El rapto de la iglesia da inicio al día del Señor. En I Tesalonicenses 5:1-11 Pablo se enfoca en lo que sucederá el día del Señor que trata sobre el juicio. Esto sucede durante el periodo que la Escritura llama la “Gran Tribulación” sobre esta Tierra (Apoc. 6-18) y culmina con la Venida del Señor en Gloria (Apoc.19:11–21). Nuestro Señor enseño sobre estos eventos en Mateo 24-25. Los eventos los describe como los “dolores de parto” que vendrán sobre esta Tierra antes del día del Señor. Hay tres características que distinguen este día (de acuerdo a William Barclay citado por D. Edmond Hiebert en 1&2 Thessalonians y modificados):
1. Será de repente y sin anticipación
2. Envolverá un tiempo de turbulencia cósmica en el cuál la Tierra será movido hasta sus cimientos
3. Será un día de juicio para los no creyentes
Para nosotros los creyentes, aunque el aspecto del día del Señor no aplica a nosotros, saber que el Señor viene por nosotros su iglesia debe igualmente llevarnos a velar. En los primeros tres versículos Pablo enseña que el día del Señor es incierto en cuanto al tiempo (vv. 1-2) y el no estar listos trae consecuencias especialmente en aquellos que no conocen a Cristo (v. 3).
Primero, les recuerda que aa venida de Cristo es incierta ya que ellos ya tienen la información v. 1
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.”
Pablo extiende el tema de la Venida del Señor cubriendo otro aspecto. “Pero” es mejor traducirlo, “ahora”. En cuanto a “los tiempos y de las ocasiones” de la venida del Señor Pablo les dice que no hay necesidad que les escriba. En otras palabras, ellos ya habían sido instruidos en cuanto al “chronos” el tiempo de la venida del Señor y de las “fechas”.
En Hechos 1:7 el Señor les dijo a sus discípulos, “Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”. El Señor Jesucristo viene, pero los nadie sabe el tiempo o la fecha. Es por esto que todos los que han “profetizado” su venida poniendo fecha se han equivocado.
La venida del Señor es incierta en cuanto a al tiempo o las fechas. Pablo ahora amplía más recordándoles que ellos saben la forma de su venida.
“Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche” v. 2
Pablo les dice que ellos saben perfectamente que “el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”.
El día del Señor es una referencia a la profecía bíblica en referencia a Jehová Dios (Yahweh) en varios textos del Antiguo Testamento (Isaías 13:9-11; Joel 2:28-32; Sofonías 1:14-15; 3:14-15; Amós 5:18). Este día es el día de venganza y juicio de Dios sobre los que le han rechazado. En el Nuevo Testamento encontramos que “el día del Señor” es referencia a nuestro Señor Jesucristo que vendrá a juzgar al mundo. (Fil. 1:10; 2:16; 2 Cor. 1:14; 1:8). Los eventos que encontramos en Mateo 24-25 y Apocalipsis 5 en adelante describen con más detalles lo que sucederá tanto antes de su venida como lo que sucederá después.
El aspecto que Pablo enfatiza es que el día del Señor vendrá de repente sin anuncio previo cuando no se espera. Eso es la idea del ladrón en la noche. No es necesario enfatizar más la analogía.
La venida del Señor (el día del Señor) será incierta en cuanto a tiempo y fechas y no estar listos trae consecuencias. Durante este tiempo habrá paz y seguridad falsa.
“que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina” v. 3a
Pablo dice “que cuando digan” haciendo referencia a los que están en la tierra (el v. 4 nos hace la distinción entre ellos y “nosotros”) y no esperan el día del Señor. Al contrario, han creado una paz y seguridad falsa. Es posible que es un tiempo de “paz y seguridad” mundial donde todo va bien. La economía está en las mejores condiciones y la paz mundial es evidente. Las personas se sienten seguras siguiendo a un líder mundial (la bestia en Apoc. 13). En sus mentes no está la idea de que el Señor viene.
Parte de estas consecuencias será el juicio repentino.
“entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina”
Nuestro Señor dijo que el día del Señor será como los días de Noé en los cuales las personas estaban comiendo y bebiendo sin ninguna preocupación que el juicio vino y los destruyó (Mateo 24:27-39).
Dijo también que sería como en Sodoma que hacían lo mismo hasta que el juicio de Dios vino sobre ellos y “llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos”. (Lucas 17:28-30).
La destrucción, la ruina, el juicio sobre ellos que no han creído en el Señor ni obedecen el evangelio (no los creyentes) será repentino. Esta destrucción no es aniquilación sino juicio eterno. 2 Tesalonicenes 1:8-10 lo dice así:
“en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).”
El juicio no solo es repentino sino que también no hay escape.
“como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” v. 3b
Pablo usa la ilustración de una mujer encinta. Una mujer encinta no puede decidir cuándo nacerá su hijo o hija. Es inevitable que su hijo/hija nacerá. El juicio que vendrá sobre los que no creen en Cristo será inevitable, no habrá escape.
Esperaríamos que las personas se arrepintieran en estos momentos pero no será así. Apocalipsis 16 nos dice que lo contrario sucede, ellos blasfeman o maldicen a Dios antes que arrepentirse.
“y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.” v. 9
“y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.” v. 11
Las personas querrán morir antes que recibir el juicio de Dios. Apocalipsis 6:16:
“y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero”
La mejor manera de estar preparado para esto es creer en Cristo como tu Señor y Salvador. El es el único que nos puede librar del juicio que vendrá para los que no creen en Él. La razón es porque el llevó en su cuerpo el castigo nuestro de nuestros pecados. El pagó por nosotros. Para estar listo debe rendir tu vida a Él.