La preguntas es cómo vivir una vida pura, limpia, íntegra, moral. La respuesta es guardando la Palabra.
Ha sido la falla nuestra como padres, como comunidad y como iglesia de articular la verdad de la Palabra de Dios a nuestros jovenes. No hemos enseñado a nuestros jóvenes y niños como guardar la Palabra de Dios. Cuando hablamos de darles consejos les damos nuestra “palabra” no la “palabra” de Dios. El consejo que les damos es a menudo el mismo que la cultura les dice. Como consecuencia no saben cómo responder al sinnúmero de situaciones morales y éticas en este mundo. El resultado es desastroso. No quieren nada de Dios y menos de su Palabra.
Aquí hay algunos consejos (muchos enseñados con nuestro ejemplo):
– Tu puedes ser lo tú quieras si te lo propones
– Disfruta la vida
– Ten prioridades
– Trabaja duro
– Se responsable
La respuesta está en este salmo. Debemos guardar su Palabra. Palabra (dabar; 24 veces) quiere decir cualquier palabra que viene de Dios.
No sabemos si el salmista era joven o era un maestro enseñando a sus estudiantes, pero la pregunta que les presenta la encontramos en el versículo 9.
Aunque la pregunta está dirigida a una persona joven, no quiere decir que es solo para ellos. Es también para nosotros.
Esta pregunta tiene como contexto los versículos anteriores que hablan de cómo debemos ser obedientes a la Palabra de Dios. Esta siguiente sección (bet) nos da lo práctico para ser obedientes a la Palabra y así mantener nuestra vida pura, limpia, sin mancha, irreprensible, santa.
Aunque decimos que la respuesta es fácil, debemos obedecer la Palabra de Dios (v. 9), envuelve ciertos aspectos prácticos que deben ser real en nuestras vidas.
¿Qué debemos tener o necesitamos para vivir una vida pura, limpia, sin mancha, irreprensible, santa delante de Dios?
Determinación para Buscar al Señor por medio De su Palabra v. 10
1. Es un Acto de la Voluntad v. 10a
“Con todo mi corazón te he buscado”
La palabra “corazón” (leb) no significa lo que nosotros entendemos como corazón. No es aspecto emocional. El corazón en el concepto judío envuelve también la voluntad y el razonamiento. Aparece 14 veces en este salmo (Salmo 119:2, 7, 10, 11, 32, 34, 36, 58, 69, 80, 111, 112, 145, 161)
Buscar al Señor envuelve un acto de la voluntad que es planeado. No es algo emocional. Envuelve “todo” nuestro corazón. (Salmo 119:34, 58, 69, 145)
Si tu deseas mantener tu vida pura, limpia y santa delante del Señor tendrás que buscar al Señor cada día a través de un acto planeado y premeditado. Es interesante que cuando caemos en pecado, muchas veces es un acto planeado.
Si queremos evitar caer en pecado debemos buscar la Palabra del Señor con todo nuestro corazón.
Pensemos en el ejemplo que les damos a nuestros jóvenes.
¿Miran ellos que buscamos al Señor con todo nuestro corazón a través de su Palabra? La verdad es que ellos no lo ven en nosotros y no tienen ningún interés en hacerlo.
Nuestra determinación debe ser un acto de la voluntad y
2. Es un Acto de Dependencia v. 10b
“No me dejes desviarme de tus mandamientos”
Parece ser que hay una contradicción. En la primera parte, el salmista está determinado a buscar al Señor a través de su Palabra, pero aquí pide que Dios le ayude a no desviarse.
No es una contradicción. Dios dice que debemos de hacer nuestra parte. Filipenses 2:12 dice que debemos de “ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor.” En la vida cristiana no hay lugar para la auto confianza. 1 Cor. 10:12 dice “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”
Pero también sabemos que Dios es el que nos ayuda en el proceso de nuestro crecimiento espiritual. Esto es lo que dice Filipenses 2:13 y debemos rogar que él no nos permite desviarnos de sus mandamientos.
Los jóvenes hoy día se dedican a los deportes, a las artes, o a querer ser alguien importante o reconocido. Y nosotros como padres o como iglesia les animamos, pero no a buscar al Señor y depender de Él. Vamos a todos sus partidos, los llevamos, gastamos horas tras ora. Pero nuestra determinación de buscar al Señor a través de su Palabra no existe. Ven claramente nuestras prioridades que muchas veces son guiadas por ellas y no por nosotros. Ellos no son tontos, saben claramente que tu no buscas al Señor con todo tu corazón y no dependes de Él.
Otras personas tienen determinación para mejorar su cuerpo y van al gimnasio siguiendo un régimen estricto. Otros tienen determinación para ascender en la posición en su trabajo. No tiene nada de malo, como ya saben que yo lo hago. Pero esta determinación es la que debemos tener para con la Palabra del Señor porque solo ella pueda mantenernos limpios, puros, fieles en el camino de la fe.
¿Cómo está tu determinación de buscar al Señor a través de su Palabra con todo tu corazón? ¿Cuál es tu régimen espiritual?
No solo debemos tener la determinación de buscar al Señor con la determinación de nuestra voluntad para depender de Él sino debemos también, atesorar la Palabra de Dios en tu corazón v. 11
“En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.”
El salmista dice que ha obedecido los mandatos del Señor en su corazón para no pecar contra Él. Hablamos anterior sobre este concepto de corazón.
Mateo 6:10 dice que donde esté tu tesoro (lo que valoras) allí estará tu corazón. Esto quiere decir que lo valoramos es allí donde están nuestros afectos. Esto se puede determinar por medio de una pregunta,
¿Qué es algo con lo cual si no tuvieras nada no podrías vivir? Se honesto. Quizás digas, “mi esposo o esposa, mis hijos, el internet o estar conectados con otros, mi casa, mi colección de__”. Esto no quiere decir que es malo pero cuando Dios te pide algo, debemos estar dispuestos a dejarlo todo.
Dios pide tu corazón para que atesores su Palabra en tu vida. (Prov. 23:26)
Esta debe ser la prioridad de tu vida. Dije “la” prioridad no una prioridad. Debe de ser la principal. Explicaré más adelante porque es “la” prioridad máxima. Pero en términos de resultados para tu vida,
¿Por qué? Porque atesorar la Palabra de Dios le guardará del mal camino, le mantendrá puro y limpio en tu manera de vivir.
Si la generación milenial o Z siguen sus caminos no terminarán bien. Lo sabemos. El caos moral eventualmente les destruirá y les condenará a una eternidad sin Cristo. Esto es el plan del Enemigo. Es lo mismo en nuestra vida. Nada nos librará de pecar sino el atesorar la Palabra de Dios en nuestra vida.
Los beneficios serán para ti. Cuando les digo a mis hijos que deben ser obedientes es porque les digo que los beneficios son para ellos. Yo no recibo nada directamente. Ese es plan de Dios. Desea lo mejor para ti, pero no sucederá a menos que atesores su Palabra en tu corazón.
1. Debemos Buscar la Sabiduría de la Palabra de Dios y Seguirla Diariamente v. 11a
“he guardado tus dichos”
La sabiduría de Dios revelada en su Palabra debe ser algo que buscamos diariamente porque ella nos enseña cómo vivir temiendo al Señor. No solo nos librará del mal camino con sus consecuencias, sino que nos asegura una recompensa delante del Señor. Prov. 2:1; 7:1
Además, sabemos que Cristo es nuestra sabiduría. 1 Cor. 1:30 y su Palabra debe habitar en nuestros corazones. Col. 3:16
Es a Él a quien buscamos cada día a través de su Palabra. Él es nuestra sabiduría porque nuestra vida está en El.
Pero él no es tu sabiduría hasta que no crees en Cristo como tu Señor y Salvador. De otra manera no entenderás la Palabra del Señor, y su sabiduría se te hará algo confuso y extraño.
Solamente puedes decir “para mí el vivir es Cristo…” (Fil. 1:21) cuando has dado tu vida a Cristo.
¿Lo has hecho? Si no los has hecho lo puedes hacer esta mañana.
“Antes de recibir al Señor Jesús vivíamos por nuestra cuenta. Pero después de recibirlo, Dios desea
que El viva en nosotros y por nosotros. Cuando el Señor Jesús se vuelve nuestra vida, ya no tenemos necesidad de vivir conforme a nuestra vida original.
El Señor Jesús no nos da mandamientos, sugerencias ni enseñanzas que debamos llevar a cabo, sino que viene de nuestra vida interna y lo hace todo en nuestro lugar, para que podamos vivir por Su vida. Anteriormente
reaccionábamos a las circunstancias con nuestra propia vida, pero ahora debemos permitir que sea la vida de Cristo la que responda.” – Watchman Nee, “Cristo es Nuestra Sabiduría”
Debemos atesorar la Palabra del Señor en nuestro corazón no solo porque allí encontramos Su Sabiduría sino porque también
2. Nos Libra de la Tentación y Pecado v. 11b
“Para no pecar contra ti”
“El salmista sabe que, si ama lo que debe amar, odiará lo que debe odiar, vivirá como debe vivir.” – W. Graham Scroggie, Salmos
Así sucede, solo si amas lo que debes amar que odiarás lo que debes odiar. Y eso viene del atesoramiento de la Palabra en nuestros corazones.
Atesorar la Palabra de Dios es atesorar a Cristo. Nuestro Señor Jesucristo fue claro en Juan 5:39 que las Escrituras son las que dan testimonio de Él.
Es a través de ella que se revela y nos enseña a cómo vivir una vida pura y santa como Él la vivió. Cuando lo hacemos somos más como Él y deseamos lo que Él desea. Si nuestro deseo es ser como Cristo, atesoraremos su Palabra en nuestros corazones. Como dice el canto,
“Pon tus ojos en Cristo
Tan lleno de gracia y amor
Y lo terrenal sin valor será
A la luz del glorioso Señor”
Y es por esto que debe de ser nuestra prioridad antes que cualquier cosa.
¿Cómo estás atesorando la Palabra de Dios en tu vida?
Para mantenernos limpios en nuestros caminos, no solo debemos tener determinación para buscar al Señor a través de su Palabra y atesorarla en nuestro corazón.
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