El amor de Dios es un amor que sacrifica lo más preciado
A. Es un Amor Altruista, Enfocado en Otros – Juan 3:16
El amor de Dios no es amor que está enfocado en sus deseos. No es un amor que busca recibir para sentirse bien y hacer crecer su ego personal. No es un amor absorbido en sí mismo.
El amor de Dios es uno que se da completamente a favor de la otra persona sacrificando lo más preciado. Juan 3:16 nos dice que Dios amó al mundo que dio a su hijo unigénito. Romanos 8:32 dice que Dios no escatimó a su propio hijo. Dios no tuvo ninguna reservación al dar a su Hijo que ha amado eternamente. ¡Esto es gran amor!
Este es el niño que nació en el pesebre. Su más preciado hijo fue dado porque nos amó. Este es un amor altruista, enfocado en otros.No es un amor calculado y condicional como el que nosotros practicamos.Decimos “si tú me amas, yo te amaré,” “si tú haces esto por mí, yo haré esto por ti”.
No es un amor que solo da lo que sobra, pero guarda lo mejor para sí mismo.
El amor de Dios no escatima lo más preciado para sí mismo porque sabe que algo glorioso resulta de este sacrificio.
B. Es un Amor Que Hace lo Doloroso, Aunque el Costo es muy Alto
Dios no mandó a su hijo a humanarse para solo mostrarnos en carne propia, con su vida ejemplar en comunión con Dios, lo que es el amor de Dios. El amor de Dios es amor doloroso que le costó mucho.
Piensa que humanamente es algo que nosotros no queremos hacer. ¿Darías tu hijo o tu hija por criminales?
Las excusas nuestras cuando Dios nos pide que le obedezcamos mostrándole nuestro amor:
“Señor yo no puedo ir de misionero a ese país, allá no tienen internet. No tiene buena infraestructura, no son limpios como en América. Soy muy viejo y no puedo aprender otro idioma.”
“Señor tu sabes que yo no hablo muy bien, no puedo hablarles a otros de tu amor…no puede discipular”
“Señor tu sabes que yo no soy muy sociable…y no me gusta la gente”
“Señor, tu sabes que he intentado relacionarme con la gente de la gente, pero siempre me ven mal. No me quieren.”
“Señor, quiero seguirte, pero no puedo dejar este vicio.”
“Señor, tu sabes que estoy muy ocupado. Tu entiendes ya que estás muy ocupado con el mundo. Trabajo mucho, no tengo mucho tiempo. Orar más no es posible. Leer la biblia me da sueño. Leer otro libro, eso es imposible. ¿Estar más del domingo con la iglesia? Señor, debes estar bromeando.”
Pero Dios dio lo más preciado por nosotros y nosotros hemos recibido la salvación a través de Él, pero no le amamos por lo bueno que ha sido, es y sigue siendo.
El niño del que hablamos en la Navidad no vino para vivir, sino para morir.
Es un amor doloroso porque no solo da su vida, sino que da lugar para que las personas rechacen su amor. A pesar de lo que vemos en la Escritura que nuestro Señor hizo para salvar al pecador, muchos lo rechazan y lo rechazaran.
Pero el amor de Dios también envuelve el castigo de Dios. Dios no castigará al pecador por su falta de amor, ni porque Él es no es amor sino porque su amor no puede permitir que la injusticia reine para siempre. Esto traicionaría el carácter de Dios convirtiéndolo en un ser moral inclinado a solo un aspecto, una clase de amor que carece de la justicia divina contrario a lo que enseña la Escritura.
En Juan 5:19-29 habla del amor que el Padre tiene para con el Hijo. No solo porque el Padre le ama es que le ha dado el poder de dar vida, sino también el poder de juzgar. Los versículos 27 a 29 (John 5:27-29) dicen:
“y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.”
“Pero las “pasiones” de Dios, como todo lo demás en Dios, se muestran junto con la plenitud de todas sus otras perfecciones. En ese marco, el amor de Dios no es tanto una función de su voluntad, sino más bien como algo que se muestra en perfecta armonía con su voluntad, y con su santidad, sus propósitos en la redención, sus planes infinitamente sabios, y demás.”
“Dios en sus perfecciones debe tener ira contra sus portadores de imágenes rebeldes, porque ellos lo han ofendido; Dios en sus perfecciones debe amar a sus portadores de imágenes rebeldes, porque él es ese tipo de Dios”
La Doctrina Difícil del Amor de Dios, D. A. Carson
Es por esto también que aun como creyente puedes ser desobediente en tu amor para con Dios. Dios no te deja de amar, pero ciertamente te disciplinará como el padre al hijo al que ama. Lo hará hasta que vuelvas a su amor. Hebreos 12:6-10 (Hebrews 12:6-10)
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