Los dueños de la esclava hacen que el pueblo se levante contra ellos. Esto les lleva a ser azotados con varas sin ningún juicio formal. Este era un castigo Romano usado en contra de personas que no eran romanos. Esto es algo muy doloroso.
Además fueron puestos en la cárcel, la que estaba más adentro. Estos cepos, que estiraban el cuerpo, usados para torturar, eran para los peores criminales que no merecían ningún trato especial y para asegurarse que no se escaparan.
¿Qué hacen ellos? Adoran a Dios. La adoración a Dios es parte de vivir y compartir el evangelio. Adorar es reconocer la grandeza, el poder, y el valor de Dios. Es la razón principal porque existimos. Existimos para adorar a Dios con nuestra vida en todo momento y no solo en tiempo de pruebas y dificultades.
Adoramos a Dios en medio de Dificultades v. 25a
“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios”
¿Qué haces cuando la prueba llega, reniegas, te quejas contra Dios, dices, “Mejor ya no digo nada a nadie,”?
Hace una semana estuvimos en Oaxaca y pasamos por unas pruebas. Como cuando teníamos que pasar aduana, con solo suficiente tiempo para tomar el siguiente vuelo, tuve que orar al Señor. Al ir sentado en el avión junto a mi hermana Cathie, me compartía su temor de volar como a mi. Ella escuchaba alabanza. En otra ocasión al verle en la caminata escuche la alabanza de su celular y dijo, “Podemos alabarle con alabanza sentados, caminando, corriendo en todo lugar.”
Esto es muy cierto.
¡Eso es lo que debemos hacer en momentos de dificultades!
Pablo y Silas en la cárcel oscura, mal olienta, y con mucho dolor:
1. Oran
Pablo y Silas a la media noche oraban. No creo que comenzaron a la media noche. Esto tuvo que haber durado algún tiempo. En este tiempo oraban a Dios, sin duda apelando a su soberanía, pidiendo libertad para seguir predicando el evangelio.
Pablo era un hombre de oración, lo sabemos. El fue que dijo, “Orad sin cesar.” ( 1 Tesalonicenses 5:17)
Debemos orar a Dios en todo momento, designados y no designados, en tiempos de paz y en tiempos de prueba. La oración no debe ser solo cuando estamos en apuros y en problemas sino que en todo momento. La oración no es solo para pedir, es para adorar a Dios por su grandeza. Es para tener comunión con El.
Leía un libro titulado, “Yo le Hablo al Diablo” por A.W. Tozer y el dice que “la oración es la elevación del corazón y esto es lo que el hombre necesita para alabar, para orar, y para adorar.”
Este autor dice que no se necesita mucho para orar. No necesitamos nada especial. Dice también que los santos del pasado nos exhortaron a orar cuando lo sentimos y cuando no lo sentimos.
La oración debe ser nuestro respirar espiritual.
Pablo y Silas no solo oraron sino también que,
2. Cantan himnos a Dios
Esto es parte de la adoración a Dios. La alabanza tiene poder porque levanta nuestra confianza en Dios. Esto es lo que deben hacer los cantos, los himnos, o alabanzas a Dios. Esto lo hacían sin instrumentos, porque no estaba a su disposición. Pero esto no fue un impedimento. Quien sabe si estaban en armonía pero eso no es lo importante. La alabanza que sale del corazón que reconoce a Dios como el Señor de su vida, que reconoce la grandeza de Él no necesita nada más.
La alabanza sale de un corazón lleno del Espíritu Santo dice Pablo mismo en Efesios 5:19: “cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.”
La alabanza resalta de un corazón gozoso. Pablo escribió en Filipenses 4:4 (la carta que escribió mucho después a esta iglesia que nació aquí. ¡Estaba preso cuando o hizo!)
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
Al igual que la oración, la alabanza no es solo de un día ni solo cuando las cosas van bien. La alabanza sale de un corazón que experimenta el gozo del Señor aun en las pruebas y dificultades. El gozo del Señor es nuestra fortaleza y se demuestra en la alabanza.
No solamente adoramos en tiempos difíciles sino que
Testificamos del Evangelio con Nuestra Vida v. 25b
“y los presos los oían.”
La manera que reaccionamos y lo que hacemos en esos momentos de dificultades impactan a otros. Pablo y Silas adoraban a Dios en alta voz, no en silencio ni con timidez. ¿Porqué? Porque sabían que Dios tiene poder para usar todo lo que pasa en nuestras vidas para glorificarle y, cuando lo hacemos, especialmente en momentos de prueba damos testimonio a otros. Somos sus instrumentos.
Escuchaba la semana pasada a un hombre que compartía como antes de ser creyente le había impactado escuchar a creyentes adorar a Dios en medio de sus problemas. Esto impactó su vida.
Tu vida hará impacto cuando no importa en que circunstancias estás, adoras a Dios por lo grande que es, y por todas sus obras maravillosas.
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