Históricamente los cristianos han sido los más perseguidos a nivel gubernamental por su fe. En nuestros tiempos hoy sigue de igual manera, en todos los países excepto las Américas. Es difícil para nosotros relacionarnos con este concepto de opresión porque no lo hemos experimentado.
Además la razón por la cual no hemos experimentado esta opresión es porque no estamos viviendo de una manera que reta a nuestra cultura con el evangelio. El evangelio demanda un cambio de vida, una transformación y una entrega a Cristo como Salvador. Pero esto debe ser primero una realidad en nosotros.
Desafortunadamente, vivimos en un tiempo de cristianismo cómodo. No somos oprimidos o perseguidos porque no vivimos piadosamente. Cuando comenzamos a vivir el cristianismo bíblico vamos a alterar a las personas y al sistema en el que vivimos porque no permaneceremos callados. Compartiremos el llamado y las demandas de nuestro Dios santo que quiere que todos vengan al arrepentimiento.
Comienza a vivir piadosamente y experimentarás opresión, momentos difíciles. Quizás no será a un nivel grave pero esto también es opresión. Esta opresión no siempre viene del que no es cristiano, viene de aquel que es cristiano. El cristiano que vive una vida piadosa de acuerdo a la Palabra de Dios va a ser perseguido por aquel que vive un cristianismo cómodo. Esto lo encontramos en el salmo que estamos estudiando.
Esta es la vigésima sexta sección del salmo 119 llamada “ayin” (significa ojo) que corresponde a una apóstrofe (‘) ya que no tiene sonido en si. A esta letra se le añade una vocal.
Esta sección nos enseña como sobrevivir los tiempos difíciles de nuestra vida. Podemos ver la intensidad de la opresión que experimenta el salmista a través de sus expresiones a Dios. Con un tono de emergencia, insiste, pide enfáticamente a Dios que haga algo pero sin olvidarse, entreteje de su deber a como debe vivir.
Hay dos puntos que recalca, cuando los opresores nos persiguen y cuando rechazan la verdad. Estos van juntos. La base del porque los opresores persiguen al salmista es su fidelidad a Dios. La Biblia es clara que todos los que quieran vivir piadosamente sufrirán persecución. Además nos muestra lo que debemos hacer ante estas dos acciones de los opresores.
¡Qué increíble ejemplo para nosotros!
1. Cuando los Opresores Me Persiguen vv. 121-125
Los opresores, aquellos que me presionan, me calumnian, me causan daño son a los que se refiere el salmista. Ya ha expresado sus oraciones ha Dios acerca de ellos en la sección caf. (vv. 81-88 – Salmos 119:81-88)
Cuando los opresores me persiguen:
A. Yo Actúo Rectamente Aun Cuando el Mal Parece Prevalecer vv. 121-122
“Juicio y justicia he hecho;
No me abandones a mis opresores.”
El salmista dice que ha actuado de acuerdo a verdad revelada de Dios aun cuando se siente que el mal lo ha consignado, lo ha puesto abajo.
Actuar justo y con justicia no es algo natural ni producido por nosotros. Nacemos personas pecadoras inclinadas al mal. Romanos 3:10 dice que no hay justo ni aun uno. Es a través de la fe en Cristo Jesús que Dios nos da, nos viste, atribuye o aplica su justicia. Rom. 3:21-22; 2 Cor. 5:21 Es un acto forense que tiene repercusiones prácticas. Quiere decir que es un acto que Dios ejecuta judicialmente debido al pago de Cristo en la cruz. Nos declara justos y libres de culpa por nuestros pecados. Rom. 4:4-7
Después de esto esta justicia produce una vida justa con obras justas. Esto lo llamamos santificación. Rom. 6:12 Es de esto que habla el salmista. Puedo actuar justamente basado en la verdad de Dios aun cuando el mal parece que prevalece contra mi.
Esos sentimientos son válidos pero no son la verdad. Pide que Dios no lo deje en ese estado de ánimo.
No pasa semana que lucho con esos sentimientos que me dicen, “estás derrotado”, “no puedes hacer eso”, “eres débil”, “la vida no tiene sentido”. Es común en todos estas clases de pensamientos pero debemos de perseverar en actuar de acuerdo a la Verdad de Dios.
¿Cómo lo hace el salmista? Haciendo decisiones basadas en ella.
Hemos estado leyendo el libro “En sus Pasos” con los grupos misionales y en discípulado. Algo que estamos aprendiendo de el, es que debemos hacer decisiones de acuerdo a la Palabra de Dios. Es la Palabra de Dios nuestra guía en todas las decisiones. Muchas veces no vamos a encontrar las respuestas a todas nuestras preguntas pero si tenemos un entendimiento completo o pleno de la Palabra de Dios podremos hacer decisiones sabias.
Tomar la Escritura como “Google” no es lo que el salmista nos ha enseñado en este salmo. No buscamos respuesta de versículos aislados. Decidimos estudiar toda la Palabra de Dios para que nos de la como visión bíblica. Sino lo hacemos no esperemos hacer lo sabio. Es por eso que muchos buscan a otros para pedir consejo, porque están perdidos en este mundo de tantas alternativas.
Los principios de la Palabra de Dios son la mejor base no solo para nuestra vida pero para todos pero no se pueden vivir a menos que tu vida le pertenezca a Cristo. El te dará el poder para vivir su verdad, especialmente en esos momentos cuando pienses que el mal prevalece.
Es muy fácil creer que el mal está prevaleciendo. Pero cuando miramos la Palabra de Dios, miramos que el plan de Dios se está cumpliendo y que Él es soberano. Su historia se está llevando a cabo.
Cuando te oprimen otros, o el sistema de este mundo debes seguir actuando rectamente de acuerdo a la verdad de Dios porque para esto te llamó Dios. Esto te da la confianza de pedir a Dios que te ayude en esos momentos difíciles de tu vida.
Esta semana el salmo por el cual me habló el Señor fue el salmo 33:20-21 (Ps. 33:20-21).
Me hizo recordar de donde viene mi ayuda, que el gozo viene de el cuando le reconozco como mi Dios santo.
Cuando los opresores me persiguen:
B. Yo Reconozco a Dios como Responsable de mi Cuidado v. 122
“Afianza a tu siervo para bien;
No permitas que los soberbios me opriman.”
La palabra “afianza” significa hacer un promesa, ser responsable. En el Antiguo Testamento era la persona que era la “aseguranza” de que se pagaría la deuda.
Todos sabemos que nacimos separados de Dios por el pecado. Este pecado causó una deuda grande que teníamos con Dios. La deuda de nuestros pecados no era posible pagarlos nosotros. Nada que ofreciéramos cambiaría nuestra situación delante de Dios.
¿Qué hizo Dios? Mando a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz por nosotros para pagar nuestra deuda. (Isaiah 53:5-6) El murió, fue sepultado y resucitó. Al creer en Él como nuestro Señor y Salvador, nuestra deuda es pagada. Dios nos hace aceptos delante de Él a través de Cristo. Cristo llega a ser nuestro “fiador de un mejor pacto” (Heb. 7:22). Como fiador de este nuevo pacto nos puede librar perpetuamente y librarnos del mal (Heb. 7:25). El está continuamente intercediendo por nosotros. El asumió el rol de responsable de nuestro cuidado.
Además nos da la seguridad de que somos de Él y que nuestro futuro será glorioso. La Biblia dice que si Dios nos ha dado a su Hijo, cuanto más no nos dará todas las demás cosas. Rom. 8:32
Cristo asumió el rol de nuestra asegurador y nos asegura el bien eterno aunque tengamos que pasar por tiempos difíciles en esta Tierra.
El salmista pide a Dios que sea responsable de su cuidado trayendo el bien a su vida y no deje que los soberbios le opriman. Esto expresan muchos salmos como el Salmo 18:17-19
Ya hemos visto en este salmo que Dios es bueno y solo hace lo bueno. Pero pedir a Dios que se haga responsable de nuestro bien no es algo sin base, especialmente cuando sabemos que hay alguien que no podemos vencer solos. Cuando pedimos de esta manera estamos apelando al carácter bondadoso de Dios. Estamos pidiendo que Cristo interceda por nosotros y nos cuide de los opresores.
Cuando los opresores me persiguen:
C. Yo Espero en su Salvación y su Palabra v. 123
“Mis ojos desfallecieron por tu salvación,
Y por la palabra de tu justicia.” (cf. v. 82)
Esta idea igual que el vs. 82 es que sus ojos están gastados de esperar en la salvación de Dios. Pero sigue pidiendo a Dios en oración.
No debemos desmayar.
Además espera que Dios le hable su verdad en ese momento en que se siente desfallecido. Esta esperando que Dios se revele a través de su Palabra de su justicia y le muestre su verdad. Salmo 17:7 (Ps. 17:7)
Debemos seguir pidiendo y esperando en Dios en esos momentos difíciles. Él nos dará su Palabra para ayudarnos o para salvarnos.
Cuando los opresores me persiguen:
D. Yo Confío en su Amor Incambiable y Pido que me Enseñe v. 124
“Haz con tu siervo según tu misericordia,
Y enséñame tus estatutos.”
La idea de este versículo es que Dios nos muestra o expresa su amor incambiable (“su misericordia”) e inalterable a través de su enseñanza.
En los momentos difíciles debemos seguir confiando en el amor incambiable e inalterable de Dios.
Pero no solo esto sino que debemos pedir que el nos enseñe a través de lo que estamos experimentando. Que esto nos ayude a aprender también obediencia a la Palabra de Dios. Si nuestro Señor tuvo que aprenderlo, ¿porqué no nosotros? Heb. 5:8
Es algo que he aprendido. Es quizás que es por esto que sigo pasando por situaciones difíciles. Es en esas situaciones que Dios me ha enseñado lecciones valiosas. Así que si estás pasando por situaciones difíciles pide a Dios que este versículo sea una realidad en ti.
Cuando los opresores me persiguen:
E. Yo Deseo y Pido Conocer Más del Discernimiento de Dios v. 125
“Tu siervo soy yo, dame entendimiento
Para conocer tus testimonios.”
Nuestra posición durante tiempos difíciles no cambia. Somos siervos del Señor. Como sus siervos estamos bajo su señorío. El hace lo que Él quiere con nosotros. Pero como sus siervos también pedimos su ayuda. Pedimos su discernimiento para conocer su voluntad. Este discernimiento viene de su enseñanza que recibimos (cf. v. 124). Debemos pedirla constantemente cuando abrimos su Palabra. El discernimiento no viene automáticamente, viene de la madurez producida por la Palabra de Dios. Heb. 5:13-14. Los que se quedan bebés en Cristo no tienen esta capacidad.
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