Durante la dispersión muchos judíos habían habitado lugares lejos de Jerusalén aprendiendo y hablando el idioma y la cultura griega. Muchos de ellos creyeron en el Evangelio y formaron parte de la Iglesia. La iglesia era una. Estaba unida en Cristo. Pero el crecimiento trajo un problema. En este pasaje miramos como este problema se resuelve.
Algo importante de cómo se resuelve es que esto ayuda a la iglesia a ser más efectiva, le ayuda a crecer y a llevar el mensaje a lugares donde el evangelio no ha sido predicado. Si aplicamos esto a nuestra iglesia podremos ver un crecimiento amplio y nos dará oportunidad de compartir el evangelio con muchas más personas.
Además, nos enseña acerca de las cualidades que debemos tener para servirnos unos a otros en una iglesia multiétnica. Estas cualidades, y no las habilidades, son para todos los que han creído en Cristo y son la base para poder servir a Dios en la iglesia.