios es el que inicia el acto de salvar en cada persona que le conoce o le conocerá a Él. Es un acto de gracia. Si tu crees en Cristo es porque Él inició este acto en ti. Este fue también el caso del pueblo de Dios Israel. Israel es el pueblo escogido y redimido por Dios. Como tal debe responder a lo que Dios ha hecho. Estos dos aspectos importantes son la base de la relación de pacto con Dios y no tienen nada que ver con lo que Israel podía o puede ser. Estas verdades son paralelas a lo que la Biblia enseña sobre los que hemos creído en Cristo y que somos el pueblo de Dios, su iglesia. Pero estas verdades se unifican cuando llegamos al Advenimiento ya que nuestro Señor Jesucristo unifica todos y concluye todos los pactos de Dios. La consumación completa de sus pactos llegará con su segundo Advenimiento.