¿Qué te falta? ¿Qué crees que te falta?
Todos podemos enumerar lo que necesitamos o creemos que necesitamos. Nada nos satisface completamente. Y la verdad que no es posible que nada ni nadie nos satisfaga completamente. No es humanamente posible. San Agustín escribió: «Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti».
Es una verdad acertada. Esta verdad es clara en este Salmo.
Solo el Señor es mi pastor y suple y llena todo lo que me falta. El suple todas las áreas de mi vida. En orden de prioridad estas son las áreas que él llena completamente.
Espiritualmente estoy completo. ¿Qué significa esto? Esto no quiere decir que Él nos da todo para vivir la vida cristiana sin nosotros hacer nada. Lo que quiere decir es que tenemos todos los “recursos” espiritualmente para vivir para Cristo. En Cristo estamos completo.
Colosenses 2:9-10 “Porque todo lo que Dios es, se encuentra plenamente en la persona de Cristo, y ustedes están llenos de Dios porque están unidos a Cristo.” (VP)
La condición para recibir la llenura de Cristo en nuestra vida es permanecer en Él en todo momento.
Mentalmente estamos completos. Conocerle a Él es conocer y poseer la vida eterna: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” Es conocer al Dios infinito. Ningún conocimiento o inteligencia es superior porque lo que conocemos en nuestro mundo es limitado y temporal. El conocimiento del Dios Santo es permanente.
Además, tenemos la mente de Cristo:
1 Corintios 2:16 “Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” (BDLA)
Nada nos falta mentalmente. El conocimiento de Cristo es el mejor recurso mental. Es un recurso inagotable. Es obvio que requiere un esfuerzo nuestro por conocerle más. Su Palabra nos ofrece una fuente inagotable para conocerle.
Emocionalmente tenemos las virtudes de Dios a nuestra disposición. Dos que son muy importantes son el gozo y la paz de Dios (Filipenses 4:4-7). El gozo transciende las circunstancias porque viene de Dios mismo. No solo nos da su gozo sino también su paz. Su paz sobrepasa todo entendimiento. En otras palabras su paz es sobrenatural. Sabemos que nada nos falta emocionalmente porque nuestras emociones no dependen de nosotros sino en Él. Podemos encontrar seguridad emocional en Él.
Físicamente estamos completos porque tenemos su fortaleza.Salmo 27:1 “Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme.” (RV) Esto quiere decir que físicamente dependemos de Él. No es nuestra fuerza nuestra confianza sino Él. Reconocemos nuestras debilidades, limitaciones, e inhabilidades como seres humanos pero dependemos del Señor todopoderoso (El Shadai). El nos cuida y protege en todo tiempo (Salmo 121).
Materialmente nada me falta. Tengo los recursos del Señor para suplir mis necesidades (Salmo 34:9-10; 37:18-19). Esto no quiere decir que viviremos una vida afluente o que nunca experimentaremos necesidades materiales. En estos casos reconocemos a nuestro Señor como nuestro proveedor y confiamos en Él. El estar bien materialmente o aun físicamente no es una promesa para nosotros en esta tierra. Experimentaremos los valles tenebrosos, pero sabemos que Él está con nosotros.
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.” (Rom. 14:8)
Esto no cambiará jamás. El Señor es nuestro pastor y nada nos faltará.