Recordándonos lo Que Dios Ha Hecho en le Pasado vv. 52-56
Hay verdades que se recuerda:
1. Dios Juzga la Maldad v. 52
“Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos,
Y me consolé.”
Dios siempre juzgará. La Escritura tiene ejemplos tras ejemplos de sus juicios. Nadie se puede escapar. Dios es MUY paciente porque quiere que los que no le siguen se arrepientan, pero no quiere decir que no los juzgará.
La última parte del Salmo 1 dice que Dios va a juzgar a los burladores, los que no quieres seguirle.
4 No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Porque Dios juzga la maldad debemos estar tranquilos. Podemos respirar profundamente y decir, “Todo esta en las manos de Dios.” No tenemos que tomar el rol de juez nosotros mismos.
La segunda verdad que debemos recordar es:
2. Los Malos Rechazan lo que Dios Manda v. 53
“Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos
Que dejan tu ley.”
El hecho de que los malos, los que se deleitan en el mal debe llevarnos a sentirnos a un “enojo justo”. Esta es la idea del versículo.
Estas personas dejan la enseñanza de Dios. Esto pasa con personas que dicen ser cristianos. Esto sucede con nosotros los cristianos en ciertas ocasiones.
¿Reaccionamos de esta manera o simplemente lo tomamos como un hecho que aceptamos porque es parte de la vida o la cultura en que vivimos? Deberíamos ser tan sensibles a la desobediencia de otros que debería llevarnos a estar horrorizarnos. Hoy día parece que ya no nos horroriza nada de lo que es contrario a la verdad de Dios.
Pero nosotros, si somos esas personas que aprendemos del pasado debemos hacernos recordar que esto no debe ser nuestra característica.
3. La Verdad de Dios Nos Trae Alegría en nuestra Morada Temporal v. 54
“Cánticos fueron para mí tus estatutos
En la casa en donde fui extranjero.”
Esto es lo que debemos hacer con los “estatutos”, lo que Dios nos ha dado como sus normas. Deben de ser cánticos alegres. Es como el canto de la semana pasada que cantó Mechelle, “La Ley de Jehová”. La verdad de Dios debe traernos alegría ya que somos peregrinos en este mundo. Vamos de pasada.
Esto de ser peregrino es algo que en los últimos tiempos el Señor me ha estado enseñando. Quizás esto tenga que ver con nuestra edad pero creo que a medida que conocemos más al Señor a través de su Palabra nos damos cuenta lo transitorio que es nuestra estancia en este mundo.
Cuando era niño me gustaban las películas de Pedro Infante. Me gustaba porque tenían buenas historias y cantaba muy bien, pero a medida que las miraba me daba cuenta que siempre que tenía problemas especialmente con una mujer terminaba emborrachándose y cantando.
Ando Borracho
Ando mucho, pero mucho muy borracho
Por un amor que me trae mal herido
Ando mucho, pero mucho muy borracho
Y qué, y qué me importa si me envicio
Ay cuánto sufrimos los que mucho amamos
Primero reímos y después lloramos
Qué me importa si hoy por mi puro gusto
Yo río, pos muy mi risa Si lloro muy mi llanto
Y si al mundo no le gusta que vaya mucho al diablo (el llanto de el aquí…)
Qué me importa si hoy por mi puro gusto
Yo río, pos muy mi risa Si lloro muy mi llanto
Y si al mundo no le gusta que vaya mucho al diablo
Ando mucho, pero mucho muy borracho
Para el salmista los estatutos, la verdad de Dios eran sus cánticos no las canciones de Pedro Infante.
¿Te da alegría la verdad de Dios? ¿Te motiva a vivir una vida donde hay cantos, salmos o himnos espirituales que alaban a Dios o prefieres los cánticos del mundo que te desvían de la verdad de Dios?
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